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20/5/22

Las personas sin hogar de EE.UU. son asesinadas a un ritmo espantoso

 "La falta de vivienda es uno de los horrores más grotescos del capitalismo estadounidense. Y lo que es peor, según un nuevo informe de Jacobin, la tasa de asesinatos de personas sin hogar se ha disparado a nuevos y espantosos niveles.

 Los primeros informes, justo antes de la Navidad de 2021, aportaron escasos y aterradores detalles. Un "presunto asesino en serie" llamado Willy Maceo había sido detenido en Miami por "cazar" indigentes dormidos.

Jerome Price, de cincuenta y seis años, había muerto después de que Maceo le disparara supuestamente cinco veces desde un coche. (La familia de Price se enteró por la televisión.) Una segunda víctima apenas sobrevivió. Se relacionó un tercer ataque (y un segundo homicidio).

La policía reunió pruebas. Alcaldes y mandos policiales se agolparon en los estrados. Se supo que el arma de Maceo había sido confiscada por la policía, pero posteriormente fue devuelta. Las cuentas de Maceo en las redes sociales mostraban a un "elegante" agente inmobiliario que promocionaba mansiones en tonos pastel, mares de color aguamarina y palmeras.

A mediados de enero, la atención se centró en los sospechosos sin hogar. En asesinatos ampliamente cubiertos en las dos mayores ciudades del país, Michelle Go fue empujada delante de un tren de metro de Nueva York por un indigente; tres días después, Sandra Shells fue atacada y asesinada por un indigente en una parada de autobús de Los Ángeles. Luego, en marzo, la historia volvió a cambiar. Un hombre con pasamontañas era sospechoso de haber disparado a cinco personas sin hogar que dormían en Nueva York y Washington DC. Tras una persecución interestatal, el sospechoso, Gerald Brevard III, fue capturado.

Esta serie de historias relacionaba a los sin techo con los homicidios. Pero, ¿qué significan? ¿Están empeorando los asesinatos de personas sin hogar? ¿Tenemos datos sobre esta terrible tendencia?

Jacobin se puso en contacto con los destacados investigadores Matt Fowle y Fredianne Gray, con el Departamento de Policía de Los Ángeles (que tiene los mejores datos disponibles entre los departamentos de policía sobre las personas sin hogar) y con otros once departamentos de policía de las ciudades estadounidenses con mayor población de personas sin hogar. Al analizar los datos, se observan tres tendencias generales: Una, los asesinatos de personas sin hogar han aumentado desde 2010. Dos, la era de la pandemia ha traído un nuevo aumento de los homicidios de personas sin hogar. Y tres, en contra de la percepción común, las personas sin hogar tienen muchas más probabilidades de ser víctimas de homicidios que autores.

Más de mil víctimas de homicidios de personas sin hogar

Desde 2010, en quince grandes ciudades de Estados Unidos se han producido más de mil asesinatos de personas clasificadas como sin techo, según los datos recopilados por Fowle y Gray. Las muertes por homicidio son sólo una fracción del total de muertes de personas sin hogar, que suman casi 25.000 en esas quince ciudades desde 2010. Pero estos asesinatos están creciendo.

La tasa de este tipo de homicidios ha ido en aumento desde 2010, cuando el total en todas las ciudades de las que se dispone de datos era de un solo dígito. En 2020 y/o 2021, ciudades como Washington, DC, San José, Nueva York, Las Vegas y Seattle registraron víctimas de homicidio de dos dígitos sin alojamiento. En 2018, el condado de Los Ángeles registró la cifra más alta de un año para cualquier ciudad, setenta y ocho; en 2019, el año más reciente disponible, fue de setenta y tres. Todas estas muertes, escribe Fowle, "deben considerarse un recuento insuficiente".

 El aumento de la tasa de homicidios de personas sin hogar en los últimos cinco años parece superar el crecimiento de la población estadounidense. La tasa de homicidio más reciente disponible entre las personas sin hogar también supera a las ciudades con las tasas de homicidio más altas en general, como Saint Louis. Las Vegas, Portland y Miami tienen tasas de homicidio entre personas sin hogar en 2020 de aproximadamente 200 por cada 100.000. Eso es astronómicamente más alto que la media nacional de casi ocho por cada 100.000.

Si observamos los cambios porcentuales entre 2015 y 2020, vemos aumentos del 514% en el condado de Santa Clara (San José); del 281% en Washington, DC; del 110% en el condado de Miami-Dade; y del 93% en la ciudad de Nueva York. Las presuntas víctimas de Maceo y Brevard no son casos aislados.

Brian Davis, director de organización de base de la Coalición Nacional para los Sin Techo, afirma que los ataques violentos contra los sin techo son peores ahora que nunca. La organización de Davis lleva décadas documentando la violencia contra las personas sin hogar, en 165 ciudades.

"Ahora mismo, sesenta y cinco ciudades" -el número más alto en décadas- "están llevando a cabo barridos en los campamentos, lo que no hace más que aumentar el nivel de violencia para los sin techo", escribió Davis en un correo electrónico. Hubo una "disminución significativa de los ataques" en 2020, señaló Davis, pero eso fue seguido por un retorno a los niveles anteriores en 2021, y luego un aumento mayor.
Más víctimas que sospechosos

Aunque son limitados, los datos policiales de los que disponemos confirman lo que han encontrado los médicos forenses, y aclaran el panorama de agresores y víctimas.

Las cifras del Departamento de Policía de Los Ángeles muestran que las personas sin hogar tienen aproximadamente el doble de probabilidades de ser víctimas que sospechosas. Según el portal de datos abiertos de la ciudad, que se remonta a 2010, las personas sin hogar han sido víctimas en aproximadamente dos tercios de los homicidios en los que se identificó a alguien como sin hogar (417), frente a los sospechosos en aproximadamente un tercio (215).

De manera reveladora, una solicitud de registros públicos del Departamento de Policía de Los Ángeles para los datos desde 2017 muestra que si se eliminan los homicidios en los que tanto la víctima como el sospechoso son personas sin hogar -probablemente dejando más de los casos de "peligro de los extraños", a menudo sensacionalistas- la proporción de víctimas sin hogar con respecto a los sospechosos se inclina aún más: 171 a 51, más de tres a uno.

 Los datos de la solicitud de registros públicos confirman un rápido aumento en los totales anuales de homicidios que involucran a una víctima y/o sospechoso "sin hogar/transitorio": de treinta y ocho en 2017 a cuarenta y cuatro en 2018, cincuenta y dos en 2019, setenta y uno en 2020 y 106 el año pasado, probablemente un máximo histórico. Si nos remontamos más atrás, a 2010, los datos del portal muestran un pico reciente similar: entre 2010 y 19, el total de homicidios que incluían una víctima y/o sospechoso sin hogar fue de 364. Ya en esta década, son 268.

