"«Había enchufes donde te amenazaban con ponerte la corriente». Vicente Gutierrez Solís es uno
de los siete asturianos que viajaron a Madrid para denunciar ante el
cónsul las torturas y vejaciones que sufrió bajo el régimen franquista.
Durante este periodo fue detenido hasta siete veces por su labor de
organización del Partido Comunista. Recuerda especialmente las palizas
de Pascual Honrado y el comisario Claudio Ramos. «Fue mucho lo que nos
hicieron. El trato que nos dieron era vergonzante. Disfrutaban con
aquello». (...)
Como él, Faustino Sánchez García también padeció las palizas de
Ramos y Honrado. Llegó a salir de la comisaría con los tímpanos y las
costillas rotas, por lo que tuvieron que ingresarlo hasta cuatro veces
en el hospital. Interpuso dos querellas por estos tratos en 1964 y en 1969 que, no obstante, fueron en vano.
Ahora ve una oportunidad para que se haga justicia. «La historia de
Fuenteovejuna todos a una está ahí. Es la voluntad, el querer y no
olvidar».
Anita Sirgo, recuerda con claridad las palizas y torturas de
Fernando Caro Leiva. «No me quiero morir sin verlo frente a frente».
Quedó retenida junto a su marido en el cuartel de Sama, después de que
les dijesen que se tenía que presentar allí por su participación en la
Huelgona de 1962. «Mi compañera Tina y yo empezamos a dar golpes a la
puerta y a llamarles criminales y asesinos.
Cuando terminaron con los
demás llegaron como locos. Abrieron la puerta con la camisa blanca llena
de sangre. Me cortaron el pelo con una cuchilla de afeitar. Nos dieron sin parar».
Las palizas continuaron en Uviéu de la mano de Claudio Ramos.
«Como no
quisimos ponernos una pañoleta en la cabeza nos mandaron para la
policía armada. Nos ponían fotografías en la mesa y querían que
dijésemos quiénes eran unos y otros. Cuando decíamos que no sabíamos
nada nos daban puñezatos». (...)" (María García San Narciso, Diagonal, Redacción Asturies, 03/08/14)
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