22/11/12

El régimen de Franco elaboró también un archivo encaminado a colaborar en el Holocausto... una lista con todos los judíos españoles, que entregó a Himmler

"España no llegó a incurrir en aquellos sombríos años cuarenta en un comportamiento criminal que pueda asemejarse a la redada del Vel d’Hiv de París. Pero hizo preparativos que hubieran podido conducir a resultados parecidos a los de Bélgica.

 El régimen de Franco elaboró también un archivo encaminado a colaborar en el Holocausto. El 13 de mayo de 1941, todos los gobernadores civiles españoles recibieron una circular remitida por la Dirección General de Seguridad, en la que les ordenaban que enviaran a la central informes individuales de “los israelitas nacionales y extranjeros afincados en esa provincia”. 

La circular estaba firmada por José Finat Escrivá de Romaní, conde de Mayalde, quien poco después sería enviado a Berlín como embajador de España (y posteriormente llegaría a ser nombrado por Franco alcalde de Madrid). Allí entregó a Himmler su lista de 6.000 judíos españoles fichados.

El objetivo de aquella pesquisa policial no era controlar a los judíos que pasaban por España hacia Portugal para allí embarcarse hacia América huyendo de la persecución nazi, sino a los judíos españoles de origen sefardí. 

“Las personas objeto de la medida que le recomiendo”, decía la circular, “han de ser principalmente aquellas de origen español designadas con el nombre de sefardíes, puesto que por su adaptación al ambiente y similitud con nuestro temperamento poseen mayores garantías de ocultar su origen y hasta pasar desapercibidos sin posibilidad alguna de coartar el alcance de fáciles manejos perturbadores”.

 En la reunión secreta que tuvo lugar en el palacio de Wansee, a las afueras de Berlín, en enero de 1942, que he citado más arriba, se hizo referencia a los 6.000 judíos españoles censados por el Gobierno español, archivo entregado a las autoridades alemanas.

Elaborado ese censo de judíos españoles en fechas en que se debatía la inminente participación oficial de España en la Guerra Mundial junto a la Alemania nazi, esta opción, impulsada por los falangistas, se vio truncada por las complejas circunstancias conocidas, y la iniciada colaboración española con lo que llegaría a conocerse como Holocausto resultó fallida.

Pasado el tiempo, ese censo de los judíos españoles, como toda la documentación comprometedora para el régimen franquista sobre la persecución antisemita de los años cuarenta, fue ocultada y sistemáticamente destruida. Al terminar la II Guerra Mundial, la propaganda franquista intentó, con cierto éxito, hacer creer que la España de Franco había contribuido a la salvación de miles de judíos perseguidos por los nazis.

 Ha sido la paciente labor investigadora del periodista Jacobo Israel Garzón, la que ha conseguido aflorar el único rastro documental conocido sobre el asunto, casualmente conservado en el Archivo Histórico Nacional, y proveniente del Gobierno Civil de Zaragoza. Lo publicó en la revista Raíces. 

El periodista Jorge Martínez Reverte prosiguió la indagación y describió la frustrada colaboración del Gobierno de Franco con el Holocausto en un reportaje publicado en EL PAÍS el 20 de junio de 2010, bajo el título La lista de Franco para el Holocausto.

A esta diligente colaboración del régimen de Franco encaminada a propósitos criminales, hay que añadir la pasividad, los silencios y las ocultaciones a la opinión pública española, por parte de las autoridades franquistas, del desarrollo del Holocausto a lo largo de 1942, 1943, 1944 y 1945.

 Franco tuvo noticia del Holocausto, desde luego a partir de la declaración oficial de los Gobiernos de los Estados Unidos, Gran Bretaña y otros 10 países aliados, del 17 de diciembre de 1942, condenando públicamente la política nazi de exterminio. La prensa española, sometida a estricta censura, no dijo ni media palabra sobre el asunto.

 Y en agosto de 1944 el diplomático español Ángel Sanz Briz, destinado como embajador en Budapest, envió un informe a las autoridades españolas dando cuenta del exterminio de judíos en Auschwitz. No consta que recibiera respuesta.

Con razón se ha dicho que los crímenes masivos de los nazis no hubieran sido posibles sin la complicidad y los clamorosos silencios y ocultamientos de ciertas autoridades militares, civiles y eclesiásticas de los demás países europeos."         ( , El País, 17 NOV 2012)

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