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12/7/19

El robo del Pazo de Meirás (Adquisición “pública y pacífica”) organizado por Barrié para regalárselo a Franco

"Los sucesores de Emilia Pardo Bazán vendieron las Torres de Meirás dos veces, por lo que una de esas transacciones no puede ser auténtica. Un documento de 1938 desconocido hasta ahora sirve de base a la Abogacía del Estado para construir la demanda de casi 100 folios que este miércoles presentó el Gobierno de Pedro Sánchez en los juzgados de A Coruña para reclamar a los Franco la devolución del pazo. Según el Ejecutivo, esta acta, firmada ante notario en el despacho del gobernador civil del momento, confirma que un contrato de venta a Franco tres años después fue “fraudulento” porque ya era residencia de la Jefatura del Estado.

El protocolo notarial hallado demuestra que la propiedad ya había sido comprada el 3 de agosto de 1938 por la Junta pro-Pazo (que formaban los prohombres del régimen) por 406.346 pesetas a los herederos de Emilia Pardo Bazán. El dinero había sido adelantado en hipoteca por el Banco Pastor y se pagó con una cuestación popular que, al fracasar, se convirtió en forzosa, con dinero que se restaba de las nóminas de los funcionarios y de las arcas de los Ayuntamientos de la provincia. 

Sin embargo, tres años después, el 24 de mayo de 1941 se celebró un contrato de compraventa en escritura pública entre Franco (representado en el acto por Pedro Barrié, dueño del Pastor) y Manuela Esteban-Collantes, viuda del hijo de la escritora.

A esas alturas, el pazo de Meirás llevaba casi tres años ocupado y sumido en las obras de reforma y ampliación, pero el escrito de 1941 sirvió para crear “artificiosamente la apariencia de que Francisco Franco adquiría ese mismo inmueble por un precio de 85.000 pesetas”, una cantidad que los letrados califican de “irrisoria”.

 “Es evidente que nos encontramos ante un negocio sin causa (negocio simulado), dado que el inmueble objeto de este contrato de compraventa había sido ya vendido años antes” y “entregado al Jefe del Estado” en un acto oficial en diciembre de 1938, defiende el Gobierno. La demanda, que ha recaído en el Juzgado de Primera Instancia 1 de A Coruña, se presenta contra los nietos de Franco, Carmen, Jaime, Aránzazu, Cristóbal, María del Mar y María de la O Martínez-Bordiú, junto con la mercantil Prístina, SL, vinculada a la familia.

Desde 1938, “el inmueble estaba siendo remodelado y los accesos e infraestructuras que daban servicio a la finca estaban siendo mejorados y ejecutados por la Diputación y por la Jefatura Provincial de Obras”, recuerdan los abogados. Y describen cómo Meirás fue asumido como una prolongación del palacio del Pardo, con oficinas y personal público, hasta el punto de que en la residencia estival del municipio de Sada (A Coruña) se usaban los mismos papeles oficiales y se tachaba la palabra “palacio” para reemplazarla por “pazo”.

En este propósito de simular la venta, el contrato de 1941, que sirvió a Franco para inscribir Meirás a su nombre en el registro de la propiedad, corrige además una escritura particional de 1940 sobre la herencia del nieto de Emilia Pardo Bazán que ya no incluía el pazo, como si se tratase de un olvido la ausencia de la mansión en la relación de bienes hecha por esa familia. Es por estas maniobras a las que supuestamente accedió la nuera de la autora gallega, Manuela Esteban-Collantes, que la demanda del Estado se dirige también contra sus “ignorados herederos” actuales.

La demanda civil reivindica la rectificación del registro de la propiedad y la nulidad del título de donación en 1938 (cuyo pergamino original desapareció por sorpresa del archivo de la Diputación de A Coruña en 2007, un año antes de que Meirás fuese declarado BIC), la “compraventa fraudulenta” de 1941 y la escritura de partición de la herencia de Carmen Franco. El fin último es recuperar la posesión y ver reconocida la propiedad de Meirás a favor del Estado. Con esto, el Gobierno de Sánchez abre un nuevo frente que se suma al pulso que mantiene con la familia por la exhumación de los huesos del dictador del Valle de los Caídos.

En agosto de 2018 la Xunta de Galicia trasladó al Ministerio de Justicia una resolución unánime del Parlamento gallego en la que se instaba al Estado a que llevase a cabo acciones legales para recuperar el pazo para el patrimonio público. Desde entonces, los servicios jurídicos han revisado toda la documentación existente, y los informes de sendas comisiones de expertos aportados por la Xunta y la Diputación de A Coruña.

 Pero además han sacado a la luz el nuevo documento que consideran “clave” porque “demuestra que Franco falseó el título con el que inscribió el pazo a su nombre”. Según los abogados del Estado, estos hechos, la simulación del negocio de compraventa para encubrir la donación anteriormente celebrada y permitir una inscripción a título particular de un edificio que había sido transmitido previamente a la Jefatura del Estado, estaban castigados como delito de falsedad en documento público ya en el Código Penal de aquel momento.

En su reclamación judicial, el Gobierno defiende que desde 1938 y hasta la muerte del dictador el pazo funcionó como residencia oficial de verano del Jefe del Estado, sostenida y mantenida “exclusivamente” con fondos públicos a lo largo de todo su mandato. 

Se celebraban Consejos de Ministros y audiencias. Era “un bien afecto a la Jefatura del Estado, y fruto de esa posesión en concepto de dueño y de forma pública, pacífica e ininterrumpida durante más de 30 años se produjo su adquisición por el Estado por medio de la figura de la usucapión extraordinaria”. Era un bien de dominio público, “y por tanto imprescriptible”, que convierte en nulas las operaciones particionales de los herederos de Franco, afirman los letrados.

El Gobierno recuerda que incluso después de morir Franco, Meirás siguió varios años bajo la vigilancia de la Guardia Civil, sin que hubiese uso por parte de la familia a título particular, hasta que a finales de los noventa se ejecutaron obras de restauración. Desde 2008, al ser declarado el pazo bien de interés cultural, la familia se mostró reticente repetidas veces a abrirlo al público. El Gobierno gallego acabó sancionando a los herederos por no cumplir el régimen de visitas y la hija del dictador encomendó su gestión a la fundación Franco.

Desde agosto pasado, está a la venta en un portal inmobiliario por ocho millones de euros, la mitad de su valor. Por esto, los letrados solicitan al juzgado una medida cautelar: la anotación de la demanda en los folios registrales correspondientes al pazo para evitar que un hipotético cambio de manos dificulte la recuperación.


"El glorioso enviado de Dios" que habitó el pazo


S. R. P.

"Al pensar en el glorioso enviado de Dios que va a honrarle habitándole y en los grandes beneficios que con ello redundarán en mi amada y bellísima Marineda [nombre literario que daba doña Emilia a A Coruña], me separo con mi emocionada gratitud hacia la Junta de esa mansión, cuyo recuerdo tan fuertemente ligado va a los días más felices de mi vida”.

 Así confirmaba en una carta, recogida en la escritura notarial hallada por los abogados del Estado, la entrega de la parte que le correspondía de la propiedad de la finca María de las Nieves (más conocida como Blanca) Quiroga y Pardo Bazán, hija de la escritora. Asistía a la firma en el Gobierno Civil junto a su cuñada, Manuela Esteban-Collantes.

Al otro lado se sentaban el banquero Pedro Barrié de la Maza, el ingeniero Alfonso Molina (nombrado alcalde de A Coruña en 1947), y Rafael del Río, empleado de banca, como representantes de la Junta pro-Pazo. El precio fijado eran esas más de 406.000 pesetas que en plena Guerra Civil aceptaban como pago las señoras. Y los promotores del regalo al jefe del Estado, según recoge el acta, les transmitían “gracias efusivas por las facilidades” dadas para hacer posible el “propósito de la Junta”.

Un informe remitido por un teniente coronel a la Delegación Nacional de Provincias de Falange revelaba al año siguiente que las “gestiones” se habían efectuado “con rapidez ante las noticias de que había otras localidades y provincias que teniendo la misma idea podían adelantárseles” en la carrera por ofrecer al Generalísimo una residencia estival.

La finca, después, sería engrandecida con fincas colindantes y edificaciones expropiadas, y con esto y las obras que se llevaron a cabo en Meirás la cantidad que había que recaudar del pueblo para agasajar a Franco se disparó. El militar del régimen, en su informe, aseguraba que “la cifra gastada en el pazo” era “de tal magnitud que si se supiese causaría asombro”.                       (Silvia R. Pontevedra, El País, 11/07/19)

 "La investigación que destapó el “fraude” de Franco.

"Se ha trabajado inteligentemente" resume Carlos Babío, nieto de una mujer cuya casa quedó dentro de los muros del pazo de Meirás cuando las autoridades del régimen decidieron acrecentar la finca con las propiedades colindantes para mayor gloria del Generalísimo. Babío empezó investigando la expropiación forzosa de su abuela, una madre y viuda joven que quedó "en la miseria" en 1938, y acabó estudiando durante 22 años todo el proceso de "apropiación" de Meirás.

Hace cinco meses le telefoneó Fernando Martínez, director general de Memoria Histórica, y lo convocó a una reunión en el Ministerio de Justicia. En febrero, en Madrid, el alto cargo le anunció a Babío que iban a presentar la demanda civil del Estado que reclama la devolución del pazo y le pidió colaboración para que la Abogacía del Estado en A Coruña pudiese digerir la avalancha documental con la que ya se contaba y que un año antes había servido de base para dos dictámenes jurídicos de comisiones de expertos. 

