"El 10 de junio de 1944, la compañía de granaderos panzer, integrada
dentro de la división SS Das Reich llegaron al pequeño pueblo francés de
Oradour-sur-Glane (Limousin). La unidad, que acaba de combatir en el
frente del Este de la II Guerra Mundial, tenía que dirigirse ahora al
norte del país para luchar en las playas de Normandía.
Las órdenes eran
implacables. Nada ni nadie podía interponerse en su camino.
Prácticamente los 640 habitantes de esta pequeña localidad de la campiña
francesa fueron asesinados. Entre ellos, 24 exiliados de la República
española. (...)
Concretamente llegaron 287 miembros de las SS a bordo de sus
vehículos blindados. Nada más llegar establecieron un cordón alrededor
de la localidad y se reunieron con el alcalde. El pretexto es que el
pueblo tenía un almacén de armas de la resistencia francesa y por tanto
harían un registro.
Las mujeres y niños, en torno a 450, fueron
encerrados en la Iglesia, hacinados. Los hombres fueron divididos en
grupos y fueron asesinados con armas automáticas. Los cadáveres fueron
rociados con gasolina y las casas arrasadas con granadas.
"Al oír
los disparos los padres de algunos niños de la escuela comarcal
corrieron hacia el pueblo para ver qué pasaba. Los soldados los dejaron
pasar y una vez dentro los asesinaron a todos también. Según algunos
testimonios de los pueblos vecinos, hubo soldados que negaron la entrada
a los padres y les explicaron que si entraban morirían", prosigue
Schmitt-Perrin
Los ruidos y el olor de la masacre comenzó a llegar la iglesia, donde
permanecían mujeres y niños. El pánico se desató y comenzaron los
intentos de fuga. Pero nadie podía escapar vivo. Eran las órdenes. Los
soldados dispararon a través de las puertas y lanzaron varias bombas que
terminarían por aniquilar a las mujeres y los niños.
"Al día
siguiente aparecieron cuerpos de bebés colocados en el interior del
confesionario, donde sus madres les habían intentado esconder de manera
desesperada", explica. Hubo muertes por quemaduras, por desmembramiento
tras la explosión, por asfixia, pos aplastamiento o cocidos
literalmente.
Sólo dos mujeres consiguieron
escapar de la hoguera en que se había convertido la iglesia. Una de
ellas, la más joven de las dos, no pudo seguir. Se rompió las piernas al
caer y fue asesinada allí mismo poco después; la única superviviente
fue una mujer mayor que había logrado saltar y escapar antes de que los
soldados se apercibieran de su presencia.
En el resto del pueblo,
de los más de 200 hombres, solamente seis escaparon con vida, todos
ellos heridos. Caídos al suelo entre los cuerpos de los tiroteados,
lograron apartarse de los montones de víctimas antes de que el fuego
acabase con ellos.
Entre
los 640 víctimas de las SS, se encontraban 25 republicanos españoles
que habían encontrado refugio en esta pequeña localidad tras la Guerra
Civil española. La mayoría estaban instaladas en el pueblo desde 1941,
pero también había otros exiliados republicanos españoles que formaban
parte de un Grupo de Trabajadores Extranjeros (GTE).
"Estos grupos se
componían de refugiados o desplazados en edad militar, sujetos a las
autoridades de ocupación y que prestaban sus servicios como trabajadores
agrícolas o locales", explica el periodista Xulio García Bilbao, que
visitó Oradour-sur-Glane este verano. (...)
Lo que sigue a continuación es un listado de las familias españolas
que murieron asesinadas en Oradour-sur-Glane. Esta información ha sido
facilitada por el Foro por la Memoria de Guadalajara.
La familia Gil Espinosa
la componían el matrimonio, una pariente de la esposa y las dos hijas,
gemelas de 14 años. Eran originarios de Alcañiz, donde muy posiblemente
participaron en la colectivización. Sus nombres y edad: Francisco Gil
Egea (cerca 50 años), su esposa Francisca Espinosa (49 años), su
pariente Carmen Espinosa Juanos (30 años), y las niñas Francisca y Pilar
Gil Espinosa (14 años).
La familia Lorente Pardo,
madre y dos hijos, procedían de Barcelona y llevaban en Francia desde
el éxodo de enero de 1939; la madre, Antonia, era de Murcia. Sus
nombres: Antonia Pardo (29 años), Nuria Lorente Pardo (9 años) y
Francisco Lorente Pardo (11 años).
Las hermanas Emilia y Angelina
Masachs, de 11 y 8 años, eran originarias de Sabadell y habían perdido a
sus padres; se encontraban recogidas por las otras familias españolas.
La familia Serrano Pardo
estaba rehaciendo su vida en Francia. El padre, José Serrano Robles (29
años) era maestro de escuela y había marchado al exilio con su esposa
María Pardo. Sus tres hijas habían nacido en Francia; la pequeña Armonía
Serrano Pardo (nacida el 4/6/41, es decir de 3 años) y las gemelas de 1
año de edad, Esther y Paquita Serrano Pardo.
La familia Téllez Domínguez
procedía de Barcelona. El padre, Domingo Téllez (45 años) era
originario de Zaragoza y se encontraba en Oradour con su esposa María
Domínguez (31 años), y sus hijos Miguel (11 años), Armonía (8 años) y el
pequeño Liberto, de dos años, nacido en Oradour.
Por último,
también se encontraba la española Carmen Silva, de 39 años, era de
Bilbao y estaba casada con el francés Robert Pinede." (Público, 16/09/2013)
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