12/3/10

Los batallones disciplinarios franquistas del Campo de Gibraltar

"Según las estimaciones, al menos 15.000 prisioneros republicanos dedicaron varios años de su cautiverio a levantar diversas construcciones en el Campo de Gibraltar. Para realizar estas edificaciones, aquellos cautivos con un nivel bajo de significación política, o que no tuvieran quien les avalara, fueron agrupados en batallones disciplinarios en diferentes puntos del país. (...)

En esta exposición se refleja también, según el historiador José Manuel Algarbani, “la incertidumbre” de aquellos hombres que componían estos grupos de prisioneros en tiempos de paz, que desconocían si iban a ser juzgados o cuándo llegaría su anhelada licencia de estas tareas.

Un modelo represivo que, para Algarbani, “tiene una influencia muy grande de la iglesia, concretamente de los jesuitas. De hecho, fue el jesuita Pérez del Pulgar quien plantea la redención de penas por el trabajo, basada en la idea cristiana de que el trabajo te redime”. Esto se tradujo en que, “teóricamente”, por cada día trabajado se restaban dos días de condena. (...)

El segundo bloque se centra en analizar la importancia de esta zona en la Guerra Civil y en la preguerra mundial que la sucedió. “El Estrecho de Gibraltar fue una zona clave en la Segunda Guerra Mundial”, confirma el coordinador de contenidos de la muestra. Por ello Algarbani plantea una investigación rigurosa y bien documentada en la que puede observarse como en agosto de 1939, cuatro meses después del final de la Guerra Civil, el estado mayor franquista elabora un plan para conquistar Gibraltar, controlar el Estrecho y entrar con una posición de fuerza en la contienda bélica mundial. (...)

La tercera parte de la exposición se dedica a los testimonios, a relatar de dónde proceden los prisioneros que aquí trabajaban, “principalmente del norte de España para deslocalizarlos”. En el Campo de Gibraltar, de 1939 a 1943 se encontraban 15.000 prisioneros republicanos ya que las fortificaciones antes mencionadas “requerían celeridad en su construcción”. (...)

Aquí se narra el transporte de tres cañones procedentes de Ferrol a Punta Paloma. De esta forma se cuentan las vicisitudes que tuvieron que solventar los prisioneros para su transporte, como por ejemplo levantar un puente que soportara las 90 toneladas de peso de cada cañón. Además se explica como se construyeron búnkeres, reflectores, túneles y los propios caminos de los prisioneros." (Andalucíainformación.es, 26/07/2009)

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