Uno promovido por el Parlamento gallego y otro por la Diputación de A Coruña. Ahora, estos organismos que concluyeron que era posible legalmente reclamar la devolución de Meirás al patrimonio público aplauden el paso dado al fin por el Gobierno, una demanda que la Cámara gallega aprobó por unanimidad en 2018, cuando todavía era presidente Rajoy.

La primera comisión, la del Parlamento, se constituyó a finales de noviembre de 2017, estaba presidida por el profesor Xosé Manoel Núñez Seixas y conformada por 11 miembros procedentes del mundo académico, jurídico y cultural. Núñez Seixas se declara "profundamente satisfecho" y reivindica que este proceso que el miércoles acabó con la interposición de la demanda contra los Franco es también consecuencia del trabajo "bien hecho" en el marco del grupo de trabajo designado por la Cámara autonómica.

 Al final, explica Babío, autor junto al historiador Manuel Pérez Lorenzo del libro Meirás, un pazo, un caudillo, un espolio, lo que ha pasado en estos tres últimos años ha sido que se ha "institucionalizado" un clamor que "ya estaba en la calle" hacía mucho tiempo y que empezó a ser tangible en 2007, cuando la Xunta (entonces gobernada por PSOE y BNG) inició el proceso para declarar bien de interés cultural (BIC) el inmueble histórico.

"Todo indica que la demanda está bien fundamentada, bien armada, y con razonables posibilidades de éxito", opina Núñez Seixas, profesor de la Universidad de Santiago. La reclamación incluye un documento hasta ahora desaparecido —localizado por los abogados del Estado en el Archivo de Protocolos Notariales de A Coruña, prácticamente inaccesible para quien no acuda autorizado—, en el que consta que Meirás fue comprado por más de 406.000 pesetas por la llamada Junta pro-Pazo (el grupo de hombres del régimen en la provincia) a la nuera de Emilia Pardo Bazán en 1938. Este escrito demuestra, según el Gobierno, que el contrato de compraventa formalizado por 85.000 pesetas a favor de Franco en 1941 y que le valió para inscribir la propiedad a su nombre en el Registro de Betanzos es "fraudulento".

El acta notarial de 1938 era clave para poder demostrar la Abogacía del Estado la ilegalidad del proceso. El resto de la documentación la obtuvo de los informes de los expertos gallegos y, sobre todo, de Babío y Pérez Lorenzo, que habían hecho acopio de ingente material para demostrar que Meirás funcionó hasta la muerte del dictador como residencia estival oficial del jefe del Estado, como un apéndice de El Pardo, con personal y oficinas gubernamentales propias. Tanto era así que la casa expropiada a la abuela de Babío se reformó y amplió para convertirse en residencia de los guardias civiles que custodiaban la finca del pazo todo el año.

La Diputación de A Coruña, que dio la primera vuelta de tuerca hace tres años al crear la Xunta pro-Devolución del Pazo (en contraposición con la Junta pro-Pazo del Caudillo creada en plena guerra), también aplaude que el caso haya llegado a los tribunales, en concreto, de momento, asumido por el Juzgado de Primera Instancia 1 de A Coruña. Por su parte, la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de A Coruña pide que la reclamación judicial de Meirás sea solo "el primer paso" para "terminar con el expolio" y "el botín de guerra" de los Franco, conseguido a través de la "corrupción política y económica" y el "terror".

Feijóo: “Hay causa para reclamar”

Todos los partidos con representación parlamentaria celebraron este jueves la noticia de la demanda del Gobierno contra los nietos de Franco y la sociedad mercantil Prístina, SL, vinculada a la familia. Alberto Núñez Feijóo, jefe del PP de Galicia, mostró su satisfacción por que el Gobierno de España "coincida con los criterios del Ejecutivo gallego". "Hay causa para reclamar", aseguró, aunque luego avanzó que hay "dificultades de legitimación" para que la Xunta, que él gobierna, se persone como acusación en el proceso.

Benito Portela, el alcalde de Sada (por el partido Sadamaioría), donde se ubica el pazo, cree sin embargo que debe estudiarse la posibilidad de hacerlo, y el Ayuntamiento rastreará todas las vías legales para personarse en una causa que considera también suya. Hace un año, el mismo día en que Pedro Sánchez asumió la presidencia del Gobierno, Portela le envió una carta pidiéndole que restaurase la memoria histórica reclamando Meirás para el patrimonio público. Al poco tiempo, con la polémica sobre la exhumación de los restos del dictador del Valle de los Caídos en plena ebullición, Portela volvía a enviarle otra carta al presidente, porque no había obtenido respuesta.

El líder del PSdeG, Gonzalo Caballero, insistió este jueves en que la demanda es la prueba de que el Gobierno es "de palabra" y "cumple sus compromisos", mientras que Antón Sánchez, viceportavoz de En Marea, anunció una proposición no de ley para reclamar a Feijóo que "la Xunta sea codemandante" en este "importante" paso que se acaba de dar. "No se puede bajar la guardia", advirtió el diputado Luís Bará, del BNG: el Gobierno debe tener "valentía" para llegar ahora hasta el final.


Adquisición “pública y pacífica”


Javier Casqueiro

La familia Franco, los siete nietos que pleitean contra el Gobierno por el proyecto de exhumación del dictador, no tiene aún ningún conocimiento directo de la demanda preparada por la Abogacía del Estado para recuperar la propiedad del pazo de Meirás. Fuentes próximas a su defensa explican, además, que tampoco les preocupa demasiado este intento porque creen que la ley les dará la razón y reconocerá que la histórica propiedad sigue siendo perteneciendo a los Franco.

Desde que murió el dictador en 1975, la familia Franco sostiene que ha afrontado tres veces el pago del impuesto de sucesiones (del anterior jefe del Estado a su viuda, luego a su hija y de esta a sus nietos), ha asumido la costosa reforma integral tras el incendio de 1978 y ha disfrutado de ese pazo de forma “pública y pacífica” los últimos 43 años. Esos términos aluden al concepto jurídico de la “usucapión extraordinaria”, que es un modo de adquirir una propiedad cuando se cumplen una serie de requisitos que en el caso de los bienes inmuebles requiere el uso ininterrumpido, conocido y sin violencia, por 30 años."                     (Silvia R. Pontevedra, El País, 12/07/19

18/12/18

Diccionario biográfico del franquismo: una guía de los "protagonistas y cómplices" del yugo de Franco

"Cada cara al sol. Cada nombre, partícipe. Cada actor necesario en la ejecución del yugo de la dictadura. Es el retrato polifacético que deja el libro Diccionario del franquismo. Protagonistas y cómplices, 1936-1978, del historiador Pedro Luis Angosto. Casi 400 biografías de "los personajes más significativos del franquismo" como una guía para entender "el hecho histórico que más ha condicionado la vida de los españoles".

La dictadura de Francisco Franco ha viciado el acontecer del pueblo español. Marcando el paso de la memoria durante 40 años, y llenando de fango el camino en el que chapotea la democracia.


Pero "en España  una parte grande de la población sigue ignorando qué pasó durante ese periodo", dice el autor. Un desconocimiento latente "desgraciadamente, pese a lo mucho que se habla y sobre todo lo mucho y bien que se ha escrito", refiere Pedro L. Angosto, licenciado en Historia Moderna y Contemporánea en la Universidad Autónoma de Madrid y Doctor en Historia por la  Universidad de Alicante.

Por eso ha confeccionado "un libro asequible a todo el mundo" que proporciona "información sobre la mediocridad y la perversidad de quienes mandaron en España a sangre y fuego". Una suerte de fotografías de los personajes "que tanta incidencia tienen todavía en nuestro devenir", subraya.

 

El perfil de los "cómplices"


Las páginas de Diccionario del franquismo ( Editorial Comares) quieren aclarar la vida y obra de quienes construyeron el franquismo. El perfil de los "cómplices" que "contribuyeron a su perpetuación, eliminando así la libertad de los españoles". Porque "conocer sus trayectorias vitales es perentorio para reconstruir nuestra historia y edificar un futuro democrático y justo".

"Empecé a seleccionar a los personajes biografiados dependiendo de su peso en la trama golpista y en el posterior desarrollo de la dictadura", cuenta Pedro Angosto a  eldiario.es Andalucía. "Es posible, pese al tiempo dedicado, que falten nombres, pero creo que cualquier persona que se acerque a este libro tendrá una idea clarísima de quiénes fueron los inventores de esa monstruosidad que fue la dictadura franquista", expone.

Y los nombres van más allá del Ejército. "Los militares fueron el brazo ejecutor, pero  cómo olvidar a los cardenales Gomá y Pla y Deniel, a Nicolás Franco, que tanto tuvo que ver con su designación como Jefe del Estado y Caudillo de España, o a Juan March y Francesc Cambó, financiadores del golpe", explica el historiador.

Entre los biografiados "los hay de una crueldad increíble como el propio Franco, Queipo de Llano, Yagüe, Conesa o El Algabeño, de una crueldad insaciable, física, corporal, irracional y extrema", dice el autor. Y luego estaban otros sujetos "más teóricos, los incitadores, muchos de ellos altos dignatarios de la Iglesia, de la burguesía o la nobleza, pero también hay intelectuales como Eugenio D'Ors, uno de los armadores ideológicos del fascismo español".

 

Criminales amnistiados


Pero solo un manto de silencio cayó sobre estos "cómplices" y ejecutores del franquismo. "Pese a los crímenes de Lesa Humanidad que se cometieron, ni un sólo alto cargo de la dictadura ha sido juzgado, ni siquiera acusado dentro de nuestras fronteras", refiere Angosto. Esta amnistía, el "pacto de silencio" que surge de la Transición, "se está resquebrajando", apunta: "no hay día en que no tengamos noticia del descubrimiento de una nueva fosa con cientos de cadáveres, y esa ruptura necesaria terminará por afectar al régimen".