Dos agencias compartieron conmigo cifras que parecen confirmar un aumento reciente: en Denver, señala un portavoz de la policía, quince de las noventa y seis víctimas de homicidio en 2021 eran personas sin hogar. En San Diego, en 2020, señala la teniente Andra Brown, los sin techo fueron víctimas de cuatro y cometieron tres homicidios; el año pasado, fueron víctimas en ocho pero cometieron sólo uno.
La crisis de los sin techo

Las crisis económicas, como la Gran Recesión de 2007-8, tienden a aumentar la violencia contra las personas sin hogar. El entorno actual de la pandemia es "mucho peor", dice Davis, el peor en treinta años.

El tono que marcan los funcionarios electos también es importante, dice Eric Tars, director jurídico del National Homelessness Law Center. Eso incluye al alcalde de Nueva York, Eric Adams, "diciéndole a la gente que tiene miedo de ir en el metro", al gobernador de California, Gavin Newsom, que propone tribunales que probablemente aumenten los internamientos involuntarios, y a los legisladores que proponen proyectos de ley que criminalizan a los sin techo.

"Realmente veo que todo esto viene de un lugar de demonización y alteración de las personas sin hogar", dice Tars. "Hemos dejado que la crisis de los sin techo se agrave tanto, así que la gente está desesperada por cualquier solución para sacar a la gente de la calle".

En el sitio web de un periódico, el tirador en serie de NYC/DC fue aclamado en la sección de comentarios de la historia, los asesinatos justificados como una "solución" o "purga". En Miami, los tutoriales de Maceo sobre "3 grandes razones para comprar una casa" están junto a sus presuntos asesinatos de personas sin hogar como un retorcido monumento a la violencia capitalista.

Por ahora, los que buscan consuelo quizá puedan encontrar un poco en las proporciones de Maceo en las redes sociales: "Haré que los indigentes vuelvan como Frankensteins y vayan a por usted, señor Willy", escribe un comentarista."    
                     (Thacher Schmid  , JACOBIN, 17/05/22; traducción DEEPL)

23/11/18

Hostilidad contra los migrantes en Tijuana... pobres contra pobres

"Fuera Hondureños, aquí no los queremos”, gritaban enfurecidos un par de cientos de habitantes de Tijuana cerca del albergue donde se refugia la caravana de migrantes en la ciudad fronteriza. Ondeaban banderas y cantaban el himno nacional de México.

En Tijuana, en el norte de México, se concentran miles de personas, sobre todo de Honduras, que esperan pedir asilo en Estados Unidos tras una marcha a pie que emprendieron desde varios países de Centroamérica hace semanas en busca de una vida mejor.

La policía antimotines tuvo que detener a los manifestantes para evitar una posible agresión. Hubo momentos de tensión en que se empujaron y lanzaron botellas de agua.
Los migrantes fueron retenidos dentro del albergue, en el deportivo Benito Juárez. Algunos, se asomaban a las rejas y veían la escena con perplejidad.

“Nosotros venimos huyendo de la violencia. Queremos paz”, contaba Carlos, enseñando sus manos deformes por un ataque.

Esta hostilidad y xenofobia hacia la caravana es algo inédito en la ciudad fronteriza de Tijuana, coinciden los expertos consultados por BBC Mundo.

“Tijuana es una ciudad de migrantes” es una frase que se oye en todas partes. Y es un hecho: uno de cada dos habitantes de la ciudad no nació ahí, según el Consejo Nacional de Población.
Los tijuanenses lo repiten con orgullo y tradicionalmente han sido acogedores con la gente llegada de fuera. Pero las caravanas de centroamericanos han sacado a flote un sentimiento de rechazo a los de fuera.

¿Hospitalaria Tijuana?

Los expertos coinciden en que es una minoría, pero también que se han hecho oír y que el rechazo hacia los migrantes está ganando terreno, aún en la hospitalaria Tijuana.
Este domingo, ese sector de la población organizó una marcha con pancartas que decían: “Esto es una invasión disfrazada de migración”.

Muchos justificaban su molestia por la supuesta forma en la que la caravana entró en México: “Llegaron ilegalmente, rompiendo vallas y agrediendo”, aseguraban.

A la misma hora, a escasos metros de esa protesta, se convocó una contramanifestación en apoyo a los migrantes, pero los presentes eran muchos menos y salieron corriendo cuando los que estaban en contra llegaron irascibles a enfrentarlos.

Según los expertos, son varios los factores que han creado esta ola de rechazo ante la caravana de centroamericanos.

Un plato de frijoles y las redes sociales

En los últimos días, el video de una migrante hondureña quejándose de la comida que les dieron se ha vuelto viral.
“La comida que están dando aquí (está) fatal. Mira lo que están dando: puros frijoles molidos, como si le estuvieran dando de comer a los chanchos. Y ni modo, hay que comernos esa comida porque si no, nos morimos de hambre”, dice en un video grabado por la televisión alemana Deutsche Welle.
“Aquí somos pobres, comemos frijoles”, gritaban en la marcha contra la caravana.

En otro video, se asegura que los migrantes ya no quieren la comida que les dan y que demandan pizza y refrescos.

Eso ha indignado incluso a algunos que antes apoyaban a los migrantes.
Estos videos “han marcado un antes y un después” en la forma en que los migrantes son percibidos en México, explica Claudia Benassini, investigadora en medios digitales de la Universidad La Salle, en Ciudad de México.

Dice que las redes sociales jugaron un papel crucial: “La información circuló fuera de contexto y con nulo espacio para los desmentidos”.
En estas ocasiones han sobrado los comentarios xenófobos, fuera de lugar y con muy poco conocimiento del tema, explica la especialista.

Coincidentemente, partes del estado de Nayarit han sido consideradas zonas de desastre por las fuertes lluvias e inundaciones. En las redes sociales, hubo varios mensajes que pedían al gobierno que primero atendiera el problema de los afectados mexicanos antes de ayudar a los migrantes.
“Son dos problemas distintos. Si el gobierno no ha atendido lo de Nayarit no necesariamente es por los migrantes”, explica Benassini.

Este fin de semana, en el albergue en el que se concentran en Tijuana los migrantes, han tratado de contrastar esta mala imagen de que no recibían con gusto la comida con un video en el que agradecían a los mexicanos “el bocado que se han quitado para dárselo”.
También, antes de que llegaran los tijuanenses que venían a atacarlos, habían salido a barrer las calles aledañas a su refugio.

