"Rafael Molina Mantas fue el último alcalde republicano del municipio granadino de Huétor-Tájar. Como tanto otros alcaldes republicanos sufrió la cruel represión del franquismo siendo detenido, trasladado de Granada a Madrid y encarcelado.
Condenado a muerte por un tribunal militar el 23 de junio de 1939, le fue conmutada la pena de muerte por la de 20 años de prisión. Rafael falleció en 1945 en extrañas circunstancias en la cárcel de Yeserías tras ser sometido a una operación de hernia.
Yeserías, un centro de experimentación con presos
Sobre esta prisión usada por el franquismo se ha investigado que pudo ser un centro de experimentos humanos y un laboratorio donde los detenidos eran usados como conejillos de indias al más puro estilo nazi. Doctores Mengueles a la española debieron sádicamene de utilizar presos para sus investigaciones. Esa pudo ser también la causa de la muerte de Rafael Molina Mantas.
El periplo de dolor se incrementó cuando en 1945, dos
miembros de la Guardia Civil acudieron a la humilde casa de la familia
para infromarles de que Rafael había muerto. Solo le comunicaron que el
ex alcalde socialista había fallecido en en un hospital madrileño tras
ser intervenido de una hernia. No se añadieron ni proporcionaron más
datos.
Dejaba viuda y cinco hijos de entre 6 a 13 años.
Era una familia humilde y sin medios para ir a Madrid a buscar los
restos del marido y padre y traerlos para que "descansaran en paz" en
Huétor-Tájar.
Pasados ya muchos años, en 2007, animados e
impulsados por las leyes de Memoria Histórica, los familiares comenzaron
a averiguar y recabar informaciones para dar con el paradero de Rafael.
Su bisnieto, el cantaor Juan Pinilla, nieto de Rafaela Molina Ortega, contactó con asociaciones de la memoria de Madrid
e inició la búsqueda de su bisabuelo ayudado por la cantautora
sevillana Lucía Sócam.
Rastrearon en los archivos militares de Almería y
Guadalajara, así como en el Registro Civil de Madrid. Los datos y las
fechas eran confusos en la memoria de Rafaela, por lo no fue fácil hasta
que una becaria del Registro Civil de Madrid investigó por su cuenta y
obtuvo resultados.
Vecinos de derechas defendieron su inocencia
Según los documentos en poder de la familia, y de los que informa el periodico "El Independiente de Granada', Rafael Molina Mantas fue recluido y condenado a muerte por un tribunal militar el 23 de junio de 1939, acusado de “auxilio a la rebelión y complicidad con el asesinato de un vecino falangista de Huétor-Tájar durante la guerra”. Este extremo lo desmienten 45 vecinos del municipio, simpatizantes del bando nacional.
En un escrito fechado en 1942 y dirigido al juez militar que
lo condenó, aducen: “(…) fue alcalde de esta villa cuyo cargo ejerció
con satisfacción para todos, no se le reconocen hechos delictivos de
ninguna clase, fue moderado, católico, amante de la familia y fiel
reflejo de la justicia. Encarcelado, procesado y juzgado por acusaciones
nacidas de rencillas ajenas a Nuestro Glorioso Alzamiento Nacional”.
Continua este medio explicando como en 1944 le fue conmutada la pena de muerte por la de 20 años de prisión.
En esta época, la familia iba a visitarlo y podían hablar con él “a
voces”, recuerda Rafaela, a través de unas rejas separadas por un
pasillo, y donde coincidían con decenas de familiares de presos
políticos que voceaban igualmente a sus hijos, hermanos y esposos.
En
esta época también llegaban cartas a la casa familiar escritas por
Rafael en las que, sobre el reverso de sentencias condenatorias,
escribía a sus hijos lecciones de matemáticas, lengua y literatura. “La
caligrafía de estas cartas es hermosísima, y terminaba las lecciones
advirtiéndoles que la educación les haría libres”, asegura Juan Pinilla.
En 1945 fue trasladado a la prisión de Yeserías de Madrid
y más tarde ingresó en el hospital Eduardo Aunós para ser operado de
una supuesta operación de hernia. Finalmente falleció extrañamente por
una angina de pecho. Tenía 40 años de edad al morir.
Objetivo homicida
Su bisnieto, el cantaor Juan Pinilla nos remite a lo afirmado por Tomás Montero, fundador del colectivo Memoria y Libertad de Madrid. Este memorialista dice que “el traslado de Molina Mantas a Madrid tenía un claro objetivo homicida. Existen numerosos testimonios de presos que certifican que Yeserías era un auténtico laboratorio de conejos de indias y los tratamientos respondían especialmente a fines experimentales”.
Una hipótesis que tomó mas fuerza al contactar la
familia en los años 50 con un antiguo compañero de prisión de Rafael.
Este les reveló que la cicatriz que mostraba tras la operación no tenia
relacion con la que corresponderia a la de una hernia. Ademas desvelo
que tras salir del quirófano cayó fulminamente al suelo.
El 29 de mayo de 1945 fallece y fue enterrado en una fosa común del cementerio de la Almudena
al día siguiente. En 1956 sus restos fueron a parar a la fosa común
republicana del mismo cementerio, según informaron desde el archivo
histórico de La Almudena, muy cerca de las tapias donde los franquistas
fusilaron a más de 3.000 personas tras la guerra.
En esta fosa común se
encuentran los restos de las 13 rosas, Vicente González, alcalde de San
Lorenzo del Escorial, el padre de Pablo Iglesias, fundador del PSOE, y
centenares de víctimas civiles del Madrid de 1939 a 1945. (...)
El PCE local ha señalado que Rafael Molina Mantas fue asesinado por el
franquismo en extrañas circunstancias en el Hospital de Yeserías.
Santiago ha destacado también cómo pasadas las décadas, se supo que allí
se usaba a presos políticos y pobres para experimentos criminales con humanos como hiciera el régimen nazi y el imperio japonés, los cuales causaron la muerte de Rafael Molina." (Juan Luis Valenzuela, El Plural, 03/06/18)
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