20/3/19

“Jamás maté a nadie”, dicen todos los inculpados en matanzas vinculadas a movimientos de muchedumbre. “No soy yo, es todo el mundo, yo di solo una patada”.

"(...) Laurent Mauvignier (Tours, 1967) se dio a conocer en nuestro país, aunque ya contaba con media docena de títulos en su haber y una buena legión de fieles lectores en Francia, sin olvidar los flamantes Prix Virilo y Prix des Libraires, entre otros galardones. (...)

 Ha explorado el miedo desde distintos ángulos. ¿Hay que temerle más al individuo o a las masas?

Las masas, escondiendo al individuo, haciéndolo invisible, le dan toda la sensación de fuerza y de impunidad. Este cóctel es explosivo. La masa es diferente de la muchedumbre. La masa piensa: es la opinión pública, mientras que la muchedumbre actúa: es una nube que hay que contener durante las manifestaciones, es un organismo vivo que aplasta todo a su paso en el momento de pánico.

 La muchedumbre puede exacerbar las violencias individuales porque, autorizándolas, las libera del peso de la conciencia individual. “Jamás maté a nadie”, dicen todos los inculpados en matanzas vinculadas a movimientos de muchedumbre. “No soy yo, es todo el mundo, yo di solo una patada”.

No se sienten responsables de lo que hacen todos ¿no?

 La muchedumbre permite esto, libera la pulsión de muerte, de agresividad, del individuo. Así pues, podemos temer a ambos: el individuo encuentra en la muchedumbre el medio de su expresión, y la muchedumbre se alimenta de la energía reprimida de los individuos.

 La masa tiene que ver con las ideas: el fascismo, o como una sociedad puede autorizar la violencia legal, el crimen de masa (lo hemos visto en Ruanda), es todavía más complejo. Pero es un poco lo mismo en el plano de las ideas. La masa da a cada uno el permiso tácito de pensar lo peor, dándole la impresión de que no tiene ninguna responsabilidad (...)"                  (Entrevista a Laurent Mauvignier, Alejandro Luque, m'sur, 16/03/19)

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