"Leo y escucho recuerdos atroces de cosas que pasaron después de que
los que ganaron la Guerra Civil decidieron definir un nuevo tiempo.
Desde Argentina nos lo están recordando ahora. A mí me ha permitido
restaurar la memoria de pequeñas cosas que algunos españoles seguro que
se pueden olvidan. Ya sé que todo es un asunto irritante, pero los de
cuando Franco han tenido mejores oportunidades que los de la derrota. Y
los derrotados se olvidan.
Es curioso lo que cuesta a los que ganaron
reconocer que se pasaron en su poderío. Es una tontería, pero me
gustaría poner delante de los ciudadanos cuánta ventaja están teniendo
los golpistas frente a los demócratas en el mundo económico o
funcionarial de hoy. Es algo que añado al dolor. Pero jamás olvido.
Que los golpistas del 36 tienen algunas ventajas, es asunto que no se
discute: es parte de la Transición. Pero no es mal ejercicio que cada
español que tenga memoria recuerde lo que hemos vivido para poder
convivir hoy.
Voy a contar mi caso. Por favor, nada que se pueda comparar con otros casos atroces, pero es un caso real. Es mi caso.
En el verano de 1959 fui detenido por pertenecer a la Agrupación
Socialista Universitaria. Estaba en el campamento de la Milicia
Universitaria en Montelarreina (Zamora). A Madrid llegué acompañado por
un oficial y un suboficial. Luego empezó lo que muchos españoles han
vivido en la Puerta del Sol y pocos recuerdan
En la Puerta del Sol, en la actual sede de la Presidencia de la
Comunidad de Madrid, se ha sufrido muchísimo, se ha llorado muchísimo.
Eso que allí pasó durante muchos años atroces, seguro que no les
conmueve a muchos gestores actuales. Pero pasó.
Yo no invento nada, cuento lo que he vivido en esa sede de la Comunidad y que quisiera que fuera parte de la Memoria Histórica.
Cuando me ingresaron en la Puerta del Sol eso era la sede de la
Dirección General de Seguridad. Conmigo entraron varios dirigentes
obreros. A todos nos entraron en el sótano oscuro y con camas de
cemento. Los horarios yo los identificaba porque un ciego anunciaba
junto a mi ventana que podía conseguir un premio: si lo anunciaba con su
voz y su bastón es que era de día.
Me dejaron una manta que -no os lo creeréis hoy- tenía huellas de sangre.
Me llamaron a declarar ante un teniente coronel manco (de guerra)
llamado Eymar al que le asistía como secretario su hijo. Todo militar.
Mis explicaciones sobre la participación de unos jóvenes socialistas en
una Huelga Nacional Pacífica, no le gustaron mucho.
Y luego apareció el comisario Yagüe. El comisario Yagüe era uno de
los que más terror producían en la oposición al Régimen. Pero en esos
días se había roto un brazo. Me interrogó escayolado. Cuando la
respuesta no le agradaba me golpeaba con su brazo escayolado.
Pero, en las celdas de al lado, estaban unos comunistas recién
detenidos: Lucio Lobato, Eustaquio Tudela y Simón Sánchez Montero. Me
gustaría que no olvidaseis estos nombres.
Yo he visto desde mi celda a Lucio Lobato arrastrado por el pasillo
de la Dirección General de Seguridad (hoy Presidencia de la Comunidad de
Madrid), sangrando por las palizas de gentes como el comisario Yagüe.
Comprendo que recordar incomoda a más de uno, pero igual no es mala
cosa que, aquí en la red, quede memoria de gentes que torturaron a
españoles y a españoles que lucharon hasta el límite por la libertad que
hoy vivimos.
Por lo menos, que en la red quede para siempre eso de la Memoria Histórica.
¿Por qué no llamamos a tantos y tantos españoles que sufrieron la
Dictadura a que vuelquen en la red sus casos tremendos? ¿Por qué no
podemos movilizar la Memoria Histórica en la red? Servirá para una cosa
muy importante: que jamás se pueda olvidar lo que se ha sufrido en una
dictadura en España.
¿No se le ocurre a nadie alguna idea?" (Luis Solana . El Plural, 27/09/2013)
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