La materia prima para ejecutar la obra han sido "documentos de primera mano" aliñados con "abundantes declaraciones y escritos de los propios biografiados". "Numerosas investigaciones" históricas como base para conocer a los coautores "de aquel régimen que mantuvo a España y a su sociedad bajo el yugo de una de las dictaduras más largas de la Europa del siglo XX".
Una etapa oscura que baña al presente. Una dictadura que nace de un  genocidio fundacional y acaba aplicando la  pedagogía del terror hasta el último día. Bañando con su rastro mucho más allá de "los años que siguieron a la muerte de Franco". 

Sin contar la historia "nunca lograremos acabar con ese vacío", apunta Pedro L. Angosto. Y sin difusión, "nuestra labor historiográfica continuará rodeada de silencio mientras los medios ultras continúan imponiendo la monstruosa 'historia oficial'".

 

Romper "el silencio" del franquismo


El diccionario biográfico de la dictadura rompe, desde dentro, "el silencio sobre la historia del franquismo", como escribe en el prólogo el historiador Josep Fontana . En el "pacto de la Transición", dice, está la clave de esta España desmemoriada. Como una ley de Punto Final con una herramienta necesaria: "una especie de neutralidad que ha favorecido la aparición de un revisionismo histórico que pretende demostrar que la guerra civil no fue más que un enfrentamiento entre dos bandos igualmente culpables".

Y esa falsa equidistancia "explica escándalos" como el protagonizado por la Real Academia de Historia con el Diccionario Biográfico Español al  dulcificar la figura del dictador Francisco Franco: "inteligente y moderado", "valeroso y católico". En las mismas páginas donde  los "perdedores" eran Manuel Azaña, Juan Negrín o Dolores Ibárruri, la Pasionaria, y canoniza a Mariano Rajoy o Rodrigo Rato. La versión digital del proyecto –financiado con dinero público: 6,5 millones de euros– ya rectifica y califica a Franco como "dictador".

"Confieso que nunca he entendido que se pueda valorar del mismo modo una República que formó maestros, abrió escuelas y creó bibliotecas públicas en los pueblos, y un régimen militar que asesinó maestros, cerró escuelas y quemó libros", señala Fontana. En "uno de sus últimos textos", recuerda Pedro L. Angosto."                  (Juan Miguel Baquero, eldiario.es, 21/11/18)

24/5/18

Las hermanas ‘Schindler’ gallegas que salvaron a 500 judíos del Holocausto Lola, Amparo y Julia Touza siguen a la espera de ser nombradas 'Justas entre las naciones'

Lola Touza, segunda por la izquierda, en 1923

"El reloj de la estación de tren de Ribadavia, en Ourense, marca las seis menos diez. Lleva 50 años parado y es el mismo que Lola, Julia y Amparo Touza miraban todos los días cuando iban a trabajar al quiosco de la terminal. Corría el año 1941 y ellas regentaban, además del casino de la localidad, este pequeño puesto de madera en el que vendían melindres, licor café, aguardiente de hierbas o bocadillos. 

A simple vista, ofrecer estos productos era su principal cometido en la estación, pero las tres guardaban un secreto que muy pocos en el pueblo sabían y que hasta muchos años después de su muerte nunca vio la luz.

Entre los numerosos pasajeros que viajaban en la línea Hendaya-Vigo, aún en circulación, se encontraban muchos judíos que huían de los campos de concentración nazis. Lo hacían cruzando la frontera francesa hacia España y con el objetivo de llegar a Portugal para marcharse a Estados Unidos o a América Latina. 

Según el historiador José Ramón Estévez y el escritor Vicente Piñeiro, expertos en esta historia, las tres hermanas consiguieron ayudar a alrededor de 500 judíos gracias a una red clandestina que las conectaba directamente con el cónsul portugués Arístides de Sousa, que también desempeñó el mismo cargo en Vigo. 

“Creemos que ellas recibían telegramas de Sousa, reconocido por la cantidad de visados que concedió a judíos que huían del Holocausto. Cuando recibían el aviso, sabían si en el tren que circulaba ese día había alguien que las necesitaba o no. Los pasajeros solo tenían que preguntar por “la madre", que era el apodo de Lola. 

Después, las tres hermanas los escondían en el quiosco de la estación de Ribadavia para, aprovechando la discreción de la noche, trasladarlos a su casa, donde los ocultaban hasta que fuese seguro cruzar la frontera y llegar a Portugal, bien caminando, bien en coche”, asegura Piñeiro.

La red de las hermanas Touza, dirigida por Lola, contaba con otros protagonistas que nunca desvelaron el secreto. Entre ellos se incluían dos taxistas del pueblo, Xosé Rocha y Javier Míguez; un tonelero llamado Ricardo Pérez, que hacía las veces de intérprete; el padre del historiador Estévez, Francisco, aún vivo; y su abuelo Ramón.

 “Lola se acercó a mi abuelo en la estación mientras cargaba un vagón de ladrillo y le dijo que tenía escondido a un señor que venía de Europa y que quería que él lo llevase a la frontera con Portugal, que está a 12 kilómetros de Ribadavia. Mi abuelo lo acompañó en la noche, junto a mi padre, a través del río, haciéndose pasar por pescadores. Este señor, en agradecimiento, les dio una moneda que luego, muchos años después, entregamos a los nietos de Lola”, afirma Estévez.

Las peripecias que pasaron Julia y sus hermanas fueron conocidas por muy pocos vecinos del pueblo. De hecho, en la actualidad, todavía muchos dudan de la labor de estas tres hermanas, pese a que hay documentos y testigos que lo acreditan. El secreto no fue desvelado hasta 2005, cuando el escritor Antonio Patiño escribió su historia, que había jurado a Lola no contar hasta que las tres hubiesen fallecido. 

“A raíz de esa publicación fui desenredando la madeja de enigmas que mi abuela y mis tías habían ocultado durante tanto tiempo. Yo vi muchas cosas de pequeño que, a partir de ese momento, de repente empezaron a cuadrar”, cuenta el arquitecto Julio Touza, nieto de Lola.

Touza resume la hazaña de su abuela y sus tías como una historia de silencios. “Ellas ayudaban a estas personas de manera desinteresada y nunca lo hicieron público. Tampoco lo contó mi padre. Eran solidarias por naturaleza y no solo con judíos huidos, sino también con prisioneros de la Guerra Civil, a los que daban comida a través de los barrotes de la cárcel”, sostiene. 

El arquitecto recuerda a su abuela como una mujer fuerte, con tesón y adelantada a su época. "Según he podido saber después, las tres pusieron en riesgo su vida en numerosas ocasiones. No era habitual que la Gestapo visitase la localidad, pero sí que, en alguna ocasión, vinieron preguntando por "la madre". La presencia de los nazis era habitual en Galicia porque venían en busca de wolframio, un mineral necesario para reforzar cañones y acorazar tanques, muy abundante en la zona", añade.

Solo una placa en su honor

El 7 de septiembre de 2008, el Ayuntamiento de Ribadavia aprobó poner una placa en homenaje a las Touza. "A las tres hermanas Lola, Amparo y Julia Touza. Luchadoras por la Libertad", se puede leer en el que fue su domicilio en Ribadavia. El mismo año, el Centro Peres por la Paz plantó en Jerusalén un árbol con el nombre de Lola Touza que recuerda su labor. 

Desde entonces, la familia también espera que se les otorgue el título de Justas entre las Naciones, el máximo reconocimiento oficial que otorga el Estado de Israel. "Para que se les conceda este título se deben cumplir tres requisitos: que hayan salvado a un judío, que lo hayan hecho arriesgando sus vidas y que se haya llevado a cabo de forma desinteresada. Ellas cumplen todos", explica Touza.

Por su parte, el Centro Sefarad-Israel en España confirma que esta investigación se está llevando a cabo, pero no da fecha exacta para la resolución del proceso que califican como "lento y complicado". Por ello, el 13 de abril lanzaron una campaña para recoger firmas que apoyen su Expediente de Honra del Municipio. El Yad Vashem, institución creada para honrar a las víctimas y los héroes del Holocausto, tampoco ha precisado a este periódico el momento previsto para el nombramiento.

Recientemente se publicó que este año se estrenará una película musical basada en la vida de las Touza. El nieto de Lola no ve posible el musical. Solo recuerda que Emilio Ruiz Barrachina, al que se mencionaba como director de la película, "escribió un libro sobre las tres hermanas, titulado Estación Libertad". Este periódico ha intentado sin éxito hablar con él. 

"Lo que sí puedo contar es que he tenido varias reuniones con un español que forma parte del equipo de Steven Spielberg para hacer un filme que cuente su historia y no he rechazado la idea. También tengo previsto reformar la casa de mi tía y abuelas para convertirla en un pequeño hotel y centro de actividades que regenten los vecinos de la localidad", confiesa Touza. 

Mientras tanto, a la espera de esa película, del reconocimiento o de la casa homenaje, la historia de Lola, Julia y Amparo seguirá silenciada. "Quizá es lo que ellas hubiesen querido", concluye el nieto."                (Mai Montero, El País, 27/04/18)

2/2/17

Fernández de Mesa, el de Tarajal: de patrullar con falangistas a consejero de Red Eléctrica pasando por la Guardia Civil... será para electrificar la valla de Melilla

"Cuando era joven, el exdirector general de la Guardia Civil metido ahora a consejero de Red Eléctrica de España (REE) tenía dos apodos. Arsenio Fernández de Mesa era Cuco para los amigos y El Estirao para los enemigos. 

