" (...) Zamora acogerá la presentación del libro A recoger bombas: batallones de
trabajo forzado en Castilla y León (1937-1942)’, escrito por Juan
Carlos García Funes y editado por nuestros compañeros del Foro por la
Memoria de Segovia y la editorial Atrapasueños.
Según revela García Funes, Castilla y León albergó durante la Guerra
Civil más de treinta campos de concentración y depósitos de prisioneros,
fundamentalmente en Soria y Burgos, y se utilizó como mano de obra al
menos a 46.401 personas.
El libro expone los entresijos de los campos de
concentración y los trabajos forzados que llevaban a cabo los
prisioneros en la zona.
«Durante la Guerra Civil, con los clasificados como desafectos al
Movimiento Nacional, se formaron batallones que realizaban todo tipo de
trabajos como la limpieza, desactivación de bombas, recogida de
cadáveres y material a construcciones e infraestructuras necesarias para
la guerra», precisa el autor.
El libro incluye un capítulo en el que se
utiliza tanto la documentación propia de la burocracia militar como los
testimonios de personas que estuvieron en los campos, para divulgar las
condiciones de hambre, torturas, frío, enfermedades, mortalidad y
fusilamientos que se daban en ellos.
El título se debe al relato de un joven que trabajó como prisionero
en Espinosa de los Monteros (Burgos), Francisco Barrefia, quien explica
algunos de los trabajos más peligrosos que realizaron en el campo de
batalla, como la recogida de bombas. Esta obra supone un aporte a la
memoria histórica dela región, ya que cuenta con un inventario por
provincias de los trabajos que desarrollaron los prisioneros.
Dentro del conjunto de los diferentes sistemas de explotación de mano
de obra cautiva desarrollados por el franquismo, este libro se centra
en la utilización de los prisioneros de guerra, en la estructura de
campos de concentración, en el entramado burocrático y, específicamente,
en los trabajos realizados por los batallones de trabajadores en el
territorio de Castilla y León.
Tal y como plantea Fernando Mendiola en el prólogo, la información
proporcionada en este libro es una contribución a la cartrografía del
terror franquista, que debería servir para impulsar las políticas de la
memoria en Castilla y León. (...)" (Noticias Castilla y León, 08/02/17)
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