2/5/13

Vi que era un vecino nuestro y le hablé en polaco. Su respuesta fue en alemán: “No sé polaco, no te conozco". Me sacó a la fuerza de la cola del pan y me abofeteó

"AVRAHAM KOCHAVI Gueto de Lodzy superviviente de Auschiuitz. 

Nos quedamos sin comida en casa y, un día, mi madre, que en paz descanse, me dijo que fuera a la panadería y me quedara allí toda la noche para conseguir una rebanada de pan al día siguiente. Me levanté a media noche y fui a hacer cola. 

Cuando llegué, ya había una muchedumbre haciendo cola. Al amanecer, un polaco, que era volksdeutsche [alemán puro] llegó con un fusil al hombro y un brazalete con la esvástica en el brazo izquierdo. En teoría tenía que mantener el orden para que todo el mundo recibiera pan. 

Entre nosostros había niños, no judíos y polacos, corriendo de un lado para otro. Tiraban del volksdeutsche y señalaban a todas las personas diciendo: «Ese judío, ese judío, dasjude, dasjude», para que los sacaran de la cola y no consiguieran pan. 

Llegó mi turno. Me volví y vi que el niño era un amigo con el que había jugado. Le dije en polaco: «¿Qué haces?». Su respuesta fue: «No soy tu amigo, eres judío, no te conozco».

 El alemán del brazalete con la esvástica  estaba delante de mí. Vi  que era un vecino nuestro y le hablé en polaco. Su respuesta fue en alemán: “No sé polaco, no te conozco". Me sacó a la fuerza de la cola del pan y me abofeteó."


 (Richard Holmes: Un mundo en guerra. Historia oral de la segunda guerra mundial, ed. Crítica, Barcelona, 2008, págs. 281/2)

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