21/5/08

Te denuncia tu socio

En las garras de Al Qaeda. Un informático iraquí pasó ocho días secuestrado en las mazmorras de una célula 'yihadista'. Sufrió torturas e intentaron matarle. (…)

"Demuéstranos que eres suní o te matamos". (…)

Tampoco pararon al día siguiente. Las mismas preguntas. Le dijeron que un amigo con el que trabajaba le había denunciado. Fue entonces cuando S. entendió que había sido su socio. Ambos regentaban una compañía informática, y su negativa a pagarle su participación cuando tuvo que huir de Irak terminó de confirmarle esa sospecha. "Al día siguiente vinieron para matarme; me ataron, me encapucharon, me obligaron a arrodillarme y me pusieron una pistola en la sien. Entonces, el verdugo apretó el gatillo varias veces, pero la pistola falló. Llamaron al jeque y le explicaron lo sucedido. Abú Husam les dijo que repitieran las comprobaciones porque a lo mejor yo era un buen musulmán y lo sucedido era un signo de su error. Me reconocieron que se equivocaban en un 20% de las ocasiones.

Habían pasado seis días desde que S. llegó a ese centro de detención clandestino y aún le quedaban 48 horas de horror hasta que sus captores le liberaran a cambio de 100.000 dólares, que su familia reunió a toda prisa. Hubo tiempo para una nueva ejecución fallida, y para que llamaran a un matarife que debía degollarle, a lo que se negó aduciendo que estaba cansado. Tal vez sólo fuera parte de las torturas, pero él llegó a verse muerto y ahora tiene la sensación de vivir una prórroga. (…)

En ningún momento notó tensión entre sus captores. "Todos se mostraban felices; les han lavado el cerebro y están convencidos de que matar es un mandato de Dios. El que mata a 25 alcanza el grado de jeque; con más se llega a emir, y finalmente, a emir de emires. Eso es lo que era Al Zarqaui, uno de los dirigentes más sanguinarios de la insurgencia iraquí, a pesar de ser jordano.” (El País, Domingo, 11/05/2008, p. 8)

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