Mapa de Europa. Campos de concentración nazis. (Fuente: Wikipedia)
"¿Por qué definir un siglo como el Siglo de los Campos?", se pregunta
sorprendido el escritor José María Mendiluce en el prólogo a la edición
española del libro Los campos de la Muerte. Cien años de deportación y exterminio.
Joël Kotek y Pierre Rigoulot (Salvat, 2001 ), en
lugar de calificarlo con algún matíz más positivo, como el siglo de la
aviación, de la medicina, la televisión, etc. Basta con investigar un
poco para darse cuenta de que el Siglo XX fue el siglo del horror, de la
deportación y de los campos.
Desde su comienzo y hasta su final,
millones de personas han sido torturadas, internadas a la fuerza entre
alambradas, masacradas, aniquiladas, borradas de la faz de la tierra. A
veces, por motivos religiosos, otras, por motivos políticos, y en muchas
ocasiones, tan solo porque estaban allí en ese momento.
Las guerras del
Siglo XX se han visto reforzadas por una inmensa sed de venganza y un
odio sin parangón en la historia. El conflicto se ha extendido más allá
del campo de batalla. La guerra ha seguido en los campos de
concentración.
No se han respetado ni las leyes ni los derechos de las
personas. Sobre los supervivientes ha recaído el odio y la venganza, y
muchos de ellos han servido de "terapia", para descargar sobre su
persona la arrogancia, la prepotencia, la sensación de superioridad y el
"rol" de señores; pero también para verter en ellos la impotencia, la
frustración y la pérdida de todo, incluida la humanidad.
Los campos de concentración nacionalsocialistas (somos conscientes de la
existencia de los gulag soviéticos o de los campos construidos en la
antigua Yugoslavia durante la "guerra de los balcanes", por citar solo
algunos), sobre los que nos vamos a centrar, han sido catalogados
atendiendo a su naturaleza o fines (exterminio, reeducación, trabajo,
internamiento, etc). Intentaremos, de manera breve, acercar al lector
las características que los hacen diferentes, pero al mismo tiempo tan
iguales.
Kotek y Rigoulot, nos proporcionan una sencilla definición de lo que
puede denominarse como campo de concentración.
Se trata de "un
terreno rápida y sumariamente equipado, por lo general cerrado a cal y
canto en el que se hacinan, en condiciones precarias y poco respetuosas
con los derechos elementales, individuos o categorías de individuos,
supuestamente peligrosos o nocivos".
Los campos de concentración se
convierten en lugares, casi siempre improvisados, en los que se pretende
reubicar a un grupo determinado de personas, de una índole política,
social o religiosa determinada. En muchas ocasiones, estas instalaciones
de carácter temporal, eran construidas o acondicionadas por los propios
detenidos.
En este punto se hace necesario diferenciar la prisión del campo de
concentración. La diferencia fundamental radica en el marco legal. En la
prisión son internadas aquellas personas que han recibido un juicio
según las leyes, debiendo acatar una resolución tomada por un tribunal.
Los detenidos en un campo de concentración forman parte de los
sospechosos, de las personas que entran a formar parte de un perfil
calificado como nocivo para la sociedad y que no tienen por qué haber
cometido ningún crimen, sino que son sospechosos de poder llegar a
cometerlo, según el régimen o gobierno imperante.
Los campos de
concentración constituyen un medio extraoficial de reprimir y aniquilar a
hombres y mujeres no afines a una causa social o gubernamental. Dentro
de sus límites no existe la justicia, solo verdugos y víctimas.
En la Alemania nazi, tras el incendio del Reichstag, el 28 de febrero de
1933, más de 12.000 personas fueron arrestadas de manera arbitraria.
Fue entonces cuando se promulgó el decreto Schutz von Volk und Staat
(para proteger al pueblo y al Estado), que permitía arrestar e internar
tras las alambradas a toda persona susceptible de oponerse al régimen,
sin tener que juzgarla. Este confinamiento, va destinado a personas en
principio "inocentes", por lo que se califica de "preventivo". En el
campo de Dachau, inaugurado en 1933 puede leerse Schutzhaftlager (campo
de prisión preventiva).