Trump y alcalde de Tijuana

El alcalde de la ciudad, José Manuel Gastélum,no ha ayudado a que los tijuanenses tengan una buena actitud con los migrantes, según cuentan los expertos.
En varias ocasiones ha amenazado con deportarlos.

“Los derechos humanos son para los humanos derechos”, dijo en una entrevista con Milenio Televisión tras un enfrentamiento entre los migrantes y los vecinos en Playas de Tijuana el primer día que llegaron.

Aseguró que los migrantes “llegan en un plan agresivo, grosero, con cánticos, retando a la autoridad”.
“No me atrevo a decir que son todos los migrantes, pero hay algunos que son vagos, mariguanos (fumadores de marihuana), van agrediendo a familias”, aseguró.

Por otra parte, hay un sector de la sociedad que se está dejando influenciar por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, “un hombre que es racista y que muchos consideran un líder”, explica Jorge Bustamante, investigador emérito del Colegio de la Frontera.
Trump se ha mostrado hostil con los migrantes, ha movilizado a miles de soldados a la frontera y ha prometido endurecer los procesos de petición de asilo.

En la marcha que increpó a los hondureños, Jonathan Zuñiga, de 25 años, explicaba que entiende que Trump sea duro con los latinoamericanos: “Siente que su país está amenazado y que por eso lo protege. México debería hacer lo mismo”.

Por otra parte, que Estados Unidos haya reducido los carriles de acceso de Tijuana a San Diego por la caravana ha trastocado la vida de la ciudad fronteriza.

“Eso ha molestado mucho a todos los tijuanenses que van a diario a trabajar allá. Aumenta mucho las filas y el tiempo que gastan en trasladarse. Ellos erróneamente lo han interpretado como que es culpa de los migrantes”, explica José Moreno Mena.

Tamaño y forma de la caravana

Las caravanas de migrantes se han vuelto un fenómeno recurrente en los últimos años, pero esta vez se juntaron varias y el fenómeno se ha hecho muy grande, lo que ha hecho que algunos lo vean como algo amenazante, explica el experto.

Además, dice que también el gobierno de México ha fallado en no tener ningún control sobre las caravanas.

“Esto es una invasión disfrazada de migración”

Quienes rechazan la caravana llaman a los migrantes “invasores”.
Para entrar a México cualquier ciudadano puede tramitar en la frontera un permiso de tránsito, lo que le permite una estancia legal de 30 días en el país que es renovable.

Sin embargo, cuando la caravana cruzó por el río Suchiate la frontera con Guatemala y no por la garita fronteriza, se perdió el control y no hubo forma de documentarlos.
“Aunque sí hay una parte de ellos que se ha registrado”, explica el académico Mena.

Racismo

El experto ve también señales de racismo en la hostilidad a los migrantes.
“Los racistas mexicanos ven a los centroamericanos como inferiores”, dice. Asegura que no pasaría lo mismo con los estadounidenses.

Los expertos coinciden en que el temor de los tijuanenses de que los migrantes son una carga para la economía es un mito. Que en la ciudad la oferta de trabajo, al menos en sectores que requieren de menos capacitación, como la maquila (la construcción), siempre hay empleos de sobra.
Pero los entrevistados por BBC Mundo coinciden en que, aunque es una cosa nueva y podría ir en aumento, la xenofobia y el racismo se han hecho presentes sólo en una “minoría” de la sociedad de Tijuana.

José Rendón, que se manifestaba a favor de la bienvenida de los migrantes, dijo a BBC Mundo que deben hacerlo “por solidaridad, por simple humanidad”.
Federico Garza, como otros tijuanenses, dice estar decepcionados por la actitud de algunos ciudadanos que rechazan a los centroamericanos.

“Dicen que los hondureños podrían aumentar la inseguridad y la violencia en la ciudad. Pero, por lo que vimos hoy, los tijuanenses intolerantes son el problema: gente intentando pelear y molestar a los más vulnerables”.

Tras el intento de ataque al refugio, las fuerzas de seguridad restringieron los movimientos de entrada y salida de los migrantes.

Es incierto cuánto tiempo podrían quedarse miles de los centroamericanos de la caravana en la ciudad fronteriza. Su solicitud de asilo a Estados Unidos se suma a la de 2.800 personas que ya estaban en fila y que lleva un atraso de meses."                 (Ana Gabriela Rojas, BBC News, 19/11/18)

21/5/13

El viaje al campo

"AVRAHAM KOCHAVI

Había veinte o veinticinco vagones en cada tren y se tardaba mucho hasta que los alemanes acababan de meter a la muchedumbre a empujones. Oía unos gritos terribles.

Vi a unos presos agredir a otros para tener un sitio donde ponerse, la gente se empujaba para poder estar en alguna parte, o para tener aire para respirar.

 La gente se asfixiaba. Los primeros en desmayarse eran los niños, las mujeres, los ancianos, caían como moscas. Mi padre estaba a mi lado y de pronto vi que se caía, y se desplomó. 

Traté de levantarlo y reanimarlo con todas mis fuerzas, con toda la fuerza que tenía, pero no pude. Entonces vi un palo en el suelo del vagón; lo empuñé y me puse a golpear con el palo a la gente que me rodeaba, para que hiciera sitio y mi padre pudiera levantarse. 

Recuerdo que no me preocupaba el sufrimiento de los demás, sus gritos, sus amenazas, sólo que mi padre pudiera levantarse, que no me dejara solo.”

 (Richard Holmes: Un mundo en guerra. Historia oral de la segunda guerra mundial, ed. Crítica, Barcelona, 2008, págs. 294)

2/5/13

Vi que era un vecino nuestro y le hablé en polaco. Su respuesta fue en alemán: “No sé polaco, no te conozco". Me sacó a la fuerza de la cola del pan y me abofeteó

"AVRAHAM KOCHAVI Gueto de Lodzy superviviente de Auschiuitz. 

Nos quedamos sin comida en casa y, un día, mi madre, que en paz descanse, me dijo que fuera a la panadería y me quedara allí toda la noche para conseguir una rebanada de pan al día siguiente. Me levanté a media noche y fui a hacer cola. 

Cuando llegué, ya había una muchedumbre haciendo cola. Al amanecer, un polaco, que era volksdeutsche [alemán puro] llegó con un fusil al hombro y un brazalete con la esvástica en el brazo izquierdo. En teoría tenía que mantener el orden para que todo el mundo recibiera pan. 

Entre nosostros había niños, no judíos y polacos, corriendo de un lado para otro. Tiraban del volksdeutsche y señalaban a todas las personas diciendo: «Ese judío, ese judío, dasjude, dasjude», para que los sacaran de la cola y no consiguieran pan. 

