"Federico Añón Lacasa fue un actor valenciano que trabajaba en la
Compañía de Pepe Alba, junto a Rafael Rivelles y María Fernanda Ladrón
de Guevara, grandes artistas de los años 20 y 30.
Fue concejal de
Cultura del Ayuntamiento de Gandía por Izquierda Republicana, había
estudiado Económicas y arte dramático Dirigió también el denominado
hospital militar de la Republica en Gandía. Una noche de 1939, ya
terminada la guerra los militares le fueron a buscar a su casa. Le
metieron en un furgón. Toda la calle le vio partir. Le habían delatado.(...)
Su nieto, Raúl Puig Añón ha explicado a EL PLURAL.COM que le metieron
en una celda con varios detenidos y cada dos o tres semanas sacaban a
algunos para fusilarles hasta que solo quedaron Federico Añón y un
famoso tenor. Se conocían de atrás.
El día previo al de su fusilamiento,
hicieron un pacto: Si no les fusilaban a los dos juntos, el condenado
haría algo para despedirse del otro. Le tocó al cantante que ante el
pelotón entonó el “Adiós a la vida de Tosca”.
Nerviosos, los soldados no
fueron capaces de disparar a tiempo y el artista murió agonizando
cuando acabó el aria. “Mi abuelo había pensado en pronunciar un
fragmento de “Tres sombreros de copa” de Miguel Mihura, si le tocaba
primero a él”, narra Raúl Puig.
“Hemos acabado con suficientes Federicos”
No le mataron. Un teniente coronel le dijo le dijo entre risas: “ya
hemos acabado con suficientes Federicos del mundo de las artes”. García
Lorca había muerto. A Federico Añón le hicieron varias veces el paseíllo
de la muerte para luego indultarle. Aún así consiguió crear una escuela
de teatro dentro de la cárcel para los reclusos.
Le conmutaron la
condena por seis años y día de reclusión que se convirtieron en siete.
Su hija se recuerda a sí misma con tres años y una pegatina pegada en su
vestidito que indicaba “hija de Federico Añón”, ella sola en medio del
patio de la cárcel buscando a su padre junto a centenares de niños.
Era
el día de la Merced, la patrona de los reclusos, el único día del año
que los pequeños podían visitar a sus padres presos. Federico salió en
libertad en 1947 para morir en casa en 1952 de pleuritis. La humedad del
penal y un asma crónica sin tratar acabaron con él. Fue enterrado con
normalidad en un nicho de la Sección 7ª derecha del Cementerio General
de Valencia." (El Plural, 16/09/2012)
No hay comentarios:
Publicar un comentario