“F, a medianoche, tomando tisana. Describe un cierto
procedimiento vasco de los años ochenta: la confección de la lista de chivatos.
Momento importante en la vida colectiva. Se dieron casos como el del pueblo de
1.700 habitantes donde se llegaron a anotar más de 70. Apoteosis de la Guardia Civil.
Se
deduce que, a pequeña escala, pero siguiendo la lógica de 1936 a la lista iban a parar
innumerables víctimas de la rencilla, ni siquiera política. F. da luego otra
cita severa: un 80 por ciento de los crímenes etarras los ha decidido la
facilidad, que alguien pasara por allí.
Los terroristas buscaban la muerte,
pero sobre el muerto no ponían remilgos. Bastaba que alguien ofreciera la
información de que en el cuarto vivía un periodista, que un policía entrenaba
en el frontón o que el panadero "chivato" empezaba a amasar a las
tres.
La facilidad del objetivo fue también una condición importante en los
primeros meses de la guerra civil. De ahí que muriera tanta gente que, en un
lado u otro, no tenía nada que temer. En los dos casos, asimismo, el asesinato
tenía un carácter ejemplarizante, propagandístico, No, en realidad con el
muerto no teníamos nada.” (Diarios.Blog de Arcadi Espada, 27-07-07)
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