15/1/15

Los requetés lo dejaron ciego, y gracias a eso podía gritar la verdad

"Melchor era ciego. Vendía el cupón, pero el cupón de antes. Cuando valía un duro. Era un sorteo, el de la ONCE, provincial, con premios paupérrimos, que a los vendedores sólo les permitía sobrevivir, en las puertas de los mercados.

Melchor bebía mucho. A veces, en el año 70, gritaba en la calle: “Franco, Cabrón”. Esto, en una pequeña ciudad de provincia era un auténtico escándalo. Pero la policía no hacía nada. Si gritaba demasiado, o durante demasiado tiempo, le retiraban una temporada en los calabozos de la Policía Municipal, en la trasera del Ayuntamiento.

Cuando llegó el cambio político, Melchor siguió gritando. En el primer mitin de Santiago Carrillo en mi ciudad, le insultó, por haber aceptado la bandera bicolor, y la monarquía. Nadie se lo reprochó.

¿Por qué todo el mundo le permitía todo a Melchor? La policía franquista le permitía insultar a Franco. El servicio de orden, a Carrillo.

El 26 de agosto de 1938, las tropas de Franco entraron en mi ciudad. Un grupo de requetés navarros, en la ebriedad de la victoria, prendieron a Melchor y le quemaron los ojos"              (Las batallas del abuelo Cebolleta, 08/11/2007)

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