Campos de concentración de Estado:
A partir de 1933, se implantó el sistema de concentración propiamente dicho en la Alemania nazi, el de los llamados "campos de concentración del Estado" (Staattlinche Konzentrationslager), designados oficialmente por las siglas K.L (y familiarmente, K.Z). La Gestapo se encargaba de seleccionar a las víctimas que debían ser encarceladas y las que debían ser liberadas, mientras que las S.S, se encargaban de la custodia y la administración de los campos.
Campos de concentración: Funciones.
1.- Aislar de manera preventiva a un individuo o grupo de personas considerados sospechosos o incluso nocivos para el país. Se trata de personas que no han recibido un juicio y que por lo tanto se consideran no culpables.
2.- Castigar y corregir a través de un programa educativo, a los adversarios ideológicos.
3.- Controlar a la población social a través del terror.
4.- Beneficiarse de una mano de obra esclava.
5.- Reestructurar la sociedad. Los campos de concentración filtrarían y seleccionarían a una masa social destinada al trabajo y a la servidumbre, que estaría dominada por un reducido grupo de individuos.
6.- Eliminar concienzudamente los elementos considerados racial o socialmente perjudiciales.
Clases de campos de concentración:
1.- Campos de internamiento. Su función es la de aislar temporalmente a individuos sospechosos o peligrosos. Durante los conflictos llegan a albergar a los compatriotas de los enemigos (sean o no afines a los ideales de estos últimos). Estos campos no suelen hacer uso de los trabajos forzados, ya que su fu finalidad es prevenir y no producir.
2.- Campos de concentración. Estos campos reunían todas las características que hacían terribles estos lugares de confinamiento: Pretendían reeducar, explotar a los internados mediante el trabajo y finalmente aniquilarlos. Sometidos al terror y a un sistema represivo brutal, para los internados se crea un mundo aparte, en el que el tiempo transcurre de modo especial, entre tormentos y sufrimiento.
3.- Campos de exterminio. Creados para administrar una muerte inmediata a sus "huéspedes", estos centros, paradójicamente, rompen con la propia denominación de "campo de concentración". Su única función es la de exterminar, nunca la de alojar, a las victimas que pasan por sus dependencias.
Campos de concentración de Estado:
A partir de 1933, se implantó el sistema de concentración propiamente dicho en la Alemania nazi, el de los llamados "campos de concentración del Estado" (Staattlinche Konzentrationslager), designados oficialmente por las siglas K.L (y familiarmente, K.Z). La Gestapo se encargaba de seleccionar a las víctimas que debían ser encarceladas y las que debían ser liberadas, mientras que las S.S, se encargaban de la custodia y la administración de los campos.
Campos de concentración: Funciones.
1.- Aislar de manera preventiva a un individuo o grupo de personas considerados sospechosos o incluso nocivos para el país. Se trata de personas que no han recibido un juicio y que por lo tanto se consideran no culpables.
2.- Castigar y corregir a través de un programa educativo, a los adversarios ideológicos.
3.- Controlar a la población social a través del terror.
4.- Beneficiarse de una mano de obra esclava.
5.- Reestructurar la sociedad. Los campos de concentración filtrarían y seleccionarían a una masa social destinada al trabajo y a la servidumbre, que estaría dominada por un reducido grupo de individuos.
6.- Eliminar concienzudamente los elementos considerados racial o socialmente perjudiciales.
Clases de campos de concentración:
1.- Campos de internamiento. Su función es la de aislar temporalmente a individuos sospechosos o peligrosos. Durante los conflictos llegan a albergar a los compatriotas de los enemigos (sean o no afines a los ideales de estos últimos). Estos campos no suelen hacer uso de los trabajos forzados, ya que su fu finalidad es prevenir y no producir.
2.- Campos de concentración. Estos campos reunían todas las características que hacían terribles estos lugares de confinamiento: Pretendían reeducar, explotar a los internados mediante el trabajo y finalmente aniquilarlos. Sometidos al terror y a un sistema represivo brutal, para los internados se crea un mundo aparte, en el que el tiempo transcurre de modo especial, entre tormentos y sufrimiento.
3.- Campos de exterminio. Creados para administrar una muerte inmediata a sus "huéspedes", estos centros, paradójicamente, rompen con la propia denominación de "campo de concentración". Su única función es la de exterminar, nunca la de alojar, a las victimas que pasan por sus dependencias.
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