Llegó mi turno. Me volví y vi que el niño era un amigo con el que había jugado. Le dije en polaco: «¿Qué haces?». Su respuesta fue: «No soy tu amigo, eres judío, no te conozco».

 El alemán del brazalete con la esvástica  estaba delante de mí. Vi  que era un vecino nuestro y le hablé en polaco. Su respuesta fue en alemán: “No sé polaco, no te conozco". Me sacó a la fuerza de la cola del pan y me abofeteó."


 (Richard Holmes: Un mundo en guerra. Historia oral de la segunda guerra mundial, ed. Crítica, Barcelona, 2008, págs. 281/2)

27/6/11

"Lo hacemos en nombre de Nyiramasuhuko. Nos premia por poner en su lugar a las mujeres [tutsi] que nos miran con desprecio"


Pauline Nyiramasuhuko

"Pauline Nyiramasuhuko, de 65 años, de etnia hutu y antigua ministra ruandesa de Familia, es la primera mujer condenada a cadena perpetua por genocidio. El Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR), con sede en Tanzania, la señaló ayer como responsable de haber organizado el secuestro y violación de mujeres y niñas tutsis, la comunidad minoritaria en el país. (...)
Testimonios de las supervivientes recuerdan a Nyiramasuhuko en 1994 "montada en una camioneta y llamando a los hutus a aplastar a las cucarachas [los vecinos tutsi]". Los jueces también consideran probado que ordenó y facilitó el asesinato de civiles tutsi en su ciudad, Butare. Su hijo, Arsene Shalom Ntahobaki, recibió la misma condena por haberla ayudado.
El intento de exterminio de la población tutsi por parte del Gobierno hutu dejó en 1994, según la ONU, unos 800.000 muertos. Hasta 500.000 mujeres fueron violadas y acabaron infectadas con el virus del sida. (...)

Pauline Nyiramasuhuko se habría encargado de acelerar el exterminio de los tutsis a manos de las milicias hutus, que ella contribuyó a crear. Según el TPIR, las violaciones en masa tuvieron intención genocida al utilizarse como método de tortura.

En un país donde la etnia está ligada al linaje paterno, forzar a una mujer equivale a destruir a la comunidad atacada. Ella es apartada y sus hijos ya no se consideran del clan. "Acabad con ancianos y fetos", recordó una testigo haberle oído decir a la procesada.

Otras declaraciones son igualmente sobrecogedoras. Cuando las mujeres pedían clemencia en nombre de sus hijos, "eran degolladas sin miramientos". Un pasaje cita la respuesta dada por los milicianos cuando salían a violar: "Lo hacemos en nombre de Nyiramasuhuko. Nos premia por poner en su lugar a las mujeres [tutsi] que nos miran con desprecio", decían.

La acusada fue identificada por los testigos como organizadora de un pretendido reparto de comida en un puesto de la Cruz Roja. Acudieron cientos de refugiados tutsi, pero los hombres fueron separados de las mujeres. A ellos los ametrallaron. Ellas fueron violadas antes de morir. " (El País, 25/06/2011, p. 9)

"Acabo de ver como han aprobado un programa para que los rumanos que viven con y de nosotros tengan una maravillosa vida entre nosotros"

"celeste junio 24th, 2011 at 11:55

Señor Vara ustedno sale de su asombro, yo tampoco salgo del mio. Usted no merece mi respeto y mucho menos mi admiracion, acabo de ver como han aprobado un programa para que los rumanos que viven con y de nosotros tengan una maravillosa vida entre nosotros.

Busco para ver si han tenido la decencia de aprobar otro presupuesto que de trabajo a educadores/as sociales y no salgo de mi asombro al comprobar que no es asi, es por este motivo y por otros de igual indole por el que usted para mi es un ser al que odio, es la palabra con la que poder definir lo que siento hacia su persona y si mas le odio es porque ha conseguido con su comportamiento hacia los extremeños menos favorecido hacer florecer en mi esos sentimientos.

Usted crea situaciones en las que salen favorecidos, descontando a tantos como usted ha enchufado en puestos de trabajos para los que ni siquiera estan capacitados, a los extranjeros dando de lado a tantos y tantos jovenes y no tanto que llevan media vida preparandose, digo preparandose y me pregunto que para que, si llegan personas como usted que los hunde en la desesperanza,

Solo le deseo lo que se merece

Según he comprobado, no te han borrado tu comentario. Lo que pienso después de leer lo que has escrito, que el veneno que corre por tus venas no te deja ver más allá de tus narices, por lo que no llegas a ver la pantalla del ordenador.

Miedo me da que personas como tu puedan llegar a tener un trabajo y tener que tratar a otras personas en un despacho. Los problemas tuyos, como los de tantos otros, por ejemplo, los mios, no se solucionan con ese odio que emanas.


Para sin nombre

Si por tu venas corriera lo mismo que corre por las mias afortunada/o serias.

Ese odio que tu dices que yo emano y que no es cierto para nada, pero que puedes pensar y decir lo que desees que por ello no voy a sentirme mal, solo hay dos personas en este mundo que me lo despierte una es el señor Vara por todo el daño que ha hecho a muchos extremeños y otra es una mujer cuyo nombre no dire porque no viene a cuento aunque si es por motivo similares.

Hay algo que te hara feliz y es que NO TENGO TRABAJO y no es porque no me lo merezca si no porque hay dirigentes como el señor Vara mas interesado en darselos a amigos, primos y demas enchufados, como posiblemente sea tu caso, que a aquellos a los que no, nos gusta lamerle el culo a nadie y solo deseamos difrutar de esos derechos que la constitucion dice pero que para nada se cumple.

Crees que con ese odio que tu me ves, conseguiria tener lo necesario para mantener a mi familia? porque si es asi, estoy dispuesta a odiar con el contal de que mis hijos tengan una vida simplemente digna, que puedan aceder a un puesto de trabajo por sus propios meritos y no tengan que estar deseando que los enchufados se terminen para conseguirlo

En cuanto a mi trato para con otras personas es esquisito, quizas tu no puedas presumir de lo mismo, en mi no hay apariencias como las que veo, en este caso en ti. Como en todo hay que vivirlo para sentirlo. Asi que no tienes por que preocuparte que no me como a nadie y trato a las personas con las que trato tan sumamente bien que me quieren y eso es lo que realmente me importa.