Su ciudad natal, Ferrol, seguía siendo entonces de El Caudillo, y cuando murió Francisco Franco en 1975 De Mesa todavía era menor: la mayoría de edad no se adelantaría de los 21 a los 18 años hasta 1978.

Eran tiempos convulsos en todos los rincones de la una, grande y libre, y en Ferrol, cuna del apodado Faro de Occidente (a pesar de la escasa estatura del dictador), la lenta agonía del Caudillo se vivía con un plus de emotividad. Los enfrentamientos entre francófilos y francófobos eran cotidianos.

En Ferrol habitaba entonces el hombre que había fundado en 1935 la facción gallega de Falange Española. Jesús Suevos era en 1975 un respetado fascista de 68 años, algo atildado, de gran cultura, elegante, soltero y muy afrancesado, con todos los rumores que esta pléyade de cualidades podía aventar en aquella España charretera, vencedora, carpetovetónica y macho.

Con la muerte de Franco, Suevos se volvía a sentir depositario otra vez de la sagrada misión de emprender una nueva cruzada por Dios y por España. El antiguo jefe de centuria falangista en la Sierra de Guadarrama durante la Guerra Civil organizaba, 40 años después, en Ferrol, patrullas de inspiración paramilitar destinadas a amedrentar a sindicalistas y demócratas con palos, cadenas y pistolas. 

Los llamaban los cadeneros y se daban cita las noches del lunes en los patios del colegio Tirso de Molina antes de salir a patrullar.

Suevos adoptó intelectual e ideológicamente a Cuco Fernández de Mesa por diversas e irreprochables razones. A pesar de su deslustrado expediente académico, De Mesa era un líder estudiantil. 

Poseía buen físico, buena voz y una viril espontaneidad para la arenga, como bien ha seguido demostrando en el decurso de su carrera política. Además, Cuco proviene de una noble estirpe de marinos y militares que arranca en el siglo XVIII. Su madre fue bautizada María Luisa Díaz del Río y González-Aller.

Los González-Aller provienen de la aldea de Villarruba, a 22 kilómetros de Ferrol enfilando hacia el sur el curso de la ría. La dinastía naval alcanza nuestros años, con Cristóbal González-Aller, (1960) vistiendo el uniforme de almirante en la base de Rota. José Ignacio, fallecido en octubre del pasado año, había sido compañero de promoción de Juan Carlos I en la Escuela Naval y a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano.

 Carlos, capitán, llegó a ser jefe de la Cámara de Oficiales de la Armada en Madrid. El almirante Antonio fue, durante el primer lustro de este siglo, jefe del Cuarto Militar de la Casa Real, y su empaque era inevitable en cada acto castrense solo unos pasos detrás de Juan Carlos I.

Como Jesús Suevos –que sería corresponsal de la prensa del Movimiento en París, primer director de TVE y presidente del Atlético de Madrid–, la familia de Cuco de Mesa era gente de cultura y sensibilidad, había sido golpista en el 36, y vivió plácidamente los 40 años de terror franquista, como los adjetivara en inolvidable ocasión el exministro del PP Jaime Mayor Oreja.

La joven centuria falangista organizada por Suevos en los años 70, y de la que formó parte el actual director de la Guardia Civil, contaba para su impunidad, precisamente, con la complicidad de la Benemérita. Igual que otros movimientos involucionistas de aquellos años, como los Guerrilleros de Cristo Rey, responsables de numerosos asesinatos durante la década.

Por supuesto, no existen censos de la composición de aquellas centurias clandestinas. Ni apenas denuncias contra ellos. Pero sí fue pública la presencia de Fernández de Mesa ataviado de falangista en un acto que se celebró en Cedeira el 14 de mayo de 1977. El ex ministro franquista Gonzalo Fernández de la Mora acudió a la localidad para inaugurar un monolito en memoria de Franco. Las autoridades locales esperaban disturbios.

Cedeira había albergado un campo de concentración donde se hacinaron más de 700 rojos entre 1937 y 1938. Muchos cedeireses fueron fusilados en la playa de Villarrube, a orilla del exquisito pazo de los González-Aller. A los supervivientes y a sus familias les pareció un insulto aquel homenaje e intentaron boicotear el acto. En previsión de que las fuerzas del orden fueran insuficientes, la centuria de Díaz de Mesa acudió con sus aditamentos falangistas a proteger ministro y monolito, quizá no necesariamente por ese orden.

De Mesa ya albergaba ambiciones políticas. Convencido por Suevos, se había afiliado un año antes a Reforma Democrática, fugaz asociación (aun no se había redactado la ley de partidos) que bajo el aliento de Manuel Fraga pretendía mantener los principios del Movimiento Nacional en caso de que la frivolidad democrática naciera irreversible. Fue la crisálida de Alianza Popular y del PP.

Su periplo laboral arrancó un poco más tarde. En 1979, se convierte en auxiliar de jardinero en el puerto, pero no era posición laboral digna para un vástago de genealogías navegantes tan conspicuas como la de los González-Aller, y acaba colocado en diversos oficios relacionados con el naval. Pero en 1983 sale concejal en Ferrol y en su Ayuntamiento permanece hasta 1991.

Muy crítico con la reconversión del naval iniciada en los primeros gobiernos de Felipe González, se destaca entonces como grandilocuente defensor de los trabajadores ferrolanos, lo que le abrió las puertas del Congreso como diputado por A Coruña en 1989. Mantuvo el escaño hasta 2012 y no precisamente para pasar desapercibido: durante la guerra del fletán con Canadá, afianzó su fama de intrépido parlamentario.

También contribuyeron en su salto de Galicia a Madrid sus desavenencias con Manuel Fraga y su acercamiento a los genoveses de Aznar, hartos de abandonar las comodidades de Lhardy para apoyar a Donmanuel entre pulpeiras de O Carballiño y percebeiros del Malpica.

Durante aquellos años, el inexistente currículum académico de Cuco agrega títulos como sendas diplomaturas en Altos Estudios Militares y de Defensa. Diplomaturas que, tras convertirse en director de la Guardia Civil, reducen a un par de cursillos los miembros del colectivo Alborán de militares retirados y guardias civiles: "No tiene ni los estudios para el ingreso como guardia".

Fue nombrado delegado del Gobierno en Galicia por José María Aznar. Lo era cuando el petrolero Prestige se hundió frente a las costas gallegas en noviembre de 2002. De esa época datan algunas de sus declaraciones públicas más recordadas, por los absurdas, como cuando dijo aquello de "probablemente el fuel no toque la costa gallega" (14 de noviembre 2002) o "El destino del fuel en el fondo del mar es convertirse en adoquín" (19 de noviembre 2002) o "Hay una cifra clara, y es que la cantidad que se ha vertido no se sabe" (21 de noviembre). 

Durante el zapaterismo espera su turno tras distanciarse de la protección de Francisco Álvarez Cascos, a quien había organizado la boda, y aproximarse a Mariano Rajoy. En el PP gallego era voz populi que el pontevedrés le iba a asignar la cartera de Defensa, acercando la magnitud de su figura a la de los almirantes y capitanes de su familia materna. De hecho, convirtiéndose en jefe de la marinería. Pero los designios de Rajoy son inescrutables.

Como director de la Guardia Civil, su actuación más destacada por la prensa fue mentir acerca de la actuación de la Benemérita en el Tarajal, donde fallecieron ahogados 15 inmigrantes que intentaban alcanzar a nado las costas de Ceuta. De Mesa negó que su benemérito cuerpo hubiera utilizado balas de goma y gases lacrimógenos para repeler a los nadadores muertos. Falsedad que el ministro Fernández Díaz hubo de desmentir días después en sede parlamentaria, ante la comisión de Interior.
Pero un informe forense realizado por la Universidad del País Vasco y difundido por la Cadena Ser, confirmó que los botes de humo y las pelotas de caucho `pudieron contribuir de manera significativa como un elemento coadyuvante en el fallecimiento de estas personas".

El Tarajal pudo haber sido el principio del fin de una carrera que se inició un día de mayo en Cedeira, alrededor de un monolito a Franco y apoyando, contra el pueblo, a la Guardia Civil. Esa misma que dirigió hasta noviembre. Pero no, Fernández de Mesa pasa ahora a ser consejero de Red Eléctrica de España.
 ¿Qué experiencia tiene en el sector eléctrico  este ferrolano de sangre marinera y franquista? Ninguna. Franco murió hace mucho tiempo, y aunque ya no está para sobrevolar más el nido de este Cuco, Fernández Mesa sigue anidando en los lugares más nobles, esta vez en un Consejo de Administración y con una retribución anual de 180.000 euros."                  (Aníbal Malvar, Público, 01/02/17)

3/12/15

Franco se hizo durante la guerra civil con una “fortunita”

"(...) Uno de los artículos de la revista “Hispania Nova” que desmonta con rotundidad las tesis de “Franco. Una biografía personal y política” es el del historiador José Luis Ledesma, centrado en la represión y las investigaciones sobre la misma. 

Ledesma señala que, como resultado de numerosos estudios basados en metodologías diversas, la historiografía española considera que en la zona republicana la represión se tradujo en la muerte de unas 50.000 personas durante la guerra civil, mientras que la cifra se eleva a 130.000 fallecidos (40.000 de ellos durante la posguerra) en el caso de la España franquista (algunas fuentes la incrementan hasta 150.000 personas). 

Sin embargo, Jesús Palacios y Stanley Payne establecen el cálculo de muertos por la “violencia revolucionaria” en 55.000 personas, mientras que reducen los efectos de la represión por parte del bando “nacional”, que habría afectado a unas 80.000 personas (30.000 en la posguerra).

