Señor Presidente Juan Manuel Santos
Señoras y señores representantes de la Comunidad Internacional
Gobierno y pueblos del mundo
Colombianas y colombianos:
El dia de hoy, 27 de Junio, en esta Zona
Veredal que los guerrilleros bautizaron Mariana Páez, en homenaje a la
heroica camarada caída en combate en febrero de 2009, simbolo de la
lucha de la mujer colombiana por un futuro mejor para su país, nos
congregamos para realizar el acto solemne con el que culmina la Dejación
de Armas de las FARC-EP.
Este día no termina la existencia de las
FARC.En realidad a lo que ponemos fin es a nuestro alzamiento armado de
53 años, pues seguiremo existiendo como un movimiento de carácter legal
y demócratico, que desarrollara su accionar ideológico, político,
organizativo y propagandistico por las vias exclusivamente legales sin
armas y pacificamente.
El acto que nos congrega es producto de
un acuerdo bilateral, en el que ambas partes, Estado y guerrilla,
asumimos el compromiso de no utilizar nunca más las armas en la
política, esta es la apertura de una nueva era hacia una democracia
liberal en el que el Estado se ha comprometido a no utilizar las armas
para perseguir a opositores o al pensamiento crítico.
En lo que hace a nosotros, cumplimos la
dejación de armas de conformidad con lo pactado. Quedan ellas en manos
de las Nacione Unidas para la construcción de los monumentos previstos.
Honramos así nuestra palabra y esperamos con todos ustedes que el Estado
cumpla con la suya. Apartir de hoy debe cesar toda persecusión política
en Colombia.
Aspiramos a que la Reforma Rural
Integral, pactada en el primer punto del Acuerdo Final, sea implementada
con celeridad, pues entendemos la necesidad estratégica del desarrollo
del campo colombiano. Sin perder nunca de vista que el conflicto armado
en gran medida obedeció al despojo y a la violencia sufrida por nuestros
campesinos, historia que debe llegar a su fin.
En la Mesa de Conversaciones de La
Habana quedó definido que la inmensa deuda económica, social, política y
cultural que el Estado tiene con ellos será saldada de manera
completa. No nos opusimos por principio a que los grandes empresarios
del agro puedan adelantar sus proyectos, solo exigimos que el desarrollo
de estos no arrolle ni impida el auge de la economía campesina.
Así tambien esperamos que la democracia
colombiana abra generosa sus brazos atodas las fuerzas, organizaciones y
movimientos excluidos centenariamente de las garantías políticas. De
eso se ocupó con rigurosidad el segundo punto del Acuerdo Final. Las
Circunscripciones Especiales pactadas para las zonas de conflicto no
pueden por ello ser objeto de la menor objecion.
Como no pueden serlo los derechos y
garantias asegurados en el mismo punto para las organizaciones políticas
y sociales, incluido el partido o movimiento político nacido de la
transformacion de nuestra insurgencia en fuerza política legal. La
guerra interna nació del cierre de las vías legales, la paz significa
que la participación política estará abierta a todos.
Del mismo modo, el Acuerdo Final se
ocupó del problema de las drogas ilícitas, sobre la base de Un Programa
Nacional de Sustitucion de Cultivos de Uso Ilícito, Planes integrales de
sustitución y desarrollo alternativo, de atención inmediata y
desarrollo de proyectos productivos, una estrategia de política criminal
contra los carteles del narcotráfico, redes de apoyo y lavado de
activos.
Si a ello añadimos la estrategia
integral de lucha contra la corrupción el control sobre la producción,
importacion y comercialización de insumos, entre otras importantes
medidas, todo ello viene a significar el relevo definitivo de la vieja
política de guerra contra los campesinos productores, de erradicaciones
forzadas y de tratamiento militar al problema.
Está firmado igualmente un Acuerdo de
Víctimas, que se resume en el Sistema Integral de Verdad, Justicia,
Reparación y No Repetición: Comision para el Esclarecimiento de la
verdad, la Unidad Especial para la búsqueda de personas desaparecidas en
el contexto del conflicto, la Jurisdicción Especial para La Paz, las
Garantias de No Repetición y las Medidas de Reparación Integral.
Las FARC, con la seriedad que nos
caracteriza, seguimos adelante en el cumplimiento del tercer punto del
Acuerdo Final, el del Fin del Conflicto. Y lo hacemos con la mayor buena
fe. Como pueden comprobarlo todos. El Mecanismo de Monitoreo y
Verificación del Cese al Fuego y de Hostilidades acredita que no le
faltamos a Colombia. Hoy dejamos las armas.
El Estado nos ofrece a cambio, la
construcción de un Pacto Político Nacional, la comisión nacional de
Garantias de Seguridad, la Unidad Especial de Investigación para el
desmantelamiento de organizciones criminales y sucesoras del
paramilitarismo, el Sistema Integral de Seguridad para el ejercicio de
la política, medidas de prevención y lucha contra la corrupción.
A lo que hay que agregar las garantias
de seguridad para líderes y lideresas de organizaciones y movimientos
sociales y defensores y defensoras de derechos humanos. Sea este el
momento para expresar nuestra preocupación por la negligencia estatal en
la honra de su palabra. Los asesinatos de dirigentes populares no se
detienen, mientras crece la amenaza paramilitar en todo el país.
La muerte aleve alcanza ya a
guerrilleros y milicianos indultados o amnistiados y son ya varios los
casos en que familiares de estos han sido asesinados. Aún no arrancan
los mecanismos previstos en los Acuerdos en este campo, trabas de orden
burocrático, administrativo, judicial y hasta político lo impiden. La
actuacion estatal debe ser inmediata, nada justifica su demora.
Resulta lamentable que buena parte de
los guerrilleros, milicianos, simpatizantes o acusados de pertenecer a
nuestras filas, permanezcan en prision a seis meses de expedida una ley
de amnistía e indulto que les garantizaab su libertad en diez días.
Ellos y sus familiares adelantan o preparan acciones de protesta ante el
incumplimiento. Nada de eso debia ser necesario.
Hay importantes retrasos en materia de
reformas constitucionales y legales que desarrollan distintos puntos de
los Acuerdos, con los riesgos originados en campañas electorales
próximas. El proceso de creacion de la JEP se relentiza de modo
inquietante, sometido a ataques despediados de enemigos de la paz que
buscan enturbierlo, viciarlo, impedirlo o parcializrlo.
No se ven los mecanismos de
investigación y combate a las bandas criminales y paramilitares. Una
amplia y eficiente misión de la ONU se encargó de verificar el
cumplimiento nuestro del Cese el Fuego y de la Dejación de Armas, pero
cuando se tramita una segunda misión para verificar el cumplimiento
estatal de los Acuerdos el clima oficial se enrarece de modo suspicaz.
El estado de la infraestructura de esta
Zona Veredal es el mejor testimonio del ritmo con que se desarrolla el
cumplimiento por el gobierno nacional de lo acordado conjuntamente. La
reincorporación económica, social y familiar de los guerrilleros
farianos requiere medidas urgentes quemarchan muy lentamente frente a
realidades inminentes. Muchas cosas deben hacerse ya.
Los acuerdos son sagrados, se firman
para cumplirlos. Hoy damos constancia expresa de cómo las FARC
satisfacemos nuestras obligaciones. Lo hemos dicho muchas veces, los
acuerdos de paz no son para las FARC, son para todo el pueblo
colombiano. Compete a este, con el respaldo de la comunidad
internacional que tanto se esmeró por su firma, velar por su estricto
cumplimiento.
En adelante nuestra lucha se encaminará a
exigir la implementación práctica de todo lo acordado. Lo haremos de
modo pacífico y civilizado, pero sin cejar un solo instante en nuestro
empeño. Sabemos que portamos una verdad, una bandera justa y legítima, y
que nuestro cumplimiento nos llena de autoridad para exigir de la
contraparte . Sentimos que Colombia nos acompañará.
Y que contaremos con la legitimidad
suficiente para solicitar la solidaridad Internacional. Contraraiamente a
quienes no esperan de estos acuerdos sino el cese