No se cuales son tus problemas, Dios quiera y se te soluciones, o al menos se te alivien, yo conozco los mios y son algunos

celeste junio 26th, 2011 at 12:02

Por cierto olvide decirte que no era este comentario que tanto te ha asustado por el que puse ese otro en el que decia que se me habia eliminado uno. En Aquel comentario decia entre otras cosas que tu querido presidente podia dar las mismas posibilidades y facilidades que les da a los trabajadores delcampo, a profesores rumanos para que vinieran a dar clases a los colegios,universidades de aqui…

de igual forma tambien podrian venir administrativos,(que por cierto si uno/a rumana estudia aqui admistracion, en Rumania no le valen esos estudios, pero si estudia en Rumania administrativo aqui se le vale)….veriamos entonces como gritabais los de aqui, lo que ocurre es que mientras no me quiten lo mio, soy muy buena y todo eso, cuando tocan lo mio eso ya es otro cantar…en fin que difrutes el dia" (comentarios recibidos en el blog 'el cuaderno de guillermo' (Guillermo Fernández Vara, ex-presidente de Extremadura)

3/3/11

"Porque Dios, si existe, fracasa aquí todos los días. Todas las noches."


"Largate de aquí, perra". Ésas fueron las palabras que Jéssica Meléndez escuchó de su madre cuando regresó a Honduras con sus dos hijos después de vivir durante años con un marido maltratador en Nogales, frontera entre Estados Unidos y México.

Volvió a los trenes, pero esta vez con los dos brazos ocupados y los ojos pendientes de Óscar Eduardo, su hermano de nueve años. "Mi padrastro le pegaba mucho en Honduras y decidí traérmelo". Sólo tiene 20 años, pero ya sabe lo que es matar.

Cuando entre Arriaga e Ixtepec un hombre la quiso violar en el tren en marcha, ella logró lanzarlo de una patada hacia las ruedas. Nos despedimos de Jéssica, sus dos hijos y su hermano en Medias Aguas. La dejamos ahí, intentando llegar hasta su habitual verdugo, el padre de sus hijos.

Días después nos enteramos de que fue secuestrada en Tierra Blanca, una estación más adelante. "A algunos", nos dijo Jéssica, "la vida sólo nos juega sucio".


"Dice Teresa que a los hombres los registraron y les quitaron el dinero, pero que a ella y a su amiga, las únicas mujeres del grupo, las apartaron y les ordenaron que se bajaran los pantalones, que ellas se los bajaron mientras el revólver del más viejo las iba apuntando a las dos, de una a otra, como si dudara con cuál quedarse.

El viejo, dice Teresa, era de bigote abundante, ojos grandes y nariz aguileña, el cutis áspero como si hubiera tenido acné o una cicatriz. Del joven sólo recuerda que era flaquito y tenía el pelo liso.

-El joven fue el que me violó a mí. (...)

Dice que él la buscó durante semanas y que, buscándola, desanduvo sus pasos y regresó a Guatemala. Que fue allí donde meses después, y a través de fotografías que le mandó la cancillería de su país, reconoció el cadáver de su novia. Tenía las manos cortadas. La habían enterrado en una fosa común.

-He vuelto a México para matar a los asesinos de Elsa Marlen. (...)

Dice que dos de los asaltantes iban armados, uno con una escopeta, el otro con una pistola de nueve milímetros, que le obligaron a desnudarse, que lo tiraron al suelo de un garrotazo, que registraron sus ropas, que le quitaron todo el dinero que llevaba y que le amenazaron con matarlo si denunciaba. Uno de los asaltantes, el más joven, era alto y flaco, tenía el pelo lacio y calzaba sandalias, "guaraches", dice Gerardo.

El otro, el más viejo, llevaba sombrero y era bigotudo y tenía una cicatriz como de un navajazo en la quijada del lado derecho... (...)

-El tipo del bigote..., la señal de la cicatriz en la cara..., el sombrero... La descripción de su acompañante: más flaco, más joven, con el pelo lacio. ¿Se da cuenta? Hace meses que los emigrantes, sean hombres o mujeres, vengan de Honduras o de Guatemala, nos señalan a los mismos tipos como sus verdugos. Pero no pasa nada. Las autoridades no hacen nada. (...)

Porque aquí, desengáñese, el Estado no está, es un teatro. (...)

Entre septiembre de 2008 y febrero de 2009, casi 10.000 emigrantes centroamericanos que trataban de llegar a Estados Unidos fueron secuestrados y tratados con extrema crueldad a su paso por territorio mexicano. Muchos de ellos fueron capturados en grupos, bajados de los vagones de tren y confinados en casas de seguridad o en naves industriales. El rescate que se les exigía fluctuaba entre los 1.500 y los 5.000 dólares.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos calcula que la industria del secuestro obtuvo en ese corto espacio de tiempo más de 25 millones de dólares. Para ello, los verdugos no dudaron en utilizar una violencia extrema, que incluyó en muchos casos la tortura, la violación y el asesinato. (...)

Algunos mienten, y Arelí lo sabe. No son emigrantes. Tal vez algún día lo fueron, pero luego fueron captados por los propios carteles y pasaron de ser víctimas a trabajar para los verdugos. Son especialmente peligrosos porque tratándose de hondureños, guatemaltecos o salvadoreños, hablan el mismo lenguaje que los emigrantes y los hacen confiarse, desvelar el nombre del familiar que, casi siempre desde Estados Unidos, los está apoyando con sus dólares.

Una vez que descubren quién tiene dinero, el siguiente paso consiste en avisar a sus compinches de que en el vagón tres de la Bestia, con sudadera roja y una gorra negra de Nike, viaja un hondureño con plata. El asalto al tren, entonces, está cantado. (...)

El tren es abordado a última hora, cuando ya está en movimiento, por cuatro muchachos que levantan las sospechas del resto. La Bestia acelera, ruge, pero ya se ha convertido en un peligro secundario. Todos los emigrantes, y no cabe ni un alma más en el techo, tampoco en los reducidos espacios que quedan entre los vagones, están pendientes de esos cuatro muchachos.

No les quitan ojo. Ni apartan sus manos de las piedras que casi todos han ido cosechando silenciosamente en la estación de Ixtepec por si la ruta se tuerce. Los emigrantes tienen ante sí miles de kilómetros como éstos, llenos de peligros, de amenazas. (...)

-Se termina uno acostumbrando. E incluso te puedes permitir acostumbrarte. Pero lo que no puedes hacer nunca es dejar de estar enojada. El día que dejes de enojarte con las injusticias, ya no servirás. Y habrán ganado ellos.

Los que hacen daño. Los que no hacen nada." (El tren del infierno, de PABLO ORDAZ. El País Semanal, 10/01/2010, p. 42 ss.)

