30/5/11

"Sobrevivieron gracias a la bondad de un hombre que puso en peligro su vida y la de sus hijos para salvar a aquellos dos fugitivos"

"Todo esto se me venía a la cabeza estos días, mientras leía las memorias del hispanista americano Thomas Mermall que acaba de publicar Pre-Textos. El inicio del libro es abrumador.

Mermall fue el único niño judío de una amplia zona de Hungría que sobrevivió a la persecución nazi. Su madre, enferma, acabó sus días en Auschwitz, mientras su padre y él salían huyendo hacia el bosque y sobrevivían gracias a la bondad de un hombre que puso en peligro su vida y la de sus hijos para salvar a aquellos dos fugitivos.

El libro recorre el siglo XX. De la huida de los nazis a la huida del comunismo, de Hungría a Chile, de Chile a Chicago, donde Thomas se hizo adulto y americano. (...)

Lo más notable del libro es que entramos de lleno en una vida, sin que se nos cierre ninguna puerta, dejándonos convivir con esa familia de supervivientes (la madrastra sobrevivió a los campos) y observar cómo unos responden al trauma de manera mezquina, atesorando todo aquello que les fue negado, y otros practicando la generosidad de por vida.

El padre del profesor Mermall, aquel hombre que salvó a su hijo de seis años escondido en el bosque y en un granero, escribió un diario que le compró Spielberg. Se publicó, pero el proyecto de hacer una película se vio frustrado.

Ahora es el hijo quien reconstruye la aventura y quien la continúa en primera persona hasta el día de hoy en que se encuentra luchando contra un enemigo interior, el cáncer. (...)

El otro día, en la presentación que de su libro hizo en el Cervantes de Nueva York, Thomas reflexionaba sobre esa cosa rara que es la bondad.

Tantas veces intentamos analizar a los criminales, a los seres que apestan la tierra, y qué pocas dedicamos el mismo esfuerzo a comprender qué puede llevar a un campesino a arriesgar su vida por un hombre y su hijo de seis años, a los que no conoce.

Qué nos lleva a ser bondadosos hasta ese extremo y qué nos lleva a superar el dolor sin remordimiento y sin ánimo de venganza. Thomas Mermall ha llamado a sus memorias Semillas de gracia: son las que su madre sembró en él en solo seis años.

Un amor que Thomas ha atesorado toda su vida de huérfano y de las que aún hoy, nos confesó, brota su inquebrantable deseo de vivir." (ELVIRA LINDO: El enigma de la bondad. El País, domingo, 22/05/2011, p. 15)

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