16/5/11

"Aquí debajo tengo encerrados a numerosos subversivos, algunos de ellos incluso hijos de compañeros míos. Ninguno de ellos volverá a ver la luz"

"... como Mónica (24 años, hija de Emilio Mignone, gran amigo de Ernesto e importante personalidad católica de la Universidad de Buenos Aires, fundador del CELS, Centro de Estudios Legales y Sociales).

Mónica, como tantos otros y otras, fue secuestrada por sus tareas de asistencia en las villas-miserias, barrios miserables del entorno de la capital. Me contó Ernesto lo que le ocurrió a Emilio cuando buscaba desesperadamente a su hija.

Su alto puesto oficial, su adscripción a importantes organizaciones católicas y sus vinculaciones con la clase alta bonaerense le permitían al profesor Mignone el acceso a las más altas autoridades, ministros, generales, cardenales y altos miembros de la cúpula militar.

Y también a otros sujetos de no tan alto nivel, como el coronel Roberto Roualdes, entonces jefe de un regimiento situado en el centro de Buenos Aires.

Al ser éste visitado por el profesor, que le preguntó si tenían allí a su hija, el coronel, golpeando enérgicamente el suelo de su despacho con su bota, le respondió nada menos que lo siguiente: "Aquí debajo tengo encerrados a numerosos subversivos, algunos de ellos incluso hijos de compañeros míos. Ninguno de ellos volverá a ver la luz. Y usted me viene aquí preguntando por su hija. ¡Lárguese ya!".

Finalmente, según averiguaciones muy posteriores, Mónica Mignone acabó arrojada al mar en uno de los llamados "vuelos de la muerte". (PRUDENCIO GARCÍA: Sábato y el subsuelo de Buenos Aires. El País, 14/05/2011, p. 35)

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