20/7/11

El padre Nieto decía "aquí viene la justicia divina" a los que iban a fusilar. "Después comprobaba con un bastón si estaban muertos, para rematarlos"

"Estábamos tan apiñados que la cabeza de uno daba en los pies de otro. Mi hermano y yo trajimos un colchón de 90 centímetros de la cárcel de A Estrada y daba para los dos", recuerda con buena voz Ildefonso Ponte, un carpintero de Guimarei (A Estrada) que ahora tiene 94 años y tenía 19 en 1936, cuando lo trajeron al antiguo lazareto de San Simón, transformado por los sublevados contra la República en campo de concentración.(...)

"Es tremendo oírlos, porque sufrieron atrocidades y las cuentan como si nada" (...)

"Es que estos [Ildefonso y su vecino y compañero de profesión y de prisión Heriberto Rodríguez] eran chavales que no habían hecho nada. Lo pasaron peor los más comprometidos", matiza un compañero de viaje.

"Te traían por izquierdista, por socialista o por comunista, o por envidias, cualquier cosa valía", recuerda Heriberto Rodríguez después de su intervención.

Los seis mil republicanos que pasaron por San Simón entre 1936 y 1943 eran todos presos preventivos, pero muchos fueron ejecutados sin juicio.

"Por las noches venían falangistas o guardias civiles y nombraban a algunos. Decían que era para ponerlos en libertad, o para pedirle dinero a la familia, pero los llevaban a la carretera de Redondela a Porriño y les metían unos tiros", narra como un cuento de invierno Ildefonso. "Con todo, lo peor no era lo material, sino lo moral.

El padre Nieto nos reunía para leernos los Mandamientos. En el quinto, "no matarás', explicaba: 'Igual que el campesino saca las malas hierbas, también España tiene que extirpar a los malos españoles. Eso, Cristo lo perdona", describe el antiguo carpintero al capellán, que también advertía "aquí viene la justicia divina" a los que iban a fusilar. "Después comprobaba con un bastón si estaban muertos o había que rematarlos". (...)

"A mi padre lo llevaron al cementerio en un carro de bueyes. Dicen que fueron cosas que pasaron en la guerra, pero en Galicia no hubo guerra. Hubo represión, tortura y asesinatos". (El País, ed. Galicia,Galicia, 18/07/2011, p. 5)

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