“Soy el primer periodista portugués que entra en
Badajoz tras la caída de la ciudad en poder de los rebeldes. Acabo de
presenciar tal espectáculo de desolación y de pavor que tardará en
borrarse de mis ojos…”.
Son las palabras de Mário Neves en agosto de 1936 poco después de la toma de Badajoz a manos de las tropas de Franco.
Contó para el Diario de Lisboa escenas de horror, con asesinatos
múltiples y calles tintadas de rojo. Con una columna de humo en
permanente combustión. De este modo se deshicieron las tropas rebeldes
de buena parte de las personas ajusticiadas.
El periodista es homenajeado esta semana en Badajoz por su aportación a la reconstrucción de uno de los capítulos más negros de la ciudad. También en recuerdo a todas las víctimas de la dictadura militar.
Fue testigo de un espectáculo “de pavor y desolación”
según confesó él mismo. Sus crónicas en el diario luso tuvieron
repercusión internacional. En ellas un joven de apenas 24 años mostraba
una represión ‘atroz’ bajo las órdenes del teniente general Yagüe, conocido como ‘El carnicero de Badajoz’, contra todo aquél sospechoso de ser simpatizante de la República.
Desde la vecina localidad lusa de Elvas Mário Neves
narraba a su periódico con nerviosismo la estampa. Con dificultades para
verbalizar lo que estaba contemplando.
Sus relatos pusieron de manifiesto la política de
exterminio de los adversarios políticos programada por los militares
golpistas. “Fue la ciudad española que, en relación a su población, sumó
un mayor número de personas asesinadas a consecuencia del golpe militar
y la represión franquista”, explica la ARMHEX.
Fueron asesinatos sumarísimos, ejecutados con el
respaldo de los falangistas locales. Que desembocaron en paseos,
asesinatos y desapariciones. Ejecuciones con el barniz ‘pseudolegal’ de
los consejos sumarísimos de guerra.
Destaca el colectivo de memorialista que la matanza
sirvió para que Franco extremara el control en torno a la difusión de
este tipo de noticias. Junto al relato de Neves también fueron
fundamentales las crónicas de los coresponsales Jay Allen, John T.
Whitaker o René Brut. Todos pusieron a Badajoz en el mapa y contaron las
practicas poco ortodoxas con las que avanzaban.
El motivo es muy sencillo: frente a los mensajes en
los que se presentaban como garantes del orden, los corresponsales
extranjeros contaban la violencia y la dureza de sus métodos. Contaron
que fue un golpe de espado perpetrado en Badajoz “a sangre y fuego”.
Homenaje en Badajoz
Mário Neves recibe esta semana dos actos-recuerdo con
los que se desea dignificar su figura. La Asociación para la
Recuperación de la Memoria Histórica en Extremadura quiere rendir
homenaje al corresponsal por ser una figura indispensable para
reconstruir el relato. Por ser un “ejemplo de reporterismo riguroso y
comprometido del siglo XX”.
Destaca que “no hay nada comparable al relato del
testigo presente en los hechos, aunque el noble oficio de la prensa
lleve a veces el estigma de la crítica y la maldición del olvido”. El
salón de actos de la Diputación de Badajoz
acoge este martes, a las 19 horas, una gala que contará con la
participación de María Emilia Neves, hija de Mário Neves; y Ana Luisa
Rodrigues, periodista de la televisión pública portuguesa.
Se suma también el estreno absoluto este jueves, por parte de la Orquesta de Extremadura,
de la obra ‘Disparos de luz’. Se trata de una pieza del músico y
director del conservatorio de Mérida, José Ignacio de la Peña, que será
interpretada en memoria de las víctimas del franquismo. El lugar elegido
es el Palacio Congresos, donde se
situaba la antigua plaza de toros (uno de los escenarios de la masacre
en la ciudad perpetrada por las tropas de Franco).
