"Camino nació en la calle Santo Domingo de Pamplona en 1910. Hija de
Antonio y Anastasia, era la menor de 4 hermanos, pronto se quedó
huérfana de ambos padres debido a la gripe de 1918.
Los hermanos fueron
separados y criados por diferentes familiares, ella fue a vivir con su
tía. Camino pronto destacó como buena estudiante en las Teresianas de
Pamplona donde terminó sus estudios con magnificas notas. En 1930
ejercía de maestra en el pueblo de Güesa, en el Valle de Salazar. (...)
Camino se asoció al Socorro Rojo Internacional tras la Revolución de
Asturias de 1934, ya que muchos de los detenidos encarcelados en el Fuerte San Cristóbal vivían
en condiciones infrahumanas. Aquellas mujeres venían desde Pamplona, a
veces en las peores condiciones meteorológicas, llevando comida y
regalos, acompañándolos con sus dulces caras y voces.
Pero Camino era
muy mal vista en Pamplona, era de izquierdas, solidaria, conocida
activista, secretaria del Partido Comunista, afiliada a FETE-UGT,
multimilitante comprometida con su trabajo, vivía rodeada de demasiadas
miradas acusadoras en una ciudad hostil.
En Navarra no hubo guerra. De la noche a la mañana todo cambió. Los
que una vez fueron compañeros de tascas se convirtieron de repente en
verdugos sedientos de sed y venganza. (...)
A Camino la detuvieron el 31 de julio y la encerraron en la cárcel de
Pamplona. Su compañero Tomás Ariz, conocido líder del PC de Pamplona,
ya había sido fusilado antes. Camino era una “presa fácil”, rodeada de
niñatos bravucones con ganas de demostrar gallardía en retaguardia.
Los
falangistas, entre ellos el cruel “toico” le administraron grandes dosis
de aceite de ricino.
Le raparon pelo y cejas, la maltrataron, violaron
repetidamente, y la burlaron durante horas. Pero el escarmiento iba más
lejos, había que humillar, apalear, herir, ridiculizar, la pasearon por
las calles de Pamplona, sucia, su vestido rasgado.
Días después la
transportaron hacia Urbasa, y en medio de la carretera los carlistas la
tirotearon y arrojaron por el balcón de Pilatos. Cayó cientos de metros
hasta el término municipal de Baquedano, donde su cuerpo todavía no ha
sido encontrado. Tenía 26 años.
En su libro La Guerra Civil en la Frontera, Pío Baroja habla de Camino:
“Al
volver, he sabido muchas cosas de las que no quisiera haberme enterado.
Entre ellas el caso de la maestra de un pueblo del Roncal, llamado
Güesa, una muchachita de Pamplona, inteligente, que se había hecho
comunista.
Se llamaba María del Carmen Oscoz, y yo supe de su
existencia, porque en el comienzo del año 1936 me empezó a escribir unas
cartas en las que se mostraba anticlerical y entusiasta del comunismo,
cartas de persona inteligente.
Esta pobre muchacha leía mis libros,
creía que yo estaba equivocado al no identificarme con el entusiasmo
comunista. La maestra era audaz y valiente.
En el pueblo parece ser que
había un cura que la perseguía. Ella pintaba a su perseguidor como a un
monstruo. La maestrita fue a varias reuniones, y al comenzar la
revolución la detuvieron y la llevaron a la cárcel de Pamplona.
Algunos
días después la sacaron en un camión, y en medio de la carretera la
mataron los carlistas, tirándola al suelo y disparando sobre ella varios
tiros. Después arrojaron su cadáver por un barranco. ¡Qué crueldad más
baja!.” (...)
Documentos originales: El libro Camino Oscoz y otras historias del 36 de Joseba Eceolaza. Noticias de Navarra (Amaia Rodríguez, Antonio Remón). Radio Recuperando Memoria (Nanny García Gómez). Parque de la memoria." (Documentalismo Memorialista y Republicano, 30/04/18)
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