"(...) Mataron a su abuelo paterno y alcalde de Ciudad Rodrigo el 30 de
agosto de 1936 y al año siguiente en diciembre, fusilaron a su padre,
Eduardo, cuando Juan José tenía seis años.
Cuando se lo llevaron
tardaron en localizarlo hasta que les dijeron que estaba en Ciudad
Rodrigo y que al día siguiente lo iban a liberar, pero de madrugada lo
subieron a una camioneta junto a otros siete detenidos y los fusilaron
en la finca Ravida en la comarca de Miróbriga.
Dos años después el
régimen abrió un proceso político contra su padre y su madre para
quedarse con su patrimonio, sin saber que ya lo habían fusilado. Luego
permitieron a la familia llevarse sus restos a Béjar.
“Tengo rencor más que recuerdos de mi padre y carencias, porque me quedé sin padre a los seis años.
A la mañana siguiente de que mataran a mi padre una vecina salió
gritando: ‘Ahora que hemos acabado con los mayores hay que terminar con
los retoños’. Malditos sean los que infundieron odio en el corazón de un
niño”, recuerda Juan José.
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