Esta actividad cuenta con el
apoyo de la Consejería de Cultura e Igualdad de la Junta de Extremadura y
la Diputación de Badajoz. Está en proyecto la grabación de un
documental sobre estas actividades a cargo del director de cine extremeño Antonio Gil Aparicio. Las
actividades se complementan con la exposición "Tras las Huellas de la
Memoria Histórica en Extremadura", que hace un recorrido por la
recuperación de la memoria histórica.
Un merecido recuerdo
La ARMHEX aboga por rendir a Neves un merecido
homenaje por contar los hechos y por la sensibilidad con lo que lo hizo.
Mostró un relato duro, desde un punto de vista humano.
Contó por ejemplo cómo se presentó como corresponsal
ante un sacerdote para preguntarle por los cadáveres en las calles y la
columna de humo que envolvía la ciudad. El cura le explicó que era obra
de las tropas rebeldes, como medida sanitaria. También que las personas
ajusticiadas “se lo merecían”.
Relata en otra de sus crónicas una entrevista con el
propio general Yagüe, en la que le pregunta si habían sido ajusticiadas
2.000 personas. La respuesta del franquista, bajo ironía, fue que “no
será para tanto”.
Es una respuesta en la que el 'carnicero de Badajoz'
no niega los hechos y les reta importancia.
Algunas de sus crónicas fueron censuradas por la dictadura de Salazar,
aunque décadas más tarde, en su libro, recupera los textos que la
dictadura lusa le vetó en una clara connivencia con los golpistas y las
tropas de Franco, según explica Ángel Olmedo, historiador y miembro de
la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica en
Extremadura.
La ocupación de la ciudad
La capital pacense era fundamental para asegurar la
retaguardia con la frontera portuguesa, cuya dictadura apoyaba a los
sublevados. También para la unión de los ejércitos del sur y del norte,
que ya controlaba la ciudad de Cáceres.
'La Columna de la Muerte', de Francisco Espinosa,
documenta hasta 1.500 personas víctimas de la represión en el mes de
agosto de 1936 en el oeste de la provincia de Badajoz, con nombres y
apellidos. Personas registradas en los libros del cementerio y del
Registro Civil. Puede hablarse sin complejos de que la cifra se duplicó,
pues muchos nunca fueron registrados.
Hay que tener en cuenta que las cifras siguen
creciendo a medida que aparecen nuevas investigaciones. Muchas de las
victimas fueron incineradas y no ha quedado rastro de ellas en los
registros.
Entre ellas había un importante volumen de milicianos
que acudieron desde otros pueblos a defender Badajoz ante la entrada de
las tropas rebeldes. Sus cuerpos fueron amontonados y fusilados sin
registro.
A lo que se suman los refugiados que intentaron huir a
Portugal y que fueron devueltos por la dictadura lusa. Su destino
también fue el mismo. Es el caso del alcalde de Badajoz, el socialista
Sinforiano Madroñero, o del diputado también socialista Nicolás de
Pablo.
Mário Neves (1912-1999)
Fue periodista y editor en medios como Século, Diario
de Lisboa o A Capital. Tras la ocupación de las tropas franquistas en
agosto de 1936, entra en la ciudad por la frontera de Caia para contar
los hechos.
Cuenta la asociación ARMHEX que Mário Neves regresó a
Portugal con el “horror en el cuerpo” por el espectáculo de la matanza y
los sucesos de que fue testigo. Se juró no volver jamás a Badajoz.
Aunque regresó en 1982, acompañado por el historiador extremeño Justo Vila, recorriendo los lugares que mencionaba en sus crónicas para grabar un documental con la televisión Británica Granada TV.
Tras la revolución de los claveles en abril de 1974 y la caída de Salazar, fue el primer embajador de Portugal en Moscú (1974-1977)
y en 1979 formó parte del gobierno como secretario de estado de
Inmigración. Su legado documental fue donado por su hija María Emilia
Neves a la Fundación Mário Soares." (Jesús Conde, eldiario.es, 16/05/19)
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