Pero la guerra es la guerra. Y el tribunal tuvo en cuenta que los soldados no tenían intención de dañar al chico (¿la habrían tenido si las bolsas hubieran contenido bombas y el chico hubiera reventado), que tenían prisa, que estaban en peligro y que su expediente era impecable.
Por tanto, les condenó a tres meses de arresto en suspenso y a perder un grado. El sargento A. y el sargento H. se fueron de vacaciones, tras la sentencia, como simples sargentos en la reserva, y ya no como sargentos mayores.
No fue un castigo muy duro. En realidad, fue casi un perdón. La guerra es la guerra. Y el enemigo, Hamás, también usó escudos humanos. ¿Por qué ser menos que el enemigo?
Varios diputados, respaldados por altos mandos militares, piden ahora que el casi perdón se convierta en perdón completo. " (Blog de enric gonzález: 'Fronteras movedizas', 'Criminales (2)', 22/11/2010)
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