Al parecer, era miembro de Izquierda Republicana. Tras el fusilamiento su madre y el resto de la familia huyeron a Portugal y acabaron embarcando rumbo a Argentina, donde iniciaron una nueva vida. Según lo relatado por Héctor García, su madre no quería saber nada de España ni de Galicia después de lo sucedido y nunca la escuchó hablar en gallego.
La dramática carta escrita por Rufino Redondo a su mujer el día antes de su muerte permite intuir algunas de las razones por las que decidió borrar de su vida lo sucedido. "Quiero que desde el momento en que esta carta llegue a vosotros jamás volváis a Cedeira... Toda persona, excepto la familia, que sea de Cedeira no quisiera que figurase en la lista de vuestras amistades", se dice en la carta.
Rufino también recomienda a su mujer que haga valer su nacionalidad argentina y que la haga extensiva al hijo de ambos, Fernando, para evitar que sufran más problemas con las autoridades franquistas. La carta termina con una despedida emocionante: "Ñata (así llamaba Rufino a su mujer), Fernando, mis labios se cerrarán pronunciando vuestros nombres queridos". (El País, Galicia, 07/03/2011, p. 5)
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