9/4/21

Viaje al corazón de las tinieblas de la colonización. Raoul Peck narra en la serie ‘Exterminad a todos los salvajes’ la crueldad del imperialismo europeo y estadounidense. Hitler nunca ocultó su admiración por el exterminio de los indios en EE UU y las leyes racistas en el sur de ese país, que inspiraron las normas de Núremberg

 "Exterminad a todos los salvajes, la serie de Raoul Peck que la plataforma HBO estrena este jueves, representa un viaje al corazón de las tinieblas de la colonización. La frase que da título a esta serie de cuatro capítulos, que es un documental y a la vez una película de ficción, está precisamente tomada del clásico de Joseph Conrad El corazón de las tinieblas sobre la genocida conquista del Congo por el rey Leopoldo II de Bélgica

Otro personaje del gran escritor polaco expresa en un cuento, Una avanzadilla en el progreso, la misma idea de forma todavía más brutal: “Exterminad a todos los negros para que este país sea habitable”. Peck trata precisamente de dar la vuelta a la forma de narrar la historia de Occidente, poniendo en primer plano aquello que se ignora y que Conrad muestra en su obra: la implacable crueldad de la colonización y la esclavitud.

De origen haitiano y residente en Francia, el anterior filme de Raoul Peck, I am not your negro, tuvo un enorme impacto porque trataba sin ambages el racismo en Estados Unidos a través de la figura del escritor afroamericano James Baldwin. Se estrenó en 2017, cuando el movimiento Black Lives Matter (las vidas negras importan) se extendía por Estados Unidos, que acababa de nombrar presidente a Donald Trump, un racista indisimulado. Su nueva serie llega a HBO cuando Trump ya no está en la Casa Blanca, pero coincide con el juicio por la muerte de George Floyd, el hombre negro asfixiado por un agente durante su detención en mayo de 2020 en Minneapolis. El caso despertó protestas contra la brutalidad policial en todo el país.

 La forma de tratar el pasado esclavista y colonial de Estados Unidos y Europa se mantiene como un tema complejo y politizado, como demuestran las primeras repercusiones que ha tenido la serie de Peck, con algunas críticas positivas y otras negativas, pero que indudablemente ha logrado remover conciencias. “Europa está todavía en fase de negación”, explica Peck (Puerto Príncipe, Haití, 67 años) en una entrevista por videoconferencia desde Francia.

 “No metería a todos los países europeos en el mismo saco, pero, cuando vemos la televisión o cuando leemos los periódicos, tengo la clara impresión de que una gran parte de Europa está en fase de negación”, añade. “Cuando nos permitimos criticar una parte de este pasado, se hace siempre con ciertos matices. Reconocemos que sí, que es verdad, que lo hicimos, pero nos vemos obligados a explicarlo. Y pensamos que eso no da derecho a hacer esto o a quemar los guetos. Así que no hay un verdadero análisis profundo de la colonización”.

La serie está dividida en cuatro episodios –los dos primeros se estrenan el jueves y los dos siguientes el viernes– que mezclan imágenes documentales con fotografías, pero también con películas familiares y recuerdos del propio director, que pone la voz en off, y con collages de otros filmes.

 Todo ello aderezado con reconstrucciones cinematográficas, protagonizadas por Josh Hartnett, que recrean diferentes momentos de la colonización, desde el tráfico de esclavos a través del Atlántico hasta la conquista de América o el exterminio de los indios en Estados Unidos. La presencia del mismo actor en diferentes escenarios del imperialismo occidental trata de subrayar el hecho de que se trata de una misma historia de brutalidad que se prolonga a lo largo de los siglos y de los países.

 Una de las tesis que sostiene la serie es que el nazismo y el exterminio de los judíos europeos por el Tercer Reich forman parte de un marco de pensamiento que decreta la superioridad de los blancos sobre el resto de las razas —la idea de raza es además un concepto inventado y contrario a la ciencia—, que justifica cualquier crueldad contra seres considerados inferiores y no del todo humanos. De hecho, Hitler nunca ocultó su admiración por el exterminio de los indios en EE UU y las leyes racistas en el sur de ese país, que inspiraron las normas de Núremberg.

“El Holocausto está en la línea directa del genocidio del esclavismo; forma parte del mismo pensamiento europeo”, opina Peck. “Es la misma idea, la existencia de una raza superior que se arroga el derecho de eliminar a una supuesta raza inferior. Forma parte de la historia de la Europa conquistadora y de la Europa que va a subyugar, que va a considerarse el centro del mundo”, incide.

Los filmes de Peck casi siempre están marcados por un fuerte contenido político: El joven Karl Marx es una biografía del autor del Manifiesto comunista; A veces en abril está ambientado en el genocidio de Ruanda; Lumumba relata la vida del líder congolés asesinado o el citado I am not your negro, sobre el racismo en EE UU, que fue candidato al Oscar al mejor largometraje documental. También tiene una carrera como activista y llegó a ser ministro de Cultura de Haití entre 1996 y 1997.

 Exterminad a todos los salvajes resume todas sus facetas, como creador y como político. “Refleja mi historia”, señala. “Es lo que he hecho en mi vida adulta, documentales y ficciones, y esta serie refleja los dos, aunque todo lo que reconstruyo en forma de película es absolutamente real”. Una frase de James Baldwin que cita en No soy tu negro refleja también el impacto que pretende lograr con esta serie: “La historia no es el pasado, es el presente”.

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