En otro apartado de la publicación, Ángel Viñas rebate la interpretación de Franco como gobernante y militar austero. Muchos de los argumentos ya los utilizó el historiador, economista y diplomático en el libro “La otra cara del caudillo. Mitos y realidades en la biografía de Franco”, publicado por la editorial Crítica en 2015.

 Viñas sostiene que Franco se hizo durante la guerra civil con una “fortunita”, que consiguió agrandar durante la posguerra en medio de la pauperización general. Ya como jefe de estado, el dictador hizo uso de la “ingeniería jurídica” de la época para embarcarse, por ejemplo, en inversiones inmobiliarias que enmascaró “con la complicidad de su señora esposa y de un notario flexible”. 

En agosto de 1940 Franco contaba con una fortuna de 34 millones de pesetas (388 millones de euros del año 2010). El historiador detalla asimismo de qué manera el dictador se lucró con la llamada “Operación Café”. Viñas refuta, por otro lado, que Franco fuera un “hábil” y “prudente” diplomático, frente a lo que sostienen las tesis filo-franquistas. (...)"              (Enric Llopis , Rebelión, 27/11/15)

26/10/15

Francisco Franco hizo caja aceptando regalos o haciéndose con donativos que debían servir para la reconstrucción del país

"En su libro, La otra cara del caudillo, el historiador, economista y diplomático Ángel Viñas ha investigado sobre la fortuna de Francisco Franco quien, demuestra, hizo caja aceptando regalos o haciéndose con donativos que debían servir  para la reconstrucción del país. De su interesante estudio se desprende que la corrupción económica acompañó al régimen desde su inicio y su sombra sigue vigente hasta hoy.

En esta entrevista con ELPLURAL.COM  Ángel Viñas responsabiliza de esa presencia franquista “a políticos un tanto bocazas” poniendo como ejemplo a Esperanza Aguirre y dice que “en los archivos hay adormecidas serpientes venenosas que pueden despertarse si se indaga mucho en ellos”.

P. ¿Tuvieron las ejecuciones y desapariciones forzadas de millares de españoles un motivo económico?

R. Fueron una consecuencia, no arbitraria, de la aplicación de una política de represión multimodal que perseguía destruir en la mayor medida posible a los vencidos. Naturalmente en ella se dieron motivos muy diversos: ideológicos, políticos, económicos, de envidias y hasta de querellas personales.

P. En este sentido, ¿qué papel jugaron los tribunales que incautaban los bienes de detenidos, fusilados y vencidos en general en el enriquecimiento de diferentes sectores afines a Franco y al propio Franco?

R. Su función era, sobre el papel, el previsto en la Ley de Responsabilidades Políticas de febrero de 1939, promulgada por Franco en el período en que ya oteaba la victoria definitiva. Hay que ponerlo en conexión con el  Dictamen sobre la ilegitimidad de poderes actuantes el 18 de julio de 1936, biblia del canon franquista desde entonces hasta nuestros días.

Basándose en que los republicanos habían cometido un delito de “sublevación”  lo que se quiso fue extraer las consecuencias no solo penales sino también económicas contra los acusados. Fue, pues, una manera de expoliar a los vencidos de sus bienes y fortunas. Otra forma de represión y, económicamente, la más significativa.

P. Estos tribunales y las incautaciones que llevaban a cabo ¿se podrían considerar un comienzo de la corrupción vigente durante el franquismo?

R. Que los tribunales juzgaron arbitrariamente está fuera de toda duda. Hay varios estudios sobre la jurisdicción de responsabilidades políticas que así lo demuestran. El problema de la corrupción en el franquismo (desbordante, prevalente, manifestada de múltiples maneras) es que con harta frecuencia resulta difícil hallar pruebas directas.

 Existen, sin embargo, numerosos testimonios, tanto españoles como extranjeros, que  se refieren a ella, en la época y después.

 Fue un aspecto querido: dado que se había ganado militar y políticamente, había que extraer hasta la última gota los frutos de la victoria. Lo hizo Franco directamente (como he demostrado en mi libro) y también próximos a él (como demostraré en el próximo).

P. ¿De qué modo esa corrupción ha llegado hasta la actualidad? ¿Piensa que sigue vigente el franquismo en la sociedad actual?

R. La corrupción es endémica. Lo que ocurre es que sus manifestaciones cambian con el tiempo. El primitivismo de una época en la que no había separación de poderes, los tribunales no eran libres, las libertades políticas brillaban por su ausencia y la censura era de guerra, no es ni remotamente parecida a  la que actualmente se practica. Por lo demás, la corrupción también existe en otras sociedades occidentales.

Los estudios de Transparencia Internacional así lo demuestran. Lo que no existe en otras es la falta de voluntad política e institucional española de reducirla a su mínima expresión. La sombra del franquismo es alargada. Cuarenta años no son nada a la hora de modificar profundamente comportamientos sociales muy arraigados.

P.  ¿Es la derecha española moderna, una derecha aun franquista? 

R. La derecha española es pluriforme, si bien hoy por hoy encajonada bajo el caparazón del PP en el cual conviven sensibilidades diferentes con respecto al pasado. Una de las causas es, precisamente, el carácter integrador del PP aunque hay también una ultraderecha que sigue proclamándose orgullosamente franquista sin el menor pudor. Incluso critica al PP.

P. ¿Por qué tiene esta derecha tanto miedo a temas como el de la memoria histórica?

Se han escrito varias tesis doctorales, en España y fuera de ella, al respecto. Yo suelo hablar del “miedo al pasado”. En los archivos hay adormecidas serpientes venenosas que pueden despertarse si se indaga mucho en ellos. Es, sin embargo, una batalla perdida si no se destruye documentación, como ya se hizo con especial fruición en los años de la transición.

 Aparte de ello, yo no niego que lo que cabe denominar el canon franquista, interpretativo del sentir de la derecha más berroqueña, siga calando en un sector amplio de la sociedad española, impulsado -todo hay que decirlo- por políticos un tanto bocazas. Un ejemplo sería la venerada Doña Esperanza Aguirre.

P. ¿No será también porque existe el temor a que una investigación como la suya destape el origen económico de empresas o particulares?

R. Tal vez exista documentación -de hecho varias empresas hoy poderosas despegaron en los años más oscuros del franquismo- pero probarlo adecuadamente es más difícil. A mí me ha hecho mucha gracia encontrarme en documentos ingleses referencias al origen de la fortuna de don Demetrio Carceller, que en contra de lo que habitualmente se cree no habría tenido mucho que ver con la política de regulación de las exportaciones de wolframio.

P. Como experto, ¿qué lecturas aconseja?

R. Ahora en octubre, la revista Hispania Nova publicará en la red un número extraordinario en el que José Luis Ledesma, Francisco Moreno Gómez y Juan José del Águila publican sendos artículos sobre la represión franquista en la guerra, en la posguerra y hasta en el franquismo tardío. Son artículos que dan a conocer al público interesado su alcance y  modalidades.

Recomiendo su consulta vivamente. Los lectores podrán acceder a ella fácilmente en la web de la Universidad Carlos III."

1/12/14

"Ni son bellas ni rebasan el nivel intelectual de cualquier modistilla francesa"

"(...) Las autoridades golpistas encontraron una base científica en la que apoyarse, las teorías eugenésicas desarrolladas en la Inglaterra del siglo XIX por Francis Galton y continuadas en la Alemania nazi. En España, fue el doctor Vallejo Nájera el encargado de establecer la "incapacidad"  de hombres y mujeres de izquierda. 

En el campo de concentración de San Pedro de Cardeña (Burgos), con prisioneros masculinos de distintas nacionalidades que pertenecían a las Brigadas Internacionales, las Investigaciones psicológicas en marxistas femeninos delincuentes se llevaron a cabo en la prisión de mujeres de Málaga. 

El historiador catalán Ricard Vinyes Ribas, en su trabajo Construyendo a Caín. Diagnosis y terapia del disidente: las investigaciones psiquiátricas militares de Antonio Vallejo Nájera con presos y presas políticos, recoge alguna de las conclusiones de dichos textos: 
"Recuérdese, para comprender la activísima participación del sexo femenino en la revolución marxista, su característica labilidad psíquica, la debilidad del equilibrio mental, la menor resistencia a las influencias ambientales (...) cuando desaparecen los frenos que contienen socialmente a la mujer (...) entonces despiértase en el sexo femenino el  instinto de crueldad y rebasa todas las posibilidades imaginadas, precisamente por faltarles las inhibiciones inteligentes y lógicas..." 

 En este contexto es fácil imaginar el tono que adquirieron las noticias relacionadas con las figuras femeninas arriba reseñadas.

Como dirigente del Partido Comunista español, Dolores Ibárruri Gómez se convirtió en objetivo importante de la prensa franquista. En los periódicos, su figura fue utilizada como símbolo de todo aquello que el régimen quería reprimir en su doctrina femenina. 

Las palabras recogidas del diario La Vanguardia Española (15/10/1960) no dejan lugar a dudas: "Dolores Ibárruri, La Pasionaria, es una de las figuras más tristes y de más envenenada historia, con abundar tanto éstas en el mundo comunista. Su nombre suena en los oídos españoles con acentos particularmente hirientes. Toda su actividad política fue un frenesí vengativo y rencoroso...".

Un trato similar recibió Federica Montseny Mañé, dirigente anarquista y primera mujer en ocupar un cargo ministerial en España. En su caso, el agravio se inició ya con sus padres. De nuevo ABC de Sevilla (9/09/1937) se hacía vocero del gobierno: "Me trae a la memoria el recuerdo de Federico Urales y su mujer, Soledad Gustavo... 

