"María Martín López, de 81 años, de la asociación Nuestra Memoria, de
Sierra de Gredos, entró con un andador en el Salón de Plenos. “Tengo mal
la garganta”, se justificó con una voz forzada y ronca que apenas pudo
escucharse a través del sistema de megafonía.(...)
De lo que se pudo entender de su testimonio, la anciana relató que
mataron a su madre “por no tener mil pesetas”. El 21 de septiembre la
echaron a la calle, le pidieron 1.000 pesetas (unos seis euros) y como
no las tenía, se la llevaron en un coche. La mataron en el camino a
Arenas de San Pedro, allí mataron a otros 27 ese día. Solo se escapó
uno. (...)
María Martín tenía seis años entonces y la recogió una tía suya en
una finca. Cuando iba al pueblo, le hacían beber medio litro de aceite
de ricino. Su padre sobrevivió a la guerra después de salir de la
cárcel. Ella sabe dónde está su madre, enterrada cerca de un puente,
pero nadie la ha ayudado a recuperar el cuerpo.
Al término de su declaración, a preguntas de los informadores,
precisó que a ella la hacían beber medio litro de aceite de ricino con
diez guindillas. A Pascuala, su hermana mayor, “un litro de aceite de
ricino con 20 guindillas”. (El País, 01/02/2012)
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