25/2/11

Los urcas... "Unos gozan la vida; otros la sufren. Nosotros la combatimos"

"En la enigmática Transnistria, los niños urcas comen dulces y usan Kaláshnikov. Las armas y los puños son parte crucial de su vocabulario. Allí, en esa tierra de nadie, la muerte es una baza probable, los deficientes mentales son sagrados, y los abuelos, santos. Fue donde creció, en medio de una jungla de hormigón derruido, barro y reformatorios en los que se violaba y vejaba sin límites, Nikolái Lilin (...)

Allá, hacia barrios como Bender, fueron a parar, desde Siberia, los miembros de una comunidad con carácter y orgullo. Los urcas llegaron un buen día hacia esas llanuras alejados de sus raíces y sus códigos; arrancados del frío de la tierra y el calor de sus guisos, deportados por Stalin en los años treinta. Lo hizo para castigarlos y que otros escarmentaran. Desde entonces, ellos le juraron guerra eterna al comunismo y sus protectores. (...)

No lucía bigote cuando entró en un reformatorio. Como él mismo cuenta en el libro, a los 13 o 14 años, un chaval siberiano en Transnistria ya tiene antecedentes penales por robo, homicidio o tentativa de homicidio. Como buen hijo de una estirpe, ayudaba a sus mayores. Su padre era delincuente y pasaba a su vez largas temporadas en la cárcel.

"Nosotros no somos criminales, ni mafiosos, ni nada. A mi familia, Stalin la depuró. Mató a varios miembros y mandó al exilio a otros. Desde entonces, nuestros mayores decidieron que lucharían contra el comunismo".

Matar a soldados soviéticos era una forma de rebelión. "Por eso nos llamaban terroristas, pero un terrorista es otra cosa". También robaban bancos: "Era dinero del Estado que nos reprimía", asegura Lilin. (...)

Muchas veces aplicaban la justicia por su mano. Como cuando un cabrón violó a su amiga Ksusia, aquella niña rusa pecosa de ojos azules que él sabía proteger como nadie y que cayó en las garras de un animal.

O como la vez en que, en el reformatorio, una banda de ladrones se cepilló sin descanso a un joven a quien llamaban Marina.

Fue una experiencia demasiado cruel incluso para la creencia siberiana. Aquella para la que un homosexual sufre un "mal de carne" que se transmite por la mirada.

En esos casos, y para evitar abusos sobre los débiles y los indefensos, Lilin cree que la violencia es necesaria. "Yo nací en un lugar en el que la violencia era una forma de comunicación. Es mala, pero hay veces en las que no tienes otra forma de manifestarte. No hay otra manera de sobrevivir.

En la guerra creíamos que quien ejerce la violencia contra otro se lleva a la víctima consigo". Tampoco le gusta que le llamen criminal, pese a que es un apelativo que él aplica en su libro.

"No lo soy, eso es una palabra ofensiva para los míos. Si la utilizo como expresión en el texto es para explicar que somos criminales honestos. Yo odio el crimen y odio el dinero. Es lo que ha acabado con mi gente", comenta. (...)

La muerte no representa ese terror paralizante en torno al que todo gira en otros lugares. Menos cuando se ha afrontado cara a cara: "Matar a un ser humano puede llegar a ser algo natural. Es fácil, aunque sea difícil de entender.

Si llegas a hacerlo es porque te has visto obligado a ello. Cuando vas a la guerra, como yo, en Chechenia, sabes que no vas a tomar café. Matas o te matan. La cuestión es quién cae primero".

Hay otras muertes y delitos que le impresionan más: "Las que producen a cientos de miles de personas un tío tomando una decisión en un despacho, o cuando desde un banco, con una orden, se mueve dinero de un lado a otro y dejan a millones de inocentes sin trabajo". (...)

Pero Lilin no ha escrito Educación siberiana por eso. Sino para dejar patente una identidad lejana y agónica, un mundo aniquilado y olvidado sobre todo por sus hijos.

"Ya no existe el mundo de nuestros abuelos. Los jóvenes ignoran sus códigos y sus reglas. Cuando yo le pedí permiso al mío para poder contar lo que cuento se alegró mucho. Me dijo que así todo lo que había ocurrido con ellos, todo su sufrimiento, cobraba sentido".

En ese mundo, el significado de muchas palabras adquiría sentidos muy profundos. Era un lugar en el que los criminales se hacían un corte en la mano con una pica. La misma arma que podría acabar con quien osara traicionar su palabra.

A Lilin, un bandido amigo de la familia le hizo ese corte una vez: "Para ti, que el señor te ayude y tu mano se vuelva fuerte y decidida", le dijo. (...)

Pero lo más importante es la honestidad entendida como ellos la quieren ver. "Ser honesto es crucial". ¿Y eso qué es para un urca? "Significa no ser egoísta, pensar en los demás. No poner el resto del mundo en segundo lugar. Quien piensa que puede sobrevivir solo y no le importa qué le rodea no es honesto". (...)

"El problema de la mafia rusa es que la gente en Europa no alcanza a comprender su dimensión. Cuando cayó el muro de Berlín no sólo supuso la liberación de toda una gente pobre oprimida. Se abrió la puerta a una gran organización criminal. No sabéis lo que hicisteis con aquello. (...)

Esa afición por el arte, por la literatura y esa conciencia permanente de muerte, violencia e instinto para sobrevivir lo definen. Lo mismo que a todo su pueblo, tal y como reza un antiguo proverbio siberiano que él ha colocado como cabecera de su libro: "Unos gozan la vida; otros la sufren. Nosotros la combatimos". (El País Semanal, 07/03/2010, p. 52 ss.)

15/12/10

13.000 personas están acampadas en un parque donde murieron cuatro inmigrantes en un desalojo violento



"Argentinos y extranjeros pobres multiplican la usurpación de parcelas para construir sus casas.

Argentinos y extranjeros pobres han multiplicado en los últimos dos días las ocupaciones de tierras en general en desuso para construir sus casas en Buenos Aires y sus alrededores. Hace 10 días había comenzado la usurpación del parque Indoamericano, en el barrio de Villa Soldati, donde han acampado 13.000 personas y donde murieron cuatro inmigrantes -un paraguayo y tres bolivianos-, pero ahora se han instalado chabolas de cartón, madera, chapa y plástico en otros siete terrenos, algunos públicos y otros privados.

Sucede que primero la Policía Federal, que responde a Fernández, organizó junto con las fuerzas metropolitanas, del alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri, un operativo conjunto de desalojo en Villa Soldati, pero dos de los extranjeros murieron en la represión y entonces la presidenta de Argentina ordenó que sus agentes se retiraran de la zona. Los otros dos crímenes también ocurrieron en confusas grescas.

La viuda de una de las víctimas responsabiliza a la Policía Metropolitana, que también se marchó del parque porque Macri consideró que sola no podía emprender el desalojo. El otro muerto fue víctima de la violencia de vecinos que fueron a agredir a los okupas con armas de fuego y piedras ante la ausencia policial.

Finalmente, el Gobierno argentino envió el sábado a la Gendarmería y la Prefectura Naval para evitar nuevos choques, pero no para desalojar el parque de 100 hectáreas. En contraposición a la idea de Macri de desahuciarlos, el Ejecutivo de Fernández reclama que el alcalde les dé viviendas dignas. (...)

Las nuevas ocupaciones fueron acometidas por pequeños grupos de personas, en algunos casos, y por hasta 200 familias, en otros. Cuatro ocurrieron en otros barrios porteños (dos en Villa Lugano, uno en Barracas y otro en el Bajo Flores) y tres en el área metropolitana de Buenos Aires (dos en Bernal y otro en González Catán).

Los ocupantes tomaron desde terrenos fiscales, algunos donde se iban a construir viviendas sociales, hasta un campo público de fútbol o sedes de empresas, en varios casos en quiebra. Algunas tomas fueron pacíficas, pero en una un agente de policía fue herido de bala la noche del lunes. Al mismo tiempo, un grupo de personas no identificadas intentó sin éxito saquear un supermercado en Villa Soldati." (El País, 14/12/2010)

16/11/10

Una protesta contra las tropas (nepalíes) de la ONU desata la violencia en Haití

"Al menos un muerto al haber disparado "en legítima defensa" un casco azul contra la multitud que asaltó a las fuerzas de paz, a las que acusa de haber expandido el cólera. (...)

El origen de la protesta está en que un sector de la población haitiana culpa a la Misión de Estabilización de la ONU (Minustah) de ser el origen de la epidemia de cólera que ha causado ya 917 muertos.

En un comunicado, la misión de la ONU informa de que un grupo de cascos azules fue atacado y tiroteado por manifestantes en Quartier Morin, un suburbio de las afueras de Cabo Haitiano, la segunda ciudad del país. La respuesta "en legítima defensa" de uno de los soldados ha causado un muerto entre los manifestantes. (...)

También se han producido incidentes en la localidad de Hinche, en el centro del país, donde los alborotadores han lanzado piedras contra los cascos azules nepalíes, a los que los haitianos acusan de haber generado la epidemia. La ONU rechaza que las letrinas del campamento de los soldados nepalíes sean la fuente del brote.

Los cascos azules culpan de la erupción de violencia a agitadores políticos empeñados en extender la tensión ante las elecciones legislativas y presidenciales previstas para el 28 de noviembre." (El País, 16/11/2010)

25/3/10

Que me pidan perdón

"El cura Bolita era el más frecuentador de niños en las Escuelas Pías de San Fernando, un colegio religioso situado en la calle Donoso Cortés de Madrid. Su técnica era muy depurada: cuando algún niño enredaba, le sacaba a la pizarra y le interrogaba, delante de todos los demás alumnos, con una voz melosa que provocaba pánico. Luego, le rebuscaba en los bolsillos del pantalón para ver si encontraba cromos o canicas que confiscarle. Se entretenía en la tarea, buscaba como si esos bolsillos fueran infinitos.

El cura Laudelino no tenía esa manía. A Laudelino le gustaban otras cosas de los niños. Le gustaba torturarles. Por ejemplo, si había una pelea en el patio entre dos, ponía a un niño frente a otro (preferentemente si sabía que eran amigos) y les obligaba a darse guantazos de forma alternativa, sin que el que tenía el turno de recibir pudiera subir las manos para protegerse. Al principio, los niños se daban flojo, porque eran amigos. Y Laudelino les daba un guantazo como castigo por la flojera. Al cabo de tres o cuatro intercambios, los amigos se zurraban con el odio más profundo ante la sonrisa satisfecha de aquel cura que tenía las manos duras como palas de frontón.

No sé si Bolita llegaba a situaciones extremas, porque yo tenía la fortuna de contar con dos hermanos mayores en el colegio que conocían sus aficiones y dejaban caer sobre él sus miradas vigilantes.

Pero Laudelino no se cortaba con nada. Recuerdo, aún con dolor, cómo le subía a uno del suelo tirándole de las patillas, cómo propinaba patadas a un niño tumbado en el suelo. Tenía aquel tipo un largo repertorio de torturas que habrían servido de enseñanza a los honorables militares de la Escuela de Mecánica de la Armada de Buenos Aires. Que yo sepa, y me consta porque a lo largo de mi vida he conocido mucha gente, eso se hacía en muchos colegios religiosos de este país. Había abusos sexuales y torturas físicas. Y que yo sepa, nadie nos ha pedido perdón a los que sufrimos en aquellos tiempos semejantes asaltos. (...)

¿Es mucho pedir que nos pidan perdón? Ya veremos si se lo concedemos, pero les toca a ellos, a Bolita, a Laudelino y a todos los demás." (Jorge M. Reverte: Que me pidan perdón. El País, ed. Galicia, sociedad, 24/03/2010, p. 32)

29/1/10

La catástrofe de Haití

"Decenas de miles de familias, o lo que queda de ellas, se disputan un lugar bajo el sol, un trozo de tierra entre la basura y los orines, las migajas de la ayuda internacional. Detrás del palacio presidencial, apenas tres días después de la tragedia, cuando aún son visibles muchos cadáveres pudriéndose al sol, se empieza a desatar una guerra. Las ruinas de las principales calles comerciales de la ciudad no sólo encierran muerte. También encierran los zapatos y los cosméticos que muchos hubieran querido comprar y nunca se lo pudieron permitir en un país en el que, ya antes de esta tragedia, el 80% de la población se las arreglaba para subsistir con menos de dos dólares al día. Ahora es el momento de arañarle una recompensa a la desgracia.

Algo con lo que trapichear, un par de zapatos que cambiar por dos litros de leche para los críos, aunque sea caducada. Primero tímidamente y luego de forma descarada, cientos de personas, algunas por libre y otras organizadas en grupos que se enfrentan entre sí, se lanzan sobre los edificios como alimañas. En las cámaras de los fotógrafos quedan registrados los forcejeos entre quienes aspiran a llevarse una lavadora, un saco de arroz o de harina, una botella de aceite o, simplemente, un paquete de patatas fritas. (...)

Mientras tanto, los bandidos han intentado liberar a sus compinches en la prisión de Carrefour. Ese centro se ha reforzado con policías y, de momento, resiste. Pero los bandidos van armados con machetes y pistolas. Roban en los comercios del centro y, después de tantos años en la cárcel, están violando a muchas mujeres. Me consta que se está matando a algunos de ellos después de atarlos con las manos a las espaldas. Mis hombres no lo han hecho, pero sé que se hace. Si las asociaciones de derechos humanos tienen algo que decir, que se lo intenten decir a los propios bandidos". (...)

