"Aunque nadie esperaba que una tarde de fútbol acabara con más de 40
muertos, tan solo una chispa sirvió para incendiar Odessa el pasado
viernes.
En la costera ciudad del sur de Ucrania, los enfrentamientos entre ultras de fútbol y habitantes prorrusos derivaron en un incendio provocado en la Casa de los Sindicatos de la ciudad, dejando al menos 42 muertos, a los que se añadían otros cuatro durante los choques.
En la costera ciudad del sur de Ucrania, los enfrentamientos entre ultras de fútbol y habitantes prorrusos derivaron en un incendio provocado en la Casa de los Sindicatos de la ciudad, dejando al menos 42 muertos, a los que se añadían otros cuatro durante los choques.
El Chornomorets, equipo local, se enfrentaba al Metalist de Járkov, la segunda ciudad del país, situada a más de 700 kilómetros al este, casi fronteriza con Rusia, cuyo alcalde fue tiroteado por la espalda
al mostrase leal al Gobierno de Kiev.
Los aficionados de ambos equipos
se unieron para cantar y celebrar su apoyo a los nuevos líderes de
Ucrania, sabedores de que podrían encontrar problemas en esta ciudad de
habla rusa, pero nadie esperaba que la cadena de acontecimientos tuviera
ese final.
" Todo lo que pasó fue como en una película de
terror ", asegura Nadiya Yashan, seguidor del Chornomorets, que acusa a
los militantes prorrusos de comenzar las provocaciones y ataques a
distancia a los aficionados. " Nunca esperamos una emboscada de tal
escala y que la Policía hiciera tan poco", critica en la televisión
ucraniana.
Durante varias horas, los choques entre los hinchas y los prorrusos,
envolvieron las calles de la ciudad, hasta que los enfrentamientos
llegaron a un edificio sindical de la época soviética, la Casa Regional
de los Sindicatos, donde se agrupaban decenas de rebeldes contrarios al
gobierno del país.
La tarde había comenzado con la fraternidad
entre algunos seguidores de ambos equipos, que se habían citado para ir
juntos al estadio mostrando su apoyo a las nuevas autoridades pro
occidentales y su desprecio por el presidente ruso, Vladimir Putin.
Y
es que desde el derrocamiento del presidente Viktor Yanukovich, los
aficionados más fervorosos de algunos equipos de fútbol ucranianos han
comenzado a dejar de lado las rivalidades deportivas antes de los
partidos para mostrar su apoyo a la unidad de Ucrania, a menudo cantando
el himno nacional y canciones contra Putin.
Según el portal de noticias local www.viknaodessa.od.ua,
el punto de partida de los disturbios fue cuando los partidarios de los
ambos equipos encaraban la calle griega. Allí, un grupo de hombres
armados, con máscaras y vestidos de negro, los atacaron pistola en mano.
Las imágenes de televisión muestran cómo la Policía, equipada con
escudos, intenta formar una barrera entre los aficionados y los
activistas prorrusos.
La respuesta de los hinchas fue dividida:
unos contestaron a pedradas y otros trataron de huir. Sin embargo, las
razones del cambio de itinerario de los seguidores no está del todo
claro. Unos dicen que los partidarios de Kiev se enteraron de que se
habían producido disparos en la plaza Kulikovo Polé , o campo Kulikovo, y
acudieron allí para averiguar lo que había sucedido. Otros dicen que
fueron allí a incendiar la acampada que los partidarios de Rusia habían
construido.
Los cierto es que las tiendas de campaña y las carpas fueron
calcinadas y algunos partidarios de Moscú decidieron esconderse en el
edificio más cercano, afirma la web. Ese edificio era la enorme casa
sindical, de cinco pisos de altura.
"¿Quién los dejó entrar y
por qué? Simplemente no lo sé", relata un vecino de Odessa. No está
claro quién comenzó a lanzar los cócteles molotov, pero un funcionario
de la ciudad sugiere que el fuego pudo haber comenzado en la tercera
planta, lo que indica que la causa del incendio fue algo más que una
bomba incendiaria arrojada desde el exterior. Aunque eso no ha sido
confirmado.
"Los camiones de bomberos llegaron muy tarde. El
fuego estaba en su pleno apogeo. Los que no habían sido aturdidos por el
humo, empezaron a saltar por las ventanas. Es un edificio alto, así que
puedes imaginar lo que pasó", recuerda un testigo.
Algunos
hablan de una " tercera fuerza", una referencia a lo que Kiev llama
"saboteadores " prorrusos, acusados de fomentar el malestar en Ucrania
para detener sus vínculos con la UE y mantenerse ligados al Kremlim.
Moscú ha negado cualquier responsabilidad en los hechos. De hecho acusa
al gobierno de Kiev del ataque.
Algunos
testigos aseguran que personas de ambos bandos trataron de ayudar a las
personas atrapadas en el edificio. Algunos llevaban andamios, escaleras
y cuerdas para sacar a la gente. Pero también hay imágenes que muestran
cómo individuos armados disparaban contra la fachada y lanzaban
objetos, impidiendo la huida de los atrapados.
El edificio,
ahora carbonizado, está rodeado de flores y de cientos de personas que
piden a Rusia una intervención, una respuesta. El anuncio de la Policía,
que iniciará una investigación, no va a calmar los ánimos. Los
habitantes de habla rusa tienen poca confianza en los agentes." (Público, 04/05/2014)
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