4/11/08

Un chivo expiatorio perfecto, niña, enferma, sola, de clan subordinado...

"La joven acusada de adúltera y ejecutada por islamistas en Somalia tenía 14 año. (...)
Asha, que acudía a la escuela en el campo de refugiados, padecía epilepsia. (...)

La noche del sábado, tres hombres se le acercaron y la obligaron a acompañarlos a la playa, donde la violaron.

Bajo consejo paterno, ella acudió a los tribunales y denunció a sus violadores, que fueron arrestados. Y aquí se inicia, según declaraciones de Ibrahim Dhuhulow, la serie de desatinos que acabarían con la niña atada y enterrada hasta el cuello, lista para la ejecución. (...)

De acuerdo con la reconstrucción que el padre y los conocidos de Asha en Kimbayo han podido ir haciendo de los hechos, los familiares de sus agresores la convencieron con buenas palabras para que acudiera al tribunal islámico, retirara su acusación y perdonara a los tres hombres. Le darían dinero y joyas. Ella accedió, pensando que podría llegar a Mogadiscio con el dinero. Mientras, los mismos familiares acusaron a Asha ante el Tribunal Islámico por extorsión. Cuando Asha, en su inocencia, retiró la denuncia, fue arrestada y acusada de adulterio, de mantener relaciones sexuales sin estar casada. (...)

Shire Sheik confirma las palabras del padre de Asha según las cuales la niña se quedó sin defensa alguna también por el carácter minoritario de su clan, que no posee armas. "Nadie de su clan estaba en la ciudad, nadie armado estaba a su favor".

¿Dónde está la ley? ¿Quién la defendió? ¿Cómo se mata a una niña de catorce años? Están locos".

Lo mismo debieron de pensar los testigos de la ejecución. Un millar de personas que se acercaron al estadio de fútbol de Kimbayo, a los que se les dijo que se iba a lapidar a una mujer de 34 años, prostituta, bígama, adúltera. Pero pudieron ver y oír a Asha antes de que le cubrieran la cabeza con un capuchón. Asha la niña protestaba su inocencia. Unos cuantos trataron de romper filas y acudir en su ayuda.

Los milicianos integristas abrieron fuego contra la multitud. Mataron a un niño. Otras seis personas resultaron heridas. Por ello, posteriormente, los islamistas se disculparon y aseguraron que buscarían a los responsables de los disparos. No por las piedras, transportadas hasta el estadio en un camión. Nadie más se atrevió a proteger a la pequeña. Cincuenta hombres rodearon a Asha, la cubrieron la cabeza en un capuchón sollozante, e iniciaron el lanzamiento de proyectiles." (El País, Ed. Galicia, Sociedad, 31/10/2008, p. 30)

No hay comentarios: