"AVRAHAM KOCHAVI Gueto de Lodzy superviviente de Auschiuitz.
Nos quedamos sin comida en casa y, un día, mi madre, que en paz descanse, me
dijo que fuera a la panadería y me quedara allí toda la noche para conseguir
una rebanada de pan al día siguiente. Me levanté a media noche y fui a hacer
cola.
Cuando llegué, ya había una muchedumbre haciendo cola. Al amanecer, un
polaco, que era volksdeutsche [alemán puro] llegó con un fusil al hombro y un
brazalete con la esvástica en el brazo izquierdo. En teoría tenía que mantener
el orden para que todo el mundo recibiera pan.
Entre nosostros había niños, no
judíos y polacos, corriendo de un lado para otro. Tiraban del volksdeutsche y
señalaban a todas las personas diciendo: «Ese judío, ese judío, dasjude,
dasjude», para que los sacaran de la cola y no consiguieran pan.
Llegó mi
turno. Me volví y vi que el niño era un amigo con el que había jugado. Le dije
en polaco: «¿Qué haces?». Su respuesta fue: «No soy tu amigo, eres judío, no te
conozco».
El alemán del brazalete con la esvástica estaba delante de mí. Vi que era un vecino nuestro y le hablé en
polaco. Su respuesta fue en alemán: “No sé polaco, no te conozco". Me sacó a la
fuerza de la cola del pan y me abofeteó."
(Richard Holmes: Un mundo
en guerra. Historia oral de la segunda guerra mundial, ed. Crítica, Barcelona,
2008, págs. 281/2)
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