Falangistas en la plaza de Santa Ana de Las Pamas de Gran Canaria (©FEDAC)
"(...) ¿Cómo recuerdas esas conversaciones en casa? ¿Se hablaba sin reservas, de forma abierta?
En mi familia había mucho dolor. Mi abuelo Juan 'el comunista', mi tía
Rosa García, que también pertenecía al Frente Popular y que fue violada
por varios falangistas... Había mucho miedo.
Mi abuela Frasquita, la mujer de Juan, no quería que me contaran nada, que se transmitiera, por el terror que sentía. Mi abuela Dolores sí me trasladó su sufrimiento, vio cómo mataban a su bebé y luego, a los pocos meses, cómo fusilaban a su marido y la dejaban sola con tres hijos, sin trabajo y sin medios.
Tuvo que estar mendigando para darles de comer. No le daban trabajo porque estaba estigmatizada por ser la mujer de un comunista asesinado. Todo ese dolor inevitablemente se fue transmitiendo y a mí me llegó, igual que a otros familiares. (...)
Mi abuela Frasquita, la mujer de Juan, no quería que me contaran nada, que se transmitiera, por el terror que sentía. Mi abuela Dolores sí me trasladó su sufrimiento, vio cómo mataban a su bebé y luego, a los pocos meses, cómo fusilaban a su marido y la dejaban sola con tres hijos, sin trabajo y sin medios.
Tuvo que estar mendigando para darles de comer. No le daban trabajo porque estaba estigmatizada por ser la mujer de un comunista asesinado. Todo ese dolor inevitablemente se fue transmitiendo y a mí me llegó, igual que a otros familiares. (...)
¿Te has topado con un muro de silencio en esa búsqueda de la verdad?
Ha sido muy difícil. Muchas personas aún hoy siguen sin querer hablar.
Algunos se fueron a la tumba sin hablar cuando sufrieron directamente la
represión, estuvieron encarcelados o les asesinaron a familiares. Las
entrevistas se han hecho con mucho cariño, con mucho amor y sin ningún
planteamiento de venganza.
Algunos han querido guardar el anonimato, otros no. Aunque no ha sido fácil, al final la gente habla, porque es una herida abierta que seguimos teniendo en Canarias. Te lo dicen en voz baja, mirando para los lados, no sea que alguien le esté escuchando o se entere el vecino de al lado, que tiene vínculo con el PP o con partidos que siguen defendiendo el franquismo. Sigue existiendo ese terror. (...)
Algunos han querido guardar el anonimato, otros no. Aunque no ha sido fácil, al final la gente habla, porque es una herida abierta que seguimos teniendo en Canarias. Te lo dicen en voz baja, mirando para los lados, no sea que alguien le esté escuchando o se entere el vecino de al lado, que tiene vínculo con el PP o con partidos que siguen defendiendo el franquismo. Sigue existiendo ese terror. (...)
¿Qué caracterizó a la represión en las Islas? ¿Por qué fue tan brutal?
Fue una represión ideológica, a quienes defendían la democracia y la
legalidad constitucional. La oligarquía canaria, la patronal, gente rica
de Canarias y también ingleses, y la iglesia católica orquestaron una
represión basada en el odio y en exterminar a lo mejor de nuestro
pueblo, a la gente más concien ci
ada. Meses antes del golpe de Estado se hicieron listas negras, estaba
todo preparado. Hubo curas que revelaron secretos de confesión. (...)
Canarias se convirtió en un laberinto de terror, no había forma de escapar. La condición insular marca. No hubo guerra, pero sí un genocidio que se llevó por delante a 5.000 personas. (...)
La oligarquía
canaria, la Iglesia católica, la Falange, Acción Ciudadana y los
militares hicieron un verdadero genocidio en Canarias.
Una de las imágenes más simbólicas del libro es la que describe a un
capellán con sotana y pistola al cinto. ¿Qué papel desempeñó la iglesia
católica en este periodo?
La Iglesia católica participó y fue parte activa del golpe de Estado
franquista, de la represión y de los asesinatos en Canarias y en toda
España. Participó y no ha pedido perdón, al menos la Iglesia canaria.
Había curas con pistola al cinto dando tiros de gracia, dando la extremaunción y asesinando, revelando secretos de confesión para que asesinaran a gente. Hubo una participación activa de la Iglesia como institución en el genocidio franquista, con excepciones puntuales de curas que defendieron la libertad y la democracia.
Había curas con pistola al cinto dando tiros de gracia, dando la extremaunción y asesinando, revelando secretos de confesión para que asesinaran a gente. Hubo una participación activa de la Iglesia como institución en el genocidio franquista, con excepciones puntuales de curas que defendieron la libertad y la democracia.
“
Los mismos que mataron a mis padres son los que ahora te roban la
casa”. Lo dice la protagonista de la primera historia. Lo cierto es que
en el libro figuran apellidos ilustres, muy conocidos en la isla (Del
Castillo, De Lugo, Manrique de Lara, Fuentes, Bonny, Leacock...)
Muchos políticos que están ocupando ahora puestos de diputados,
concejales o alcaldes son herederos de los asesinos. Y hay que decirlo
claramente porque es la realidad.
Muchos jueces son herederos de los asesinos y te cierran la puerta para abrir una fosa común diciendo que los crímenes de lesa humanidad prescribieron, cuando eso jamás prescribe en la legislación internacional de derechos humanos. (...)
Muchos jueces son herederos de los asesinos y te cierran la puerta para abrir una fosa común diciendo que los crímenes de lesa humanidad prescribieron, cuando eso jamás prescribe en la legislación internacional de derechos humanos. (...)
Hay que saber los nombres de los que cometieron barbaridades, violaciones de derechos y asesinatos. Hay que dignificar a las familias y no se trata de dinero, como dice (Rafael) Hernando (PP).
Aquí no se busca dinero, se busca justicia, que se puedan
sacar los restos de un familiar de una fosa y se puedan enterrar
dignamente, que quienes fueron asesinados tengan sus monumentos, sus
placas, que sus nombres figuren como personas que lucharon y dieron su
vida por la libertad. (...)" (Entrevista a Francisco González Tejera, Iván Suárez
- eldiario.es, 25/12/2015)
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