¡Qué excelente pareja de farsantes para llevar a un concurso o exhibir en una feria!... ¿habrá nacido allí Federica Montseny, la ex ministra de Sanidad del Gobierno de Valencia...? No lo sé, ni sabía tampoco que Soledad Gustavo hubiese nunca dado a luz otros engendros que los de su monstruosa imaginación"

Margarita Nelken Mansberger, nacida en Madrid y de ascendencia judía, fue la figura femenina republicana que, con diferencia, recibió el trato más degradante en los diarios del momento. Su condición de mujer de ideología liberal unida a su origen la convirtieron en víctima propiciatoria de unos medios que no vacilaron en acusarla de los peores delitos. 

Así fue descrita en La Vanguardia Española (01/11/1949): "En la vida pública no hay más que hombres con faldas, cualquiera que sea su sexo. Y Doña Margarita Nelken, diputado, agitador comunista, agente a sueldo de Moscú, es un hombre público. Pocos habrán ejercido en estos últimos tiempos influencia más nefasta.

 En la galería de monstruos de nuestra historia contemporánea, tiene un puesto señalado por su propio derecho... serpiente con faldas, vagabunda sin patria y sin Dios... que envenenaba e inducía al asesinato a sus secuaces rurales y que hubiera traficado en drogas tóxicas o en carne humana..."

Éstos son sólo tres ejemplos representativos de lo que supuso para las mujeres españolas el triunfo de los golpistas en la Guerra Civil. Durante la 2ª República una serie de reformas sociales dejaron entrever un esperanzador futuro para un país inmerso en un atraso secular. 

Pero los nuevos gobernantes marcaron un antes y un después de la contienda fratricida y los medios de comunicación se convirtieron en medios de persuasión, en elementos indispensables para un poder que pronto recurrió al castigo y a la humillación de aquellos que defendieron la libertad: los perdedores. Socialistas, anarquistas, republicanos... no importaba la ideología, el nuevo régimen no hizo diferencias. Todos eran uno y hubo una definición para todos: comunistas. 

El  modelo de mujer diseñado por el franquismo se concretó en una figura femenina cuyas principales labores consistían en ejercer de madre abnegada, esposa sumisa y devota cristiana. Un modelo que los medios se prestaron a divulgar y para ello no dudaron en recurrir a un discurso alejado del periodismo y próximo a la difamación. En ABC de Sevilla (20/11/1934) se podía leer: 
 "...Como toda España las conoce, eso nos dispensa de designarlas por sus nombres. Aunque parezcan animadas y aún enardecidas por una noble fiebre idealista, no son más que aventureras de la política (...) es difícil que inspiren el menor interés porque ni son bellas, ni rebasan intelectualmente el nivel de cualquier modistilla francesa (...) Su feminismo empieza y acaba en la ropa. La más ilustre de todas ellas hubiera sido feliz con un marido que no fuese un fantoche y que la hubiese revelado las angustias y los placeres de la maternidad".          (Eloína Calvete,  Público, 01/12/2014)

11/9/14

Campos de concentración en Andalucía o el trabajo esclavo como pilar del franquismo

Campos de concentración y trabajo forzado en Andalucía (1936-1956) / RMHSA (CGT).

"Al apuntar el término 'campo de concentración', el imaginario colectivo aterriza en los centros nazis de exterminio. Pero existe una parada preliminar: el uso del esclavo como pilar fundacional y vertebrador del franquismo. 

En suelo andaluz, unos 100.000 reclusos pasaron por alguno de los 55 recintos que sortearon la aniquilación física del adversario, como finalidad única, para convertirlos en mano de obra gratuita al servicio de empresas privadas e instituciones públicas.

Caso, paradigmático, del Ayuntamiento de Sevilla por los campos de concentración de El Colector, ubicado en la barriada de Heliópolis, y el de Las Arenas, en la cercana población de La Algaba. En el primero se tiró de trabajo forzado para una obra pública, y será señalizado para honrar la memoria de aquellos esclavos del franquismo. El segundo es una excepción: fue un centro de exterminio donde murió la mitad de su población reclusa.

Las cifras en España quedan, según las investigaciones realizadas, lejos del Holocausto provocado por la Alemania nazi y sus fábricas de la muerte. Aún así, el incipiente régimen franquista y la jerarquía circundante acumuló –sin contar los batallones de soldados– medio millón de personas en 180 campos de reclusión.

 Desde el mismo verano de 1936 se fundó un sistema esclavista, perfeccionado hasta alcanzar su máxima expresión con la creación del Patronato Nacional para la Redención de Penas por el Trabajo (PRPT).

Bien o mal, aquellos enjutos cuerpos apresados servirían incluso para obras faraónicas. Pero no sólo. También llevaron a cabo arreglo de calles, construcción de viviendas, recogida de cosechas o labores domésticas las mujeres, en situaciones no exentas de acoso sexual. Era, apuntan historiadores como José María García Márquez, la explotación planificada de los vencidos.

En estos campos de trabajo, explica García Márquez, "no murieron muchos presos ni tampoco en los batallones de trabajo, es más, murieron muy pocos". "La alimentación evitó esas muertes masivas", una "gran mortalidad" –especifica– que sí se dio en "prisiones, penales, cárceles y en campos de indigentes y mendigos".

Como en Las Arenas. Allí se recogían, cuenta, a "indigentes, mendigos, indocumentados o pobres, en general, que retiraban de las calles de Sevilla". Unos 300 reclusos (en 1941 y 1942) a los que, "sencillamente, los fueron dejando morir de hambre, uno tras otro sin que nadie moviera un dedo". La "escalofriante" cifra de muertos: 144. Un "porcentaje altísimo". Hoy, aquel edificio permanece aislado, en ruinas, cerca de un polígono industrial con el mismo nombre.

De El Colector, sin embargo, no queda ni rastro. Más de 500 esclavos del franquismo construyeron el desagüe municipal de Heliópolis desde unas instalaciones que ocuparon terrenos propiedad de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y la Autoridad Portuaria de Sevilla (APS), y están cedidos al Consistorio sevillano. Prisioneros que hoy estarían a la sombra del puente del Quinto Centenario y cerca de la dársena del Puerto Este.

Hace años, el movimiento memorialista lanzó una petición –nace del grupo de trabajo de CGT-A– para colocar "una inscripción junto a un pequeño monumento" y honrar a aquellos "presos políticos". Un homenaje que, según fuentes consultadas por eldiario.es/andalucia, ha recibido el visto bueno de Autoridad Portuaria y Ayuntamiento de Sevilla y se materializará una vez finalicen las obras del parque en construcción sobre el antiguo cauce del río Guadaíra.

 ¿Se construyó el régimen franquista sobre la fuerza del trabajo esclavo? "Es indudable", responde García Márquez. Partiendo del objetivo primario "de recluir a todas las milicias republicanas en campos de prisioneros", desde donde eran "clasificados", llegó al "uso masivo de trabajadores a unos costes ínfimos". El sueldo eran 2 pesetas al día y el sistema carcelario descontaba 1,5 en concepto de manutención y vestimenta.

Para el investigador José Luis Gutiérrez Molina, el franquismo tenía tres pilares fundamentales. 

Uno: el ejército, que como "característica especial del fascismo español" controlaba "todo, desde la justicia hasta la economía". Dos: la corrupción, se trató de "un régimen absolutamente corrupto, desde la altura hasta la base". Y tres: el trabajo esclavo, que beneficia "al Estado franquista y a empresas privadas", convirtiéndose en "elemento vertebrador".

En Andalucía, se dan los primeros campos de concentración y trabajo forzado en zonas donde ya no hay operaciones militares. Hubo trece instalaciones en Granada, once en Córdoba y Sevilla, ocho en Jaén, cuatro en Cádiz y Málaga, tres en Huelva y uno en Almería. Alguno, como el de Los Merinales, con diferentes usos hasta 1956, dos décadas después de iniciada la guerra civil.

22/11/12

El régimen de Franco elaboró también un archivo encaminado a colaborar en el Holocausto... una lista con todos los judíos españoles, que entregó a Himmler

"España no llegó a incurrir en aquellos sombríos años cuarenta en un comportamiento criminal que pueda asemejarse a la redada del Vel d’Hiv de París. Pero hizo preparativos que hubieran podido conducir a resultados parecidos a los de Bélgica.

 El régimen de Franco elaboró también un archivo encaminado a colaborar en el Holocausto. El 13 de mayo de 1941, todos los gobernadores civiles españoles recibieron una circular remitida por la Dirección General de Seguridad, en la que les ordenaban que enviaran a la central informes individuales de “los israelitas nacionales y extranjeros afincados en esa provincia”. 

La circular estaba firmada por José Finat Escrivá de Romaní, conde de Mayalde, quien poco después sería enviado a Berlín como embajador de España (y posteriormente llegaría a ser nombrado por Franco alcalde de Madrid). Allí entregó a Himmler su lista de 6.000 judíos españoles fichados.

El objetivo de aquella pesquisa policial no era controlar a los judíos que pasaban por España hacia Portugal para allí embarcarse hacia América huyendo de la persecución nazi, sino a los judíos españoles de origen sefardí. 

“Las personas objeto de la medida que le recomiendo”, decía la circular, “han de ser principalmente aquellas de origen español designadas con el nombre de sefardíes, puesto que por su adaptación al ambiente y similitud con nuestro temperamento poseen mayores garantías de ocultar su origen y hasta pasar desapercibidos sin posibilidad alguna de coartar el alcance de fáciles manejos perturbadores”.

 En la reunión secreta que tuvo lugar en el palacio de Wansee, a las afueras de Berlín, en enero de 1942, que he citado más arriba, se hizo referencia a los 6.000 judíos españoles censados por el Gobierno español, archivo entregado a las autoridades alemanas.

