31/5/16

Nosotros no supimos que nuestros tíos, hermanos y cuñados de mis padres habían huido a Francia y empezaron la resistencia antinazi allí. Porque querían protegernos... y si hubiéramos hablado de ellos en público, hubiéramos puesto a toda la familia en peligro

"(...) La segunda razón es que hay que corregir la versión fascista de nuestra historia que, por desgracia, no se ha eliminado del todo. Estos maestros fueron presentados por la dictadura como la “mala gente” (terminología sacada de los documentos oficiales del régimen) que supuestamente habían dañado a España. 

Aquel régimen satanizó a los maestros republicanos. En realidad, la peor parte de la represión fue precisamente la psicológica. Nuestros padres nunca hablaron de todo lo que sufrieron, ni tampoco de lo que habían hecho. Callaron sobre sus vidas, y lo hicieron para protegernos a nosotros, sus hijos. 

Por ejemplo, nosotros no supimos, hasta muy tarde, que nuestros tíos, hermanos y cuñados de mis padres, también maestros algunos de ellos, habían sido del PSUC, habían huido a Francia y, como miles de catalanes y españoles, empezaron la resistencia antinazi en Francia. 

 Tampoco supimos que una tía nuestra había sido detenida por los nazis y había estado en un campo de concentración nazi. Tampoco supimos que nuestra tía había vuelto y vivido en clandestinidad en Catalunya. Y tampoco supimos que después se juntaron con la diáspora republicana, y que emigraron a América Latina, creando nuestras tías una escuela de arte en Venezuela.

La tergiversación de la historia

¿Cómo es que estos hechos, que ennoblecen a una persona, a una familia y a un país, se ocultaban? La respuesta a esta pregunta es también clara. Para el fascismo todos estos hechos eran hechos criminales y denunciables.

 Eran parte de la demonización de la República y de sus maestros. De ahí que no supimos de estos hechos hasta más tarde, porque nuestros padres querían protegernos a nosotros, puesto que si, como niños, hubiéramos hablado de ellos en público, hubiéramos puesto a toda la familia en peligro. 

El régimen terrorista quería constantemente presentar a los republicanos como personas que habían hecho mucho daño, habían dañado el país –la “patria española”, como decían ellos-, gente que había que marginar, cuando no eliminar física o intelectualmente. Y nosotros, hijos de la “mala gente”, teníamos que estar callados.

Pero Catalunya y España han callado durante demasiado tiempo. ¿Por qué hemos esperado casi cuarenta años para homenajear a estos maestros, y a miles como ellos? Y ahí, de nuevo, la respuesta es también clara. La transición de la dictadura a la democracia se hizo en términos muy favorables a las fuerzas que controlaron el Estado fascista. Y aún hay miedo.  (...)

No fue casualidad que el que dirigió el infame y nefasto informe sobre los maestros republicanos represaliados aquí en Gironella fuera un vecino de esta localidad, un tal Domingo Sanz Canal, miembro de la Junta Provisional de las Escuelas de los Hermanos de la Doctrina Cristiana, institución que, según consta en los documentos, ofrecía las máximas garantías de zelo y adhesión al “Glorioso Movimiento Nacional”. 

Este documento pasó a ser el documento central en la Comisión Depuradora del Magisterio de la Provincia de Barcelona. Pero la Iglesia y la Falange no fueron los únicos que participaron en este proceso depurador. Colaboraron otras fuerzas del Estado fascista, como por ejemplo el Ejército, las grandes fortunas, grupos empresariales y financieros, así como las fuerzas políticas o movimientos sociales que constituyeron y continúan constituyendo las derechas de este país, tanto en Catalunya como en España, que siguen teniendo mucho poder tanto en las instituciones económicas y financieras como en las instituciones representativas y mediáticas de Catalunya y de España. 

Y es debido a esta situación que persiste el temor.
La enorme urgencia de romper el silencio y abandonar el temor

Este acto es, por lo tanto, muy importante, pues rompe con el miedo. Porque muestra que ya nos hemos librado del miedo."            (Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 24 de mayo de 2016, en www.vnavarro.org, 24/05/16)

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