"Son diez hombres y mujeres. A todos los une un hecho: haber sentido
miedo. No sólo a que los detuvieran, los torturasen o los mataran, que
sí, sino uno mucho más profundo. Miedo por los suyos. Por lo que
pudieran hacerles.
Unos eran hijos de los perdedores de la guerra, otros
procedían del bando nacional. Esas son las voces de las diez historias
de represión en el franquismo que los periodistas Pablo Ordaz y Antonio Jiménez Barca recopilaron en el libro Así fue la dictadura (Debate). (...)
Domingo Malagón, exiliado comunista con vocación de pintor que pasó 40 años falsificando carnés para sus compañeros; Víctor Díaz-Cardiel,
detenido y encarcelado por organizar una huelga en Villaverde; Federico
Armenteros, profesor homosexual, víctima de persecución; Mariano Gamo,
uno de los precursores de movimiento de los curas obreros e hijo de una
familia adscrita al bando nacional, quien fue detenido y encarcelado
durante tres años; Gonzalo Sánchez Fernández, jornalero desde muy pequeño y quien tuvo su primer conflicto a los 16 años, cuando exigió que le pagaran sus horas extra. (...)
A Juana Doña la condenaron a muerte. Con
apenas 15 años ya formaba parte de las Juventudes Comunistas, donde
conoció al que iba a ser su marido, Eugenio Mesón,
fusilado cuando terminó la Guerra Civil.
Fue detenida por primera vez
en 1939, cuando la policía franquista lanzó una oleada represiva porel
asesinato del comandante Isaac Gabaldón. En 1944, se incorporó a la organización guerrillera en el interior del Partido Comunista de España.
Participó en la colocación de una bomba en la embajada de Argentina,
en abril de 1946.
Sobre ella pesaba una condena de muerte:
"Me escondí
en catorce casas diferentes durante casi seis meses. Al principio sola,
luego con mi hermana Pepita, también perseguida. No podía quedarme mucho
tiempo: comprometía a quien me acogía -que muchas veces tampoco
aguantaba el miedo- y además significaba una boca más para comer". (...)"(Karina Sainz Borgo , Vox Populi, 25/06/18)
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