Elaborado ese censo de judíos españoles en fechas en que se debatía la inminente participación oficial de España en la Guerra Mundial junto a la Alemania nazi, esta opción, impulsada por los falangistas, se vio truncada por las complejas circunstancias conocidas, y la iniciada colaboración española con lo que llegaría a conocerse como Holocausto resultó fallida.

Pasado el tiempo, ese censo de los judíos españoles, como toda la documentación comprometedora para el régimen franquista sobre la persecución antisemita de los años cuarenta, fue ocultada y sistemáticamente destruida. Al terminar la II Guerra Mundial, la propaganda franquista intentó, con cierto éxito, hacer creer que la España de Franco había contribuido a la salvación de miles de judíos perseguidos por los nazis.

 Ha sido la paciente labor investigadora del periodista Jacobo Israel Garzón, la que ha conseguido aflorar el único rastro documental conocido sobre el asunto, casualmente conservado en el Archivo Histórico Nacional, y proveniente del Gobierno Civil de Zaragoza. Lo publicó en la revista Raíces. 

El periodista Jorge Martínez Reverte prosiguió la indagación y describió la frustrada colaboración del Gobierno de Franco con el Holocausto en un reportaje publicado en EL PAÍS el 20 de junio de 2010, bajo el título La lista de Franco para el Holocausto.

A esta diligente colaboración del régimen de Franco encaminada a propósitos criminales, hay que añadir la pasividad, los silencios y las ocultaciones a la opinión pública española, por parte de las autoridades franquistas, del desarrollo del Holocausto a lo largo de 1942, 1943, 1944 y 1945.

 Franco tuvo noticia del Holocausto, desde luego a partir de la declaración oficial de los Gobiernos de los Estados Unidos, Gran Bretaña y otros 10 países aliados, del 17 de diciembre de 1942, condenando públicamente la política nazi de exterminio. La prensa española, sometida a estricta censura, no dijo ni media palabra sobre el asunto.

 Y en agosto de 1944 el diplomático español Ángel Sanz Briz, destinado como embajador en Budapest, envió un informe a las autoridades españolas dando cuenta del exterminio de judíos en Auschwitz. No consta que recibiera respuesta.

Con razón se ha dicho que los crímenes masivos de los nazis no hubieran sido posibles sin la complicidad y los clamorosos silencios y ocultamientos de ciertas autoridades militares, civiles y eclesiásticas de los demás países europeos."         ( , El País, 17 NOV 2012)

21/12/10

El racismo científico franquista

"El CSIC patrocinó trabajos racistas para reafirmar la inferioridad de los negros. Los estudios marcaron el discurso oficial franquista y determinaron la actuación colonial de España en África en los años cuarenta y posteriores.

"La materia prima que más interesa en nuestros territorios es el hombre. ¿Qué es capaz de hacer este hombre negro, de ojos más negros que su piel, grandes pero inexpresivos; de nariz corta y ancha, de boca amplia? ¿Qué capacidad somática y psíquica alcanza a desarrollar? (...) ¿Qué trabajo es capaz de desarrollar? La solución a todos estos problemas la consideramos absolutamente necesaria, si queremos colonizar racionalmente nuestros territorios.

De otra parte cabe preguntar: ¿es posible en África una colonización espiritual o solamente hay posibilidad real de una colonización material?". Así comenzaba el libro Capacidad mental del negro, escrito en Guinea Ecuatorial por los doctores Vicente Beato y Ramón Villarino, publicado por la Dirección General de Marruecos y Colonias, en el año 1944 y reeditado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) una década después. (...)

Tal vez por ello no les resultara extraño el trabajo desarrollado allí mismo por un médico alemán, el doctor Kramer, pionero de los estudios psicológicos sobre los hombres de color y que fue enviado allí por el Tercer Reich en la Segunda Guerra Mundial, un buen día desapareció súbitamente con su equipo de tierras africanas. Beato se inspiró en las tareas de sus colegas alemanes para aplicar los métodos Bidet-Bobertag y el de Yerkes, "para determinar la edad y el "coeficiente" mental, aplicados al negro", como rezaba el subtítulo de su publicación.

La tesis de los doctores españoles era sencilla: las enfermedades tropicales, desde la tripanosomiasis, la temible enfermedad del sueño, al paludismo, e incluso la lepra, han dejado tales estigmas en el hombre negro que su inteligencia se ha resentido.

"Es la premunición de Sergent", escriben en su libro, "que confiere al individuo un estado crónico durante el cual puede llevar el germen de la infección, sin que él mismo sufra los brotes de la reinfección... pero este germen toma definitivamente su asiento (...) e intoxica constante y lentamente todos los humores orgánicos con los productos de su catabolismo (...).

Como resultado final de este ataque permanente sobreviene, cuando no la muerte, la destrucción somática y psíquica del individuo y, a la larga, de la raza".

El colofón de este prólogo se mostraba así: "Sin él [hombre negro], no sería posible la explotación de este continente salvaje y preñado de riquezas. (...) Su brazo es sustantivo para el logro de los fines colonizadores en los tiempos presentes".

Para rematar, los doctores españoles añadían: "Hemos señalado cómo las enfermedades tropicales agotan totalmente al individuo desde su nacimiento y cómo con ello sufre su psiquismo. No queremos indicar con esto que toda la inferioridad de las cualidades psíquicas del negro sea debida a la tara patológica".

Y continúan: "Estimamos que gran parte de ella es consecuencia de un fenómeno natural. Es indudable que una sanidad bien llevada mejoraría la raza también en dicho sentido". (...)

"Ya entonces, en plenos años 40 del siglo XX, una doctora española destacada en Guinea Ecuatorial, Ave María Vilacoro, que curiosamente también había estudiado en Alemania, combatía con denuedo aquellas concepciones por considerarlas netamente racistas", explica Bandrés.

Pero más grave aún que la melodía de aquel infausto libro fue que diez años después, en los albores del fin del aislamiento internacional del franquismo tras el pacto con Estados Unidos previo al fin de la autarquía, el libro de Beato y Villarino fue reeditado por el CSIC. El supremo órgano de la ciencia y del pensamiento de España estaba regentado por hombres próximos al Opus Dei, cercanos a su vez al almirante Luis Carrero Blanco, el hombre más próximo a Francisco Franco, jefe del Estado. (...)

Ibarrola era director del Instituto Nacional de Psicotecnia y ejercía como oráculo del régimen de Franco en lo concerniente a la psicología. Según explica Javier Bandrés, "su misión consistía en demostrar que dada la probada inferioridad de los africanos, resultaba superflua la homologación del sistema educativo peninsular en la colonia y se justificaba la aplicación de criterios que consideraban a los indígenas como meros braceros, habida cuenta de su manifiesta deficiencia intelectual".

Sin embargo, las tesis de Ibarrola y de sus mentores hallaron un abierto rechazo por parte de responsables del Ministerio de Educación Nacional destacados en la isla de Fernando Poo y en el territorio continental de Río Muni, que veían en aquellos trabajos la coartada oficial perfecta para desproveerles de su función como enseñantes en la colonia.

Nada más llegar a la cartera de Educación Nacional el ministro Joaquín Ruiz Jiménez, Ibarrola fue sustituido por José Germain al frente del INP, (...)

No obstante, de los "estudios científicos sobre el negro" de Ibarrrola obtuvo el almirante Carrero Blanco los mimbres para el discurso colonial oficial, que permaneció vigente, bien que contestado por el de apariencia descolonizadora preconizado por Fernando María Castiella desde Asuntos Exteriores, hasta el fin de la colonia, en 1968; eso sí, todo blindado por la Ley de Secretos Oficiales que, como una impenetrable losa, sepultó en el silencio durante décadas todo lo concerniente a la atribulada colonia española.

Ricardo Campos, historiador de la Ciencia del CSIC señala: "La historia de la medicina y de la psiquiatría a lo largo del siglo XIX está impregnada de retazos de pensamientos racistas.

Ahí cabe insertar el discurso colonial español respecto a África. Posteriormente, en el siglo XX, los fascismos elevaron ese discurso a política de Estado. Por eso en los cuarenta y siguientes el CSIC, que era una institución evidentemente franquista, aplicó aquel discurso". (El País, 19/12/2010, p. 42)

9/12/10

Experimentos clínicos con humanos... durante el franquismo


Cristóbal Martínez Bordiú (marqués de Villaverde) con algunos miembros de su equipo quirúrgico, preparando una operación de esclerosis mitral

"El paciente era un caso perdido", se justificó el yerno de Franco, Cristóbal Martínez Bordiú, cuando anunció a los periodistas que hacían guardia en el vestíbulo de La Paz la muerte del fontanero de Padrón. Con lo bien que hubiera estado aquel golpe de efecto nacional ante el mundo entero, en pleno año 68, nueve meses después de que Christiaan Barnard lo lograse en Cape Town.

Pero no, el primer trasplantado de corazón español se le escapó de las manos al médico, no sobrevivió al quirófano más que 27 horas, y ni a su viuda ni al viudo de la donante, que tardó en asimilar que a su mujer la enterraran sin corazón, les valió de gran consuelo el haber servido al país.

"Han hecho ustedes por España más de lo que piensan", llegó a comentarles a modo de condolencia el director del hospital. Y hasta se podría decir que alivió ligeramente sus cuitas el hecho de que la Seguridad Social costease, sin flores, las pompas fúnebres, siendo como eran los protagonistas de esta historia de condición humilde.

El marqués de Villaverde, que aspiraba a pasar a la historia por este hito, se confesaba "desolado", pero ante la prensa defendió su eficacia profesional y atribuyó la muerte del gallego Juan Alfonso Rodríguez Grille a "complicaciones extra-cardíacas", porque, como ya había afirmado un día antes, la intervención había sido "un éxito".

Era, eso es cierto, la primera vez que en España se intentaba trasplantar un corazón humano, pero hoy la Organización Nacional de Trasplantes no la toma como referencia, solo la considera una "anécdota del régimen". Tendrían que pasar aún 16 años para que se llevase a cabo en el Hospital San Pablo de Barcelona el que la medicina considera primer trasplante cardíaco, aunque el paciente no sobrevivió más que nueve meses.

Juan Alfonso Rodríguez Grille, de 40 años, fue operado durante cinco horas en la madrugada del 18 de septiembre de 1968, casualmente el mismo día en que el hermano de Barnard viajaba a España y quedaba para cenar con Martínez Bordiú. El médico español siempre se preocupó por labrarse una amistad con los sudafricanos.

En 1975, con el Generalísimo agonizante, al fin después de varios intentos el marqués lograba traer a España al Barnard más famoso, y Eduardo Barreiros, el magnate ourensano de la automoción, hacía lo posible por asegurarle una estancia placentera. Organizaba una cacería para agasajarlo y hasta le regalaba un visón a su esposa.

Barreiros pertenecía al círculo de íntimos del yerno del dictador. En 1968, cuando el trasplante, también echó un cable a su manera para que Martínez Bordiú se colgase la medalla: puso a disposición del equipo quirúrgico una avioneta de su propiedad para trasladar de urgencia las muestras de tejido a París, donde se debían realizar las pruebas de compatibilidad entre la difunta y el esperanzado padronés." (El País, Galicia, 03/12/2010, p. 12)

"La deuda del marqués de Villaverde. Una mujer reclama a la familia Franco que cumpla lo prometido por el doctor Martínez Bordiú a su madre tras la muerte de su padre, primer trasplantado de corazón en España.

En el bolsillo del abrigo que el fontanero Juan Alfonso Rodríguez Grillé dejó colgado en la habitación del hospital La Paz, en Madrid, su viuda encontró una nota doblada que, después de 42 años, la hija del difunto todavía lleva a todas partes en el monedero. "No tires", había escrito, precavido, en el envés blanco del papel un rato antes de entrar en el quirófano para convertirse en el primer trasplantado de corazón de España.

Después de mantener una conversación en privado con Cristóbal Martínez Bordiú y terminar dando permiso para la intervención, Rodríguez Grillé adivinó lo que le esperaba. Pidió la extremaunción, reclamó ver a su niña, de nueve meses, por última vez, y dejó doblada su voluntad en la prenda de lana. "Estrella", le escribía a su mujer,

"cobras la liquidación de la empresa (...). Llevas la llave que está en los pantalones. El abrigo mío se lo das a papá. No tengas miedo, Dios te dejará criar la niña (...). Si puedes aguantarte en Madrid, mejor (...) Haréis la promesa al Cerro de los Ángeles y escribid al Papa (...) Una montaña de besos y abrazos, Juan". (...)

"Estas no son las palabras de un hombre con esperanzas. Mi padre sabía que iba a morir, y murió por mí", comenta con la nota plastificada en la mano María Jesús Rodríguez Boga, aquel bebé que ahora es madre de un chico y cuida todavía a su progenitora, impedida y desquiciada por la mala vida que le tocó vivir.

Ella, y el resto de la familia de Juan Rodríguez Grillé, en el despacho del marqués de Villaverde, yerno de Franco, se había opuesto a la operación que finalmente tuvo lugar en La Paz en la madrugada del 18 de septiembre de 1968. Era la gran noticia del Régimen en aquel momento, y por el vestíbulo del centro hospitalario deambulaban medio centenar de periodistas españoles y extranjeros.

Solo habían pasado nueve meses desde que el cirujano Christiaan Barnard lograse el primer trasplante de corazón en Ciudad del Cabo (Sudáfrica, )y si sonaba la flauta con el fontanero natural de Padrón, la dictadura española se apuntaría un tanto a ojos de todo el planeta.

No querían la operación ni la familia del receptor ni la de la donante, Aurelia Isidro, una vecina de Meco (Madrid), que llegó en coma a la clínica después de ser atropellada por un camión. Pero, al final, los unos y los otros, todos de condición muy humilde, cedieron.

"Han hecho ustedes por España más de lo que piensan", les llegó a comentar el director del centro médico. Era un servicio a la patria. A cambio, la Seguridad Social les garantizaba el pago (sin flores) de los sepelios, y el doctor Martínez Bordiú se comprometía a velar por el futuro de los hijos, cuatro en el caso de la mujer muerta tras su ingreso y una sola en el del trasplantado.

Después de permanecer callada durante cuatro décadas, María Jesús Rodríguez ha iniciado los trámites para reclamar por vía judicial a los herederos del cirujano que salden de manera póstuma la deuda supuestamente contraida aquel día por Martínez Bordiú con ella y con su madre y que guarda, asegura, plasmada por escrito en su casa de Carabanchel.

"Mi abogado me ha dicho que esto no prescribe, y a mí me hierve la sangre cada vez que veo en las revistas el tren de vida que lleva la hija de ese matasanos, que se quiso colgar la medalla y pasar a la historia a costa de mi padre", denuncia.

"El marqués de Villaverde le aseguró a mi madre, literalmente, que se haría cargo de mi 'porvenir' y mis 'estudios", afirma, y en la rueda de prensa que dio en el hospital para hacer público que el paciente había muerto, después de sobrevivir 27 horas con un corazón ajeno, "el yernísimo" anunció que sería el Ministerio de Trabajo el que cumpliría con los compromisos.

Pero las ayudas prometidas jamás llegaron a materializarse. Rodríguez Grillé fue enterrado en un nicho del cuartel 204 de La Almudena, es cierto que a cargo de la Seguridad Social, en presencia de un puñado de familiares y unos cuantos reporteros, pero después pasó un año entero antes de que su viuda "pudiese pagar" de su bolsillo "un recibo de la luz".

Mientras tanto, la cría y ella, que había emigrado hacía dos años tras los pasos de su marido desde Escravitude (Padrón) a Madrid, fueron sobreviviendo. Con el tiempo, y por aquello de que su esposo le había pedido que aguantase en la capital, consiguió emplearse fregando escaleras, y así sacó adelante a la niña.

En una ocasión, en 1971, se dirigió por carta a Trabajo recordando el compromiso y pidiendo que se le gestionase una plaza en un colegio público. "No hubo contestación" y la pequeña terminó estudiando en uno concertado con las monjas." (El País, Domingo, 19/12/2010)

16/2/09

La base social del franquismo, producto de la rapiña

"Todos los partidos que habían integrado el Frente Popular, y sus "aliados, las organizaciones separatistas", quedaban "fuera de la Ley" y sufrirían "la pérdida absoluta de sus derechos de toda clase y la pérdida de todos sus bienes", que pasarían "íntegramente a ser propiedad del Estado".

La puesta en marcha de ese engranaje represivo y confiscador causó estragos entre los rojos y los vencidos, abriendo la veda para una persecución arbitraria y extrajudicial que en la vida cotidiana desembocó muy a menudo en el saqueo y en el pillaje.

Hasta octubre de 1941 se habían abierto 125.286 expedientes y unas 200.000 personas más sufrieron la "fuerza de la justicia" de esa ley en los años siguientes. La ley quedó derogada el 13 de abril de 1945, pero las decenas de expedientes en trámite siguieron su curso hasta el 10 de noviembre de 1966. (...)

Los afectados y sus familiares, condenados por los tribunales y señalados por los vecinos, quedaban hundidos en la más absoluta miseria.

De acuerdo con la ley, el juez instructor debería pedir "la urgente remisión de informes del presunto responsable al Alcalde, al Jefe Local de Falange, Cura Párroco y Comandante del puesto de la Guardia Civil del pueblo en que aquél tenga su vecindad o su último domicilio, acerca de los antecedentes políticos y sociales del mismo, anteriores y posteriores al 18 de julio de 1936".

La ley marcaba así el círculo de autoridades poderoso y omnipresente, de ilimitado poder coercitivo y administrativo, que iba a controlar durante los largos años de la paz de Franco haciendas y vidas de los ciudadanos: el alcalde, que era además jefe local del Movimiento, el comandante de puesto de la Guardia Civil y el párroco, una triada de dominio político, militar y religioso.

La Ley de Responsabilidades Políticas brindó la oportunidad a la Iglesia católica, por medio de los párrocos, de convertirse en una agencia de investigación parapolicial. (...)

Con sus informes, aprobaron el exterminio legal organizado por los vencedores y se involucraron hasta la médula en la red de sentimientos de venganza, envidias, odios y enemistades que envolvió la vida cotidiana de esas pequeñas comunidades rurales en la posguerra.

Los odios, las venganzas y el rencor alimentaron el afán de rapiña sobre los miles de puestos que los asesinados y represaliados habían dejado libres en la administración del Estado, en los ayuntamientos e instituciones provinciales y locales. Un porcentaje elevadísimo de las plazas "vacantes", hasta el 80%, se reservaba para ex combatientes, ex cautivos, familiares de los mártires de la Cruzada, y para tener acceso al resto había que demostrar una total lealtad a los principios de los vencedores. Ahí residía una de las bases de apoyo duradero a la dictadura de Franco, la "adhesión inquebrantable" de todos aquellos beneficiados por la victoria." (JULIÁN CASANOVA: El castigo a los vencidos. El País, ed. Galicia, Opinión, 01/02/2009, p. 25)