28/9/11

En su examen desapasionado de su propia posición como historiador ante la historia de su pueblo, Espinosa reconstruye la trayectoria de su padre

"En Masacre el autor recuerda cómo en sus propias conversaciones con su padre, fallecido en 1979, logró que este admitiera que en el pueblo no fue asesinado “nadie de derechas”, en contra del mito oficial. 


Espinosa también documenta que no hubo asesinatos de derechistas, que no fueron pasados por las armas los presos en la sacristía, no porque “no les diera tiempo”, como siempre le había dicho su padre y solía circular en el pueblo, sino porque se impuso el respeto a la vida gracias al empeño de personas concretas, algunas de ellas luego fusiladas.


En su examen desapasionado de su propia posición como historiador ante la historia de su pueblo, Espinosa reconstruye la trayectoria de su padre: su participación en las campañas de agitación de Falange previas al golpe del 18 de julio, en la ocupación de pueblos de la zona, su discreta carrera política a principios de los años cuarenta...
El autor de Masacre da cuenta de un hecho: “[Mi padre] no aparece en ninguno de los consejos de guerra analizados para este trabajo”. Pero también deja una impresión:
 “Para mí ofrece poca duda que, como miembro de Falange y al igual que las restantes fuerzas que se sumaron al golpe o estuvieron a su servicio, no sólo conocía la mecánica represiva sino que contribuyó en todo aquello que se le ordenó, como solía especificar la documentación oficial, a la implantación del Nuevo Orden”.                   (Público.es, 22/07/2011)

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