"Rogelio Caridad Pita
(La Coruña, 1875) ingresó en la Academia de Infantería a los 17 años.
Participó en la guerra de Cuba; fue condecorado varias veces, 3 cruces
de 1ª clase al mérito militar con distintivo rojo. Se cree que era
masón. Al proclamarse la República, el gobernador militar de La Coruña
ordenó al entonces coronel Caridad Pita, sacar las tropas a la calle.
Sin embargo, el coronel salió solo y en coche descubierto, acatando la
voluntad popular. Tras ser sofocada la revolución de 1934 en Asturias,
fue enviado a Gijón, caracterizándose por una posición conciliadora.
Rogelio Caridad Pita era uno de los generales más nítidamente leales al
régimen Republicano.
Enrique Salcedo Molinuevo
nació en Salamanca en 1871, de padre español y madre filipina. Ingresó
en la Academia de Infantería de Toledo en 1888. Participó en la guerra
de Cuba. En 1915 era comandante. En 1919 fue ascendido a coronel del
regimiento y presenció el desastre de Annual. Obtuvo la medalla militar
individual.
Ascendió a general de división en 1928. Se casó con una
joven gallega, Amalia Portela. A pesar de su amistad con el general José
Sanjurjo, no participó en su frustrado intento de golpe de Estado en
agosto de 1932. Poco antes de las elecciones de 1936 fue nombrado
general jefe de la VIII División Orgánica, con sede en La Coruña, por el
ministro de la Guerra, el también militar Nicolás Molero Lobo. Tras acceder al poder el Frente Popular, fue confirmado por el nuevo ministro, Carlos Masquelet.
En La Coruña, el germen de la
sublevación militar prendió en un grupo de jefes y oficiales que
asqueaban de la República y no podían soportar que el Frente Popular
hubiera ganado las elecciones de Febrero de 1936, tras las cuales,
comenzaron a celebrar reuniones en la biblioteca de la Capitanía. Estos
oficiales conectaron con otros jefes y oficiales, extendiendo sus gestiones a las respectivas unidades agrupadas en las plazas de la División.
Se consiguió una gran unión entre muchos mandos militares golpistas.
En
La Coruña contaban con la adhesión de todas las unidades, guardia
civil, asalto y carabineros.
En julio de 1936, Caridad Pita estaba
destinado en La Coruña, como gobernador militar y jefe de la 15ª Brigada
de Infantería, a las órdenes del general Salcedo. En la tarde del
viernes 17de julio de 1936 llegaron a Galicia noticias de la sublevación
en Marruecos.
El general Salcedo, conservador pero leal, y el general
Caridad Pita le aseguraron al gobernador civil, Pérez Carballo
su lealtad a la República, a pesar de que Salcedo estaba al tanto de la
conspiración, había recibido en la noche del 18 de julio un telegrama
de Queipo de Llano conminándole a que se uniera a la sublevación y luego
una llamada telefónica, el día 19, del general Mola.
El día 20 Salcedo se reunió en la
Capitanía General con el general Rogelio Caridad Pita, el cual le
advirtió de que el coronel Pablo Martín Alonso, al mando del Regimiento
de infantería «Zamora» n.º 29, y el teniente coronel Montel, secundados
por el jefe de Estado Mayor provisional de Capitanía, el teniente
coronel Luis Tovar Figueras, pretendían sublevarse.
Salcedo destituyó a
Tovar, sin embargo, los sublevados redujeron a Salcedo en su despacho de
Capitanía, le conminaron a que se uniese a la sublevación, Salcedo
decidió no unirse al levantamiento y fue detenido y trasladado a Ferrol.
El general Caridad dirigió la palabra a
los sublevados para desactivar la rebelión, presentándose en el cuarto
de banderas del Regimiento de Infantería de Zamora número 54:
“..invocando a la Patria, al orden, a la Ley, a la obediencia al poder
constituido, a la disciplina y demás virtudes militares, al afecto,
todos eran queridos compañeros, exigiendo su palabra de honor de
mantenerse quietos y a las órdenes del mando..” Pero los oficiales
presentes contestaron en “vivas” a franco y gritos de “abajo los
traidores”.
El coronel Martín Alonso y demás jefes y oficiales rodearon
al general Caridad impidiendo su salida. Caridad fue conducido
prisionero al mando del regimiento de Zamora, participante en la
sanjurjada de 1932. Tras 2 días fue trasladado al castillo de San Diego
de La Coruña.
El domingo 26, un día después de que hubiesen sido fusilados el gobernador civil Pérez Carballo
y los 2 oficiales de Asalto Manuel Quesada y Gonzalo Tejero, los
generales Salcedo y Caridad fueron conducidos al vapor prisión “Plus
Ultra”, y de allí al castillo de San Felipe de Ferrol.
Ambos fueron
encausados por un consejo de guerra celebrado el 24 de octubre de 1936, y
acusados de traición fueron condenados a muerte y fusilados el 9 de
noviembre en el castillo de San Felipe de Ferrol. Murieron entonando
vivas a España y a la República.
Ambos habían declarado que no poseían
bienes. Sus restos reposan en el cementerio de San Amaro de La Coruña.
Tras combatir con el ejército de la República, los hijos de Caridad
Pita, Carlos, Francisco, José, Rogelio y Vicente, fueron al exilio tras
el fin de la Guerra." (Tulio Riomesta, 16/05/19)
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