"—Por lo general, los medios masivos de comunicación se
ocupan del enfrentamiento armado en Colombia cuando media el morbo y la
espectacularidad. Sin embargo, poco o nada se habla del trasfondo de un conflicto
que parece eternizarse. ¿Cuáles son sus principales causas?
—Prefiero hablar de múltiples conflictos, de dinámicas
violentas de carácter crónico y persistente. Para dar dos ejemplos, en el sur
del país las comunidades y la movilidad social están fuertemente reguladas por
la producción de coca y la necesidad de mantener los corredores para sacarla.
En la zona del Catatumbo (nordeste del país), los conflictos por las regalías
petroleras se suman al comercio y tráfico de grandes volúmenes de droga en el
marco de una frontera –con Venezuela– muy porosa y conflictiva.
Los
departamentos de Nariño, Cauca y Chocó se han convertido en el epicentro del
conflicto, con durísimos efectos para la población civil, debido al intenso
combate entre guerrillas, bandas criminales y paramilitares por el control de
corredores del narcotráfico, yacimientos mineros, explotación ilegal de las
reservas forestales, entre otros.
Los efectos son incalculables. El
desplazamiento forzado, el hambre y el desabastecimiento de alimentos y de
atención médica en las zonas afectadas, así como el reclutamiento de niños por
parte de estos grupos armados, van en franco aumento.
Si tuviéramos que hablar de las grandes causas del
conflicto podemos distinguir, entre otras, la excesiva concentración de la
tierra cultivable en pocas manos (0,03 por ciento de los propietarios tienen
más del 95 por ciento de la tierra), concentración que consolidaron los
paramilitares por la vía de una contrarreforma agraria que emprendieron a
sangre y fuego para apoderarse de 5 millones de hectáreas de las mejores
tierras del país.
Tendríamos que hablar también del narcotráfico y de la
pobreza extrema, que se expresa especialmente en el hambre y las elevadas tasas
de malnutrición, que afectan a más del 46 por ciento de la población, condición
que ha pasado de ser consecuencia a convertirse en uno de los móviles del
conflicto.
La marginalidad y la exclusión son dos factores que
asocian las distintas dinámicas regionales y hacen del colombiano un caso
persistente y crónico. Mientras no se desconcentre la tierra y se trabaje
sistemáticamente en la promoción del desarrollo, será imposible avanzar." (Sin Permiso, 25/03/2012, 'Colombia: la tierra, clave del conflicto colombiano. Entrevista
Natalia Springer')
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