20/5/19

Por su lealtad a la República los generales Rogelio Caridad Pita y Enrique Salcedo Molinuevo fueron fusilados en Ferrol en 1936 por militares franquistas

"Rogelio Caridad Pita (La Coruña, 1875) ingresó en la Academia de Infantería a los 17 años. Participó en la guerra de Cuba; fue condecorado varias veces, 3 cruces de 1ª clase al mérito militar con distintivo rojo. Se cree que era masón. Al proclamarse la República, el gobernador militar de La Coruña ordenó al entonces coronel Caridad Pita, sacar las tropas a la calle. 

Sin embargo, el coronel salió solo y en coche descubierto, acatando la voluntad popular. Tras ser sofocada la revolución de 1934 en Asturias, fue enviado a Gijón, caracterizándose por una posición conciliadora. Rogelio Caridad Pita era uno de los generales más nítidamente leales al régimen Republicano.

Enrique Salcedo Molinuevo nació en Salamanca en 1871, de padre español y madre filipina. Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en 1888. Participó en la guerra de Cuba. En 1915 era comandante. En 1919 fue ascendido a coronel del regimiento y presenció el desastre de Annual. Obtuvo la medalla militar individual. 

Ascendió a general de división en 1928. Se casó con una joven gallega, Amalia Portela. A pesar de su amistad con el general José Sanjurjo, no participó en su frustrado intento de golpe de Estado en agosto de 1932. Poco antes de las elecciones de 1936 fue nombrado general jefe de la VIII División Orgánica, con sede en La Coruña, por el ministro de la Guerra, el también militar Nicolás Molero Lobo. Tras acceder al poder el Frente Popular, fue confirmado por el nuevo ministro, Carlos Masquelet.

En La Coruña, el germen de la sublevación militar prendió en un grupo de jefes y oficiales que asqueaban de la República y no podían soportar que el Frente Popular hubiera ganado las elecciones de Febrero de 1936, tras las cuales, comenzaron a celebrar reuniones en la biblioteca de la Capitanía. Estos oficiales conectaron con otros jefes y oficiales, extendiendo sus gestiones a las respectivas unidades agrupadas en las plazas de la División. Se consiguió una gran unión entre muchos mandos militares golpistas. 

En La Coruña contaban con la adhesión de todas las unidades, guardia civil, asalto y carabineros.

En julio de 1936, Caridad Pita estaba destinado en La Coruña, como gobernador militar y jefe de la 15ª Brigada de Infantería, a las órdenes del general Salcedo. En la tarde del viernes 17de julio de 1936 llegaron a Galicia noticias de la sublevación en Marruecos. 

El general Salcedo, conservador pero leal, y el general Caridad Pita le aseguraron al gobernador civil, Pérez Carballo su lealtad a la República, a pesar de que Salcedo estaba al tanto de la conspiración, había recibido en la noche del 18 de julio un telegrama de Queipo de Llano conminándole a que se uniera a la sublevación y luego una llamada telefónica, el día 19, del general Mola.

El día 20 Salcedo se reunió en la Capitanía General con el general Rogelio Caridad Pita, el cual le advirtió de que el coronel Pablo Martín Alonso, al mando del Regimiento de infantería «Zamora» n.º 29, y el teniente coronel Montel, secundados por el jefe de Estado Mayor provisional de Capitanía, el teniente coronel Luis Tovar Figueras, pretendían sublevarse. 

Salcedo destituyó a Tovar, sin embargo, los sublevados redujeron a Salcedo en su despacho de Capitanía, le conminaron a que se uniese a la sublevación, Salcedo decidió no unirse al levantamiento y fue detenido y trasladado a Ferrol.

El general Caridad dirigió la palabra a los sublevados para desactivar la rebelión, presentándose en el cuarto de banderas del Regimiento de Infantería de Zamora número 54: “..invocando a la Patria, al orden, a la Ley, a la obediencia al poder constituido, a la disciplina y demás virtudes militares, al afecto, todos eran queridos compañeros, exigiendo su palabra de honor de mantenerse quietos y a las órdenes del mando..” Pero los oficiales presentes contestaron en “vivas” a franco y gritos de “abajo los traidores”. 

El coronel Martín Alonso y demás jefes y oficiales rodearon al general Caridad impidiendo su salida. Caridad fue conducido prisionero al mando del regimiento de Zamora, participante en la sanjurjada de 1932. Tras 2 días fue trasladado al castillo de San Diego de La Coruña.

El domingo 26, un día después de que hubiesen sido fusilados el gobernador civil Pérez Carballo y los 2 oficiales de Asalto Manuel Quesada y Gonzalo Tejero, los generales Salcedo y Caridad fueron conducidos al vapor prisión “Plus Ultra”, y de allí al castillo de San Felipe de Ferrol. 

Ambos fueron encausados por un consejo de guerra celebrado el 24 de octubre de 1936, y acusados de traición fueron condenados a muerte y fusilados el 9 de noviembre en el castillo de San Felipe de Ferrol. Murieron entonando vivas a España y a la República. 

Ambos habían declarado que no poseían bienes. Sus restos reposan en el cementerio de San Amaro de La Coruña. Tras combatir con el ejército de la República, los hijos de Caridad Pita, Carlos, Francisco, José, Rogelio y Vicente, fueron al exilio tras el fin de la Guerra."                 (Tulio Riomesta, 16/05/19)

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