"Sacan a los cuatro hermanos Velázquez Corrales “Goyumas”; el mayor de
ellos, Celestino, era el alcalde electo desde 1931, además de Presidente
de la Casa del Pueblo. Había estado en Francia durante la Dictadura;
estaba casado y ya había sido detenido por los sucesos de 1934. Se
trataba de un hombre de 29 años, tranquilo y de muy buen carácter,
formado y gran trabajador.
Estaba volcado en el progreso del pueblo, en
el que siempre confió. Los demás hermanos se llamaban: Jacinto
(instructor de Pioneros), Santiago y Mariano. Hay testigos que los ven
sobre un remolque cuando los llevaban hacia Tordesillas dándoles golpes.
Los llevaron a la orilla del Duero en las cercanías de Tordesillas y
los tirotearon, arrojándolos al río.
La buena forma de Jacinto hizo que
sobreviviera y salió a tierra a la altura de Nava del Rey, refugiándose
en un chozo. Estaba herido. Un afilador llamado José lo vio y lo tapó
con su manta. Jacinto le pidió que fuese de inmediato a Torrecilla a
contar lo ocurrido y pedir ayuda, lo que indica que no se daba cuenta de
la situación. Un poco más tarde fue localizado y rematado en el mismo
chozo.
La madre de estos cuatro hermanos era viuda. Le quedó su hijo
menor, de 13 años. Este exterminio abrió los ojos al párroco, hasta
entonces simpatizante de los golpistas. Los detalles del múltiple
asesinato y la situación de la madre sacaron de su ser al cura, quien
tuvo la ocurrencia de ofrecerle la recaudación de la colecta de la misa a
la madre del alcalde, quien la rechazó en medio de grandes reproches.
Este hecho, sumamente comentado en el pueblo, precedió a la marcha del
cura, quien fue sustituido por don Servando, quien tuvo mucha mejor
sintonía con los asesinos. (...)
Fortunata, conocida como Fortuna, de apenas 20 años, fue purgada con
aceite de ricino por los fascistas; vejada y agredida, estuvo al filo de
la muerte; junto con su madre y otras mujeres del pueblo, iban a bordo
de una camioneta para ser asesinadas, pero las salvó el militar Paco
Plaza, que obligó a los asesinos a liberarlas. Su hermano Julio Monsalvo
no tuvo tanta suerte y fue asesinado. (...)
Las intenciones de estos sublevados eran muy claras, y cuando tomaron el
pueblo tenían ya asumida la consigna de eliminar a todos los que
pudieran, asesinando con saña incomprensible a los convecinos de
diferentes ideas.
Los daños materiales y morales producidos han quedado impunes; la
población sometida, en estado de shock, fue abandonando la zona en
cuanto pudieron, en busca de lugares donde poder recuperar una vida
normal.
La ruina sobrevenida a causa de la represión y de la guerra que ocasionó
la rebelión franquista, acabó con las esperanzas de futuro de tres
generaciones, cercenando a la vez sus vidas y el desarrollo de
Torrecilla de la Orden." (represionfranquistavalladolid.org, 07/06/2012)
2 comentarios:
Estimado Raimundo, quiero felicitarle por la grandeza de sus bitácoras.
No comprendo por qué Franco no es declarado delincuente de manera jurídica y oficialmente como ha ocurrido en otros estados, como lo es Adolf Hitler en Alemania. Además de los delitos que cometió después de la represión, sino también por su primer delito: un general que se sublevó contra un gobierno electo. ¿Cuál es la causa? ¿quién está dentro del Poder que no quiere o lo evita? Me encantaría conocer su opinión, si no te resulta molesto.
Cordiales saludos, Miguel.
Miguel, te mando mi opinión.
Franco es considerado internacionalmente como un dictador sanguinario. Sin duda alguna.
Igual que Pinochet.
Dentro de España, la derecha ha impedido que calase esa evidencia.
Porque muchas fortunas creadas gracias a la corrupción franquista, podrían tener problemas.
Podrían tener que ofrecer reparaciones a los represaliados. Por ejemplo, por haber utilizado trabajadores esclavos.
De ahí su defensa numantina de Franco.
Si la UCD hubiese sido el partido de la derecha, posiblemente ese apoyo a Franco no hubiese existido, o hubiese sido vergonzante.
En Chile, pasa algo parecido. La derecha es pinochetista, pero la Democracia Cristiana ya no.
La derecha que domina las grandes empresas (eléctricas, consructoras, telefónicas) que apoyaron a Franco, todavía tienen miedo a que se les pidan cuentas.
Publicar un comentario