Mujeres y niños dormían en camastros de piedra cubiertos con ramas y se encendían hogueras dentro de las cabañas para calentarse y cocinar, lo que hacía "irrespirable" el ambiente.
"El destacamento penal no tenía alambradas, pero no hacían falta, porque la presencia de los familiares desempeñaba el mismo papel disuasorio", destaca el investigador del CSIC." (ABC, 17/11/2010)
No hay comentarios:
Publicar un comentario