"Hasta la República la enseñanza pública
se limitó a “las cuatro reglas y leer y escribir” para inculcar en los
alumnos las ideas de disciplina, jerarquía y autoridad, indispensables
para que aceptaran su condición de clases subalternas.
Una de las puntas
de lanza de la República Española fue la educación. Con Marcelino
Domingo al frente del Ministerio de Instrucción Pública y Rodolfo Llopis
de director general de Primera Enseñanza, se elaboró el mejor Plan
Profesional para los maestros que ha existido en nuestra historia. El
sueldo miserable de aquellos maestros subió a 3.000 pesetas, se
organizaron cursos de reciclaje, se proyectaron 27.151 escuelas en 15
años a razón de 7.000 escuelas el primer año y 5.000 anuales a partir
del 2º.
Con la llegada de la República
cristalizaron proyectos pedagógicos progresistas e interesantes, y
programas de formación para los maestros que les convirtieron en una de
las mejores generaciones de docentes que ha tenido España. Viajaban al
extranjero, conocían la educación de otros países, y el Plan Profesional
de la República les reservaba una plaza al acabar su formación. Muchos
destacaron en la lucha contra el analfabetismo que, en algunas zonas
rurales, alcanzaba al 90% de la población.
Dieron clases nocturnas para
combatir el absentismo escolar de los niños jornaleros, participaron
activamente en las Misiones Pedagógicas organizadas por el Ministerio de
Instrucción Publica para llevar la cultura a los pueblos. Las familias
jornaleras vieron, por primera vez, una obra de teatro, un recital de
poesía o una función de cine.
Pero había que barrer el magisterio. La
guerra la ganaron los curas y la perdieron los maestros republicanos, la
bestia negra del régimen. La jerarquía eclesiástica, que utilizaba la
escuela para adoctrinar a las masas vio a los maestros como una amenaza y
puso en marcha una campaña de acoso y derribo contra el sistema laico
de enseñanza, las principales acusaciones contra los maestros fueron de
carácter religioso, lo que les puso en el punto de mira de los militares
golpistas.
El levantamiento militar arrasó el sistema educativo que
tanto había mimado la República. El
franquismo exterminó a miles de maestros, tras la purga dirigida por el
escritor falangista José María Pemán, al frente de la Comisión Nacional
Depuradora del Magisterio. Hay pocos
pueblos andaluces que no tengan un maestro desaparecido al comienzo de
la Guerra Civil por defender un sistema educativo, inspirado en la
Institución Libre de Enseñanza.
De los 60.000 maestros que ejercían la
profesión en el verano del 36, más de 15.000 fueron fusilados o
apartados de la enseñanza por defender la escuela popular y laica que
promovía la República. La depuración de maestros eliminó a quienes se
habían identificado con el Frente Popular o colaborado con las
autoridades republicanas, comprometidos con llevar a la escuela valores
de igualdad, justicia social y libertad que emanaban de la Constitución
republicana de 1931.
No eran dignos de confianza para participar en la
nueva escuela nacional-católica. Se les consideraba responsables de
haber inoculado en la sociedad y en las mentes juveniles el virus
republicano, por lo que los franquistas emprendieron una “limpieza”,
absoluta y sin contemplaciones, para separar del cuerpo docente a los
maestros “envenenados”.
Para ser confirmado en el cargo, el
maestro debía haberse opuesto a la enseñanza laica que preconizaba la
República, las vacantes producidas por los maestros fusilados o
destituidos eran cubiertas por afectos al régimen. Si no se acababa de
raíz con aquellos maestros de espíritu republicano, al nuevo régimen se
le iría de las manos la política nacionalcatolicista que pretendía
imponer. Había que aplicar un castigo ejemplarizante a los intelectuales
en general, que quitara las ganas a cualquier otro de repetir aquel
modelo de vida.
Los maestros de la España franquista tenían que ser
católicos convencidos y educadores apostólicos, la escuela nacional dejó
de ser laica, y la enseñanza de la religión era obligatoria. Durante
décadas la enseñanza fue impartida por profesores mal preparados por la
enseñanza privada y católica, aislada internacionalmente de la docencia y
la investigación." (Documentalismo memorialista republicano, 05/10/17)
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