"La provincia de Huelva había sido
completamente dominada por los franquistas. El 23 de agosto 21 vecinos
fueron asesinados en Alosno, 30 en Ayamonte; el 10 de septiembre, 15 más
en Alosno; 3 en Huelva en 1937, y en septiembre de 1937 asesinadas 15
mujeres. Los máximos responsables fueron los comandantes, militar o de
la Guardia Civil.
Los ejecutores eran los falangistas, a los que la
gente recuerda con terror. Los familiares de muchas de las víctimas eran
acusados por los golpistas de Republicanos, porque ya en diciembre de
1930, guiados por el maestro Francisco Lianes y Francisco Pérez
Carrasco, Puebla de Guzmán fue uno de los primeros que proclamó la
República, ya que se tardó en conocer el fracaso del levantamiento de
los capitanes Galán y García.
José Domínguez Álvarez (Pedro El Sastre)
nació en 1918. Los franquistas fusilaron a su padre, Diego Domínguez
Ponce, 2º teniente de alcalde en Puebla de Guzmán, y cuando Jose
escribía cartas a su madre María Blasa, ésta ya había sido fusilada por
los fascistas junto a otras 8 mujeres en el callejón de la Fuente
Vieja.
Carecían de actividad política o sindical, algunas eran
religiosas, muchos familiares ya habían sido eliminados, pero padecieron
un trato atroz durante los meses que permanecieron retenidas en el
antiguo matadero municipal.
Fueron asesinadas con todo el ritual
fascista de terror, rapadas, purgadas, muchas fueron vejadas. El cura ni
se acercó a confesarlas. No tuvieron juicio, sacadas a media noche y
llevadas a un paredón. Días después otras 7 mujeres corrieron la misma
suerte. Los verdugos eran unos degenerados, uno del pelotón levantó la
falda a una de las que acababa de fusilar y le hizo gestos obscenos, y
se jactaban por el pueblo del crimen cometido.
Tenebrosamente los criminales cargaron
los cadáveres de las mujeres en un carro requisado tirado por una sola
bestia. Tuvieron que empujarlo para que el animal subiera la cuesta que
lleva al cementerio. Una de ellas, Sampedro, era la madre de Félix el
enterrador, que plantó un rosal sobre la fosa común donde fueron
arrojadas las 15, amontonadas, abandonadas, compartiendo la sima.
No hay
señal de recuerdo, ni un simple monolito, ni hay referencia a los 81
vecinos asesinados por los franquistas, estos últimos se hicieron
desgraciadamente famosos por todo el Andévalo. Pero entre la maleza aún
existe el rosal que Félix sembró, injertó con otros, y allí crecieron
rosas rojas, amarillas, lilas, las Rosas de Guzmán:
Asesinadas en Fuente Vieja el 13 de Septiembre de 1937: María San Blas Álvarez Cano; Beatriz Álvarez Gómez, a la que ya le habían matado a su hijo Gaspar; Dolores Clemente Martín; Catalina García Márquez, mujer del barbero Felipe Sández; María Márquez González, madre de dos hijas, una de ellas lactante; Mª Dolores Rodríguez Gallardo; María Roldán García. Fusiladas en el cementerio ese mismo mes: Mercedes Álvarez Pérez; Antonia Beltrán; María Rodrigo Domínguez Ponce; Concha Orta Blanco; Concepción Orta; María Peña Domínguez Suárez, que era mujer de Juan Mora ‘Farfán’, primer secretario del PSOE; Sampedro Álvarez Rodríguez; Dolores Ponce Barbosa fue fusilada en el patio de su casa, era hermana de Bartolomé y Blas Ponce.
José Domínguez ha descrito toda clase de
pormenores sobre los crímenes cometidos contra los vecinos de Puebla,
testigos de los fusilamientos, cadáveres de mujeres y hombres liquidados
sin juicio previo ni pruebas en su contra, lugares donde se cometió el
acto criminal, circunstancias que rodearon los hechos:
“La dinámica de
la maquinaria represiva fascista, desencadenada como un huracán de fuego
en los primeros días, meses y años que siguieron al golpe de estado del
18 de julio de 1936, muestra descarnadamente su instinto criminal,
dejando claro que el asesinato de las Rosas fue un crimen personal hacia
ellas”… “Hubo matanzas indiscriminadas, no por un tema político, el
asesinato de aquellas mujeres y hombres satisfacía el instinto criminal
fascista, ese ansia de destrucción de la vida que tenían”… “Un arma
grande de los franquistas fue el olvido, han desfigurado la realidad de un país. Y sus herederos políticos continúan hoy la tarea”.
Los intentos de familiares y de
asociaciones por encontrar la fosa de las 15 rosas de la Puebla de
Guzmán han sido infructuosos, el cementerio se ha removido, han ocurrido
vaciamientos y rellenados en ocasiones clandestinamente, hay
superposiciones de sepulturas y fosas. Sin embargo las Rosas de Guzmán
no han desaparecido, permanecen en el recuerdo de todos los
Antifascistas y Republicanos Españoles." (Documentalismo memorialismo y republicano, 13/01/18)
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