Aprovechando el desgobierno, han penetrado en Puerto Príncipe siniestros tratantes de niños que se acercan a los hospitales de campaña para olfatear sus presas. Unicef denuncia el tráfico de niños. La Unión Europea se moviliza para atajarlo. El calor, la basura, los escombros, el tufo a muerte que se escapa de los edificios hundidos, los ladrones de niños... A Puerto Príncipe no le falta ningún ingrediente para ser el infierno. Se ha convertido en una ratonera de la que, en autobús o en barcos oxidados, tratan de escapar miles de personas rumbo a los pueblos de los que sus padres partieron." (El País, ed. Galicia, internacional, 24/01/2010, p. 2/3)

27/5/08

No es xenofobia, es negrofobia. No es xenofobia, es judeofobia. Luego es ¿fobia a los pobres instruidos?

Negrofobia en Sudáfrica.

Un columnista negro escribió esta semana que era un error atribuir la brutal violencia desatada contra inmigrantes africanos en Suráfrica a la xenofobia. El problema es de "negrofobia, el odio a los negros", escribió Andile Mngxitama en City Press, un periódico cuyos lectores son casi todos negros.

Pero no el odio de los blancos a los negros, sino del odio a los negros por los negros; específicamente, el de los negros surafricanos hacia los negros que no son surafricanos. (…)

¿A qué se debe esta perversa negrofobia en un país donde, por lógica histórica, deberían de ser los blancos el objetivo de la ira negra? Porque la verdad es que nunca se han visto incidentes raciales de manera sistemática contra los blancos en Suráfrica. (…)

Entonces, ¿por qué la negrofobia? Obedece fundamentalmente a factores económicos básicos. Muy básicos. (…)

En Suráfrica, el 40% es la cifra real de desempleo, casi toda correspondiente a la población negra. El número de inmigrantes africanos que viven actualmente en Suráfrica supera los cinco millones. Van a Suráfrica por el mismo motivo que vienen a Europa, o que los mexicanos, salvadoreños y nicaragüenses emigran a Estados Unidos. (…)

El dilema de los inmigrantes, especialmente la mayoría que procede de Zimbabue -cuya economía ha sido destrozada por el régimen de Robert Mugabe- consiste en que a las posibilidades de trabajo, de buscarse la vida mejor que en el desierto en el que se ha convertido su país, se suma un clima generalizado de peligro. Suráfrica tiene los índices de homicidio más altos del mundo para un país que no está en guerra. Con o sin inmigración, existe una durísima cultura de violencia. (…)

El apartheid fue un sistema que de manera muy bien pensada concedió a los negros una educación muy inferior, precisamente para que no pudieran competir con los blancos por los mejores trabajos. En Zimbabue, hasta que Mugabe entró en una especie de enloquecida decadencia más o menos al mismo tiempo (1994) que Mandela llegó al poder en Suráfrica, el nivel de educación para la mayoría era netamente superior. En Nigeria lo sigue siendo. Con lo cual, si un empresario surafricano debe elegir entre emplear a un surafricano pobre y negro o un zimbabuense pobre y negro, lo más probable es que opte por el zimbabuense, que además -como todos los nuevos inmigrantes en todos los lados- seguramente se entregará a su trabajo más que el nativo. Porque no tiene nada más.

Con lo cual la negrofobia, en los sectores más resentidos de la población negra surafricana, ha ido in crescendo.” (JOHN CARLIN: Negrofobia en Sudáfrica. El País, ed. Galicia, Internacional, 25/05/2008, p. 3)

Negros pobres y contra negros pobres e inmigrantes

“A la caza del 'shangaan'. La jauría se ha desatado en Sudáfrica. 43.000 inmigrantes son objetivo del terror.

"¿Ves a ese hombre ahí? Es un shangaan, es de Mozambique; mira el miedo que lleva en el cuerpo". Lo dice Sidney, un surafricano sentado en la puerta de su chabola en el gueto de Ramaphosa, a 20 kilómetros de Johanesburgo. Señala a un hombre de unos 70 años, encorvado, vencido. (…)

A Sidney lo despertaron hace ocho días, en la noche del pasado sábado, para ir a cazar shangaans, mozambiqueños. "No quise ir, son nuestros hermanos al fin y al cabo", afirma. Pero explica cómo los cazan. Un grupo de hombres armados irrumpe en una chabola y pregunta a los residentes cómo se dicen en zulú palabras muy precisas, como codo o meñique. No saber la respuesta significa que uno es un amakwerekwere, que farfulla, que habla diferente. Esto supone el apaleamiento, la muerte o la búsqueda desesperada de protección en las comisarías de policía. (…)

La tonalidad de la piel todavía importa en Suráfrica, donde se cree que el resto de africanos son más oscuros de piel. (…)

El conductor del autobús que llevará a Patrick a Zimbabue trata de animarlo: "Tiene miedo, ¿no lo ves?, ¿no ves lo encogido que anda? ¡Tiene tanto miedo que le da lo mismo que Mugabe le torture a su vuelta!". Patrick sonríe, le da vergüenza tener miedo. (…)

"Allí no hay trabajo y nos pegan. Aquí nos pegan, pero hay trabajo", afirma Praise Chikwinya en el sótano de la iglesia metodista del centro de Johanesburgo, convertida en refugio para miles de zimbabuenses en los últimos años. (…)

"Se quejan de que les quitamos los puestos de trabajo, pero nosotros no tenemos trabajo, montamos nuestros negocios, desde talleres de coches hasta puestos de fruta y caramelos en la calle. Nos han atacado por envidia, porque nos ganamos la vida", asegura Jean, de 41 años. Es el propietario de un taller mecánico. "Tendré que rehacerlo de cero, no puedo volver al que tengo, saben dónde estoy". Si los surafricanos culpan a los inmigrantes de entrar ilegalmente, de robarles los puestos de trabajo y las mujeres y de ser criminales, los inmigrantes tampoco se quedan cortos en generalizar: "Son vagos, no quieren trabajar, no quieren estudiar, sólo saben quejarse y meterse en peleas", opina Jean de los surafricanos. (…)

el surafricano Sidney no ve qué ha resuelto la inflamación de los guetos. "No creo que se pueda decir que somos racistas o xenófobos", explica. "Creo que lo sucedido tenía más relación con el crimen, que es muy elevado en la zona. Pero tampoco creo que esto vaya a solucionar el crimen ni nuestros problemas de vivienda o de trabajo. No sé qué habrá solucionado esto". (El País, ed. Galicia, Internacional, 25/05/2008, p. 2)