"(...) Alonso habla con sus interlocutores de Badía, un héroe anónimo, gracias
al cual se han podido identificar algunas de las víctimas de la
represión franquista en la Comunitat. Badía estaba condenado a muerte
junto a su padre cuando, el día antes de su ejecución, un alto mando les
ofreció la posibilidad de que uno de los dos se salvara. Tenían que
decidir quién de ellos.
La opción estaba clara, el padre fue fusilado y
el hijo, Leoncio, quedó con vida. No contento con el dolor infligido, el
alto mando le condenó a otra pena física y moral: “Enterrarás a los tuyos”.
Así fue como Leoncio Badía se convirtió en la persona que dio sepultura
a los fusilados de Paterna. Para que no se olvidaran las víctimas,
Badía se hizo con unas pequeñas botellas de botica, donde incluía un
papel con el nombre de los ejecutados. (...)
Aunque ha hablado en numerosas ocasiones de lo que sucedió en Paterna,
Vallés aún se emociona al recordar el trato que recibieron los muertos,
como se les enterró de cualquier manera. Tienen constancia de que
algunas víctimas fueron exhumadas, pero no hay garantías de que sean
quienes les dijeron. Esas cosas, explica, se hacían “bajo mano”, es
decir, con sobornos.
Y los que se dedicaban a abrir las fosas se
limitaban a darles “un saco de huesos” a los familiares. Algunas
familias aceptaron esa forma de actuar y llevaron resignados a sus
nichos los restos de sus supuestos deudos. Cuando piensa en los
fallecidos, Vallés, casi temblando, habla entre lágrimas. “Los trataron como a perros”, musita. (...)" (Carlos Aimeur , ValenciaPlaza, 23/05/17)
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