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22/6/23

Domingo huyó de su casa antes de que le pudieran detener y se escondió en la orilla del río Caraván. Cuando supo que habían apresado a su esposa, que estaba embarazada, salió de su escondite. Al llegar a casa, la Guardia Civil le estaba esperando

 "(...) Al menos 29 habitantes del pueblo zaragozano Torrijo de la Cañada fueron asesinados en una masacre acometida en varios días en diferentes escenarios. Casi todos eran labradores. En el cementerio del pueblo hay un monumento funerario con sus nombres que les rinde homenaje. (...) 

Domingo huyó de su casa antes de que le pudieran detener y se escondió en la orilla del río Caraván. Cuando supo que habían apresado a su esposa, que estaba embarazada, salió de su escondite. Al llegar a casa, la Guardia Civil le estaba esperando. (...)

A pesar de que Jacinto no sabía leer ni escribir, tenía formación política y ocupó el cargo de vocal en la UGT local. Fue denunciado y dos jóvenes del pueblo fueron a buscarle a su casa, pero él estaba visitando a su madre. Su esposa corrió a avisarle para que se escondiera pero Jacinto dijo que no tenía nada que temer pues no había cometido ningún delito. Fue al encuentro de los jóvenes y estos le metieron en un camión. (...)"            (Elena Cabrera, eldiario.es, 12/06/23)

24/2/17

Acaban cogiendo a su madre Ana como rehén, con tan solo 16 años, para que su hermana María Luisa se entregara. Y así fue, terminó siendo encarcelada

"(...)  "No pierdo la esperanza de encontrar a mi tío. Voy a seguir, no voy a amilanarme", expresa Ana Gil, sobrina de Francisco Gil Sánchez, un jerezano de El Torno que fue apresado mientras vendía espárragos, tagarninas... lo que encontrara por el campo. 

¿Su delito? Sus ideas, nacer en el seno de una familia republicana. Cuenta que lo detienen en las proximidades de El Puerto y que se lo llevan preso al penal, "luego pasó a San Fernando y no volvimos a saber nada más de él". 

La noche oscura del franquismo le engulló. En una visita que la madre de Francisco le hizo a éste en San Fernando, le dicen que ahí ya no se encontraba, que Francisco es enviado por unas brigadas de trabajo a hacer los canales de Bilbao. Mentira. A su tío lo matan con 32 años. Ana, su sobrina, lleva investigando desde mayo de 2015, pero dice que siempre ha tenido “ese afán por recuperar su memoria y conocer dónde están sus restos”. 

Su tío, Francisco Gil, aparece fallecido en el informe a causa de una encefalitis crónica. Una mentira más, una tras otra. “Era lo que decían en vez de poner que le habían dado dos tiros”, espeta. Ana lucha para que "se haga justicia y darle un entierro digno junto a su mujer y su hija ya fallecidas”. (...)

Francisco Reinoso Cobo, ex Defensor de la Ciudadanía, lleva consigo la vida de su madre, Ana Cobo, la de su tío Antonio y la de su tía María Luisa, a la que todo Jerez conocía por su labor social: "Si tienes problemas, llama a María Luisa la comunista".  (...)

Reinoso cuenta que su tía sortea a la muerte cuando la falange preguntaba, debido a una equivocación en el registro civil, por Ignacia Cobo. Ella, hábil y astuta, le dijo a la milicia que se trataba de su hermana, y así, María Luisa consiguió salvar su vida. 

Su hermano, Antonio Cobo no tuvo tal dicha. “Un chaval que estudió y trabajó como proyectista de cine”, cuenta su sobrino, fue apresado una noche en casa de sus padres. Se lo llevan y dos días después llaman a la puerta para entregarle su abrigo, sus pertenencias.

 Lo fusilaron. “¿Dónde está?”, pregunta retóricamente Francisco Reinoso. “Supuestamente en la Trocha, lo que hoy es la N-IV, se responde a sí mismo. “¿Dónde está enterrado?”, profundiza. No lo saben, creen que está en la cuneta.  (...)

La familia Cobo fue perseguida desde el primer momento en que se posicionó a favor del cambio social. “Mi tía, una buenísima persona, se va creando enemigos”, expone Reinoso. Habla de los poderosos, de la Iglesia y la nobleza, aquellos estratos que querían continuar con la desigualdad social y conservar al pueblo como borrego y fiel servidor. 

María Luisa Cobo y su hermana Ana, sin temor alguno a las futuras represalias, fueron constructoras de la fundación de la CNT Mujeres Libres, el sindicato que quería la emancipación y la igualdad de la mujer. A esta causa también se unió la pequeña de la familia, y esto colocó al apellido Cobo en la diana del pelotón de fusilamiento.

 “Tenían que matar a alguien de la familia”. Reinoso explica que finalmente acaban cogiendo a su madre Ana como rehén, con tan solo 16 años, para que su hermana María Luisa se entregara. Y así fue, terminó siendo encarcelada. 

Entre el público también se encuentra como oyente Amaro de la Calle, nieto de Manuel de la Calle Camas, quien en su época fue presidente del gremio de hostelería de cocineros y camareros en Jerez por la CNT.

 "A él lo fusilan meses después del golpe porque logró esconderse", explica su nieto. Manuel fue durante cierto tiempo "un topo", es decir, una persona que vivió oculta después del golpe por miedo a ser fusilados por sus ideas políticas.

 Vivió escondido en un armario que se ubicaba en una azotea. Viudo a sus 45 años y con seis hijos, era ayudado por sus hermanas. Ellas, cada día, le daban la comida arrojándola a la azotea y él salía por la noche a recogerla. "Se ve que alguien lo vio y pegó el chivatazo a la Guardia Civil. Fueron a por él y ya no supieron más. No sabemos dónde está", incide Amaro con crudeza.  (...)

Por último, un nieto narra los últimos momentos de su abuelo, y los siguientes días de su abuela, "una verdadera madre coraje". Honorio Marín y Micaela, trebujeneros de nacimiento y jerezanos de adopción, se conocieron muy jóvenes y con el paso del tiempo se hicieron pareja de hecho. 

Conciben a nueve hijos, ocho de los cuales estaban con vida en el momento en que Honorio Marín, abuelo de Honorio Marín Trillo, es arrestado y asesinado. Viticultor de profesión, alternaba su jornada con la pedagogía y estuvo afiliado a la CNT. 

“De hecho llegó a ser una persona destacada en el gremio de viticultores”. Honorio cuenta, con mucho mimo, una de las facetas más bonitas de su abuelo. “Me cuenta mi madre que los vecinos no podían tener pájaros porque llegaba mi abuelo, abría la puerta de la jaula y los dejaba en libertad. 

Él amaba la libertad”, comparte. “Ese era mi abuelo”, pronuncia con dificultad por un nudo que se le forma en la garganta. A causa de su actividad sindical y política, Honorio Marín fue reprendido y asesinado por el movimiento, además de haber sido encarcelado años antes por la República. 

Su mundo se volvió oscuro en el mismísimo día del levantamiento. “Mi abuelo tenía un buen amigo en la Guardia Civil y el mismo 18 de julio le avisó. Fue a su casa y le dijo: Honorio vete de Jerez, estás en la lista, van a venir a por ti”. Su mujer, Micaela, le aconsejó lo mismo. Sin embargo no hizo ni caso, decía que no se movía porque no había cometido ningún delito. 

Su nieto relata que tampoco tuvo mucho tiempo para pensárselo, ya que en aquel día, por la madrugada, aparecieron varios guardias de asalto para detenerle. “Ambos se llevaron a mi abuelo a rastras en ropa interior, sin dejarle ni siquiera algo de tiempo para que se vistiera”. Lo meten preso durante 33 días, tiempo en el que de vez en cuando le arreaban alguna que otra paliza; hasta que el 21 de agosto le dieron la noticia a la familia. 

“Tu padre ya se ha ido de viaje”, recrea Honorio Marín Trillo con los ojos vidriosos. Se emociona y mantiene una larga pausa. Relata que su familia consigue contemplar el adiós de Honorio Marín mientras este iba en el camión con los demás presos.

 “Mi abuela, a consecuencia de aquello, que estaba amamantando a ese bebé que tenía, de unos meses, pues parece ser que se le retiró la leche, y al poco tiempo…”, no logra concluir. Pero el auditorio se hace una idea. Honorio Marín Trillo, entre sollozos, no consigue terminar la frase. La historia que lleva sobre sus hombros le pesa, y el público, casi un centenar de personas, empatiza e inicia un sonoro aplauso."           (La Voz del Sur, 0802/17)

7/10/16

Logró pasar a Portugal. Como represalia asesinaron a su hijo Víctor. Sus hijos Vicente y Ramón también fueron detenidos...

"Victor Fraiz Villanueva fue fusilado en el monte do Castro de Vigo el 14 de septiembre de 1937. Era maestro nacional, miembro del PCE, secretario fundador de FETE-UGT. Dirigió la revista Nova Galicia y colaboró en publicaciones como Escuela Vivida, Ateo y el Pueblo Gallego. 

Tras el golpe de estado de julio de 1938 huyó al monte y logró pasar a Portugal. Como represalia asesinaron a su hijo Víctor. Sus hijos Vicente y Ramón también fueron detenidos. 
Es entonces cuando Víctor Fraiz decide entregarse con la condición de que los liberaran y él tuviese un juicio justo. No se cumplió ninguna de las dos condiciones. (...)"      (Buscame en el ciclo de la vida, 14/08/16)

8/4/13

“Hijos de puta, hijos de Rusia, asesinos cabrones, de aquí ninguno saldréis con vida, a todos os vamos a machacar, tenemos que hacer buena escarda para que la mala hierba no salga jamás"

"Con la entrada de las tropas franquistas en marzo de 1939 se convierte de inmediato en campo de concentración y en enero de 1940 en terrorífica prisión hasta diciembre de 1943, en la que se hacinaban más de cinco mil prisioneros en su mayoría hombres, muchos de ellos condenados a muerte en Consejos de Guerra que ya se habían celebrado en las localidades de Tarancón, Huete, Belmonte y San Clemente.

Andrés Iniesta López, en sus memorias “El niño de la prisión” cuenta que los prisioneros eran formados en el patio nada más acceder a la cárcel. Desolados, ateridos de frio, allí aguantaban hasta escuchar la arenga del comandante militar de Tarancón desde uno de los balcones del Monasterio.
De lo primero que les informaba era que más del sesenta por ciento de los detenidos tendrían que enfrentarse a los pelotones de ejecución. Después continuaba:
“Hijos de puta, hijos de Rusia, asesinos cabrones, de aquí ninguno saldréis con vida, a todos os vamos a machacar, tenemos que hacer buena escarda para que la mala hierba no salga jamás. Los enemigos de la patria no levantarán la cabeza porque sus cuerpos serán agujereados por las balas y porque después, la cal que les echemos se comerá rápidamente sus malas carnes.” 
Igual de degradante era el trato que recibían las presas por parte del capellán de la prisión, Niceto Lángara, obligadas a escuchar misa en el coro vallado:
 “Vosotras, zorras, putas, ladronas, estáis ahí por pecadoras y lo vais a pagar, lo vais a pagar con lo más preciado, con vuestra vida. Todas lo vais a pagar, aquí no se escapa nadie, dios premia a los buenos y castiga a las zorras, putas y ladronas como vosotras.” 
El odio del capellán salvador de la patria hacia los reclusos era intenso. Defensor acérrimo de la idea franquista de recuperar a los vencidos según los valores del Nuevo Estado, intentó captar a Andrés Iniesta para enseñar religión a los reclusos. Ante la negativa del reo, le aseguró que a partir de entonces estaba condenado a una muerte segura. 
Otro de los personajes siniestros de la prisión al que llamaban “La zorra” era un capitán del Cuerpo Jurídico Militar que pertenecía a la Auditoría de Guerra de Aranjuez, desde donde llegaban las órdenes de fusilamiento.
Cuando estas se producían se situaba en el balcón central del patio, mientras los presos que se encontraban paseando eran informados con su sola presencia que en la madrugada siguiente habría ejecuciones. Encoje el corazón pensar como se sentirían los condenados a muerte ante semejante adelanto.
No se conformaban con la privación de libertad, con el sometimiento de los vencidos, con las penurias materiales a las que se vieron obligados muchos, la mayoría. Además había que doblegar a los presos, aniquilando su identidad utilizando para ello toda la miseria integral de la que eran capaz el sistema penitenciario franquista para después, decidir sobre sus vidas.
Cientos murieron por palizas, inanición, torturas, frío, falta de asistencia médica y por los disparos de los centinelas a los que se premiaba con veinte duros y un mes de permiso por hacer blanco con los presos que se acercaban a las ventanas, aunque según los informes oficiales fallecían de “miocarditis aguda” o “avitaminosis”;
 Otros murieron delante de un pelotón de fusilamiento. Se fusilaba todos los sábados. Ese era el día que los reclusos escuchaban “La internacional” de las bocas de los compañeros que estaban a punto de morir.
Durante casi los tres años que estuvo en funcionamiento la prisión del Monasterio, la represión y violencia franquista dejó una lista de 533 defunciones (hombres, mujeres y niños de edades comprendidas entre 3 y 72 años). Correspondiente al periodo de la guerra, de 1936 a 1939, hay doscientas personas documentadas, en su mayoría soldados republicanos.
Todos ellos fueron enterrados en la mayor fosa común de la provincia de Cuenca, “La Tahona”, que se halla a los pies del Monasterio, sobre una superficie de 1200 metros y en la que durante los últimos años se han removido miles de metros cúbicos de tierra para proceder a la exhumación de los cadáveres que se encuentran repartidos en distintos espacios.
 En uno de ellos se hallan los fusilados y en otros los fallecidos por muerte inducida. También se han encontrado, junto con los restos humanos, restos de cerdos y un potro. Parece ser que una epidemia mató a varios componentes de la piara del monasterio y los verdugos, carentes del más mínimo respeto hacia las víctimas, los enterraron junto a éstas.
Exactamente el mismo respeto que demostró hace varios años el obispo de Cuenca cuando se le solicitó permiso para colocar una placa en recuerdo a los enterrados en la fosa de Uclés y su respuesta fue: “Los perros no necesitan de tanto recuerdo”.     (Eco Republicano, 26/03/2013)

21/4/10

'Foi asasinado despois de rexeitar liderar os novos sindicatos falanxistas'

(traductor gallego-español)

"Mariquiña reside na Coruña. Aínda lembra a historia que a súa nai lle contaba, de cando José, tras abandonar a CNT, rexentaba un quiosco na praza de Santa Lucía, fronte a sede de Falange, e atendía as dúbidas que os falanxistas lle presentaban. “El axudáballe cos escritos e coas consultas que lle facían, sen ter en conta a súa ideoloxía. Era un home marabilloso. Dicía que ante todo había que axudar ás persoas á marxe das ideas”, di a filla, que o recorda “como un orador nato que transmitía todo con sinxeleza”.

osé Villaverde (Santiago, 1894), carpinteiro de profesión, comezou moi novo na militancia anarquista. Desenrolou unha intensa actividade sindical en Vigo, primeiro, e despois na Coruña, onde se trasladou despois de ser nomeado director do semanal Solidaridad Obrera. Dirixiu tamén o voceiro ¡Despertad!, consolidou a CNT en Vigo e participou na creación da Federación Regional Marítima. Foi detido tras o golpe militar e foi asasinado despois de rexeitar liderar os novos sindicatos falanxistas." (Xornal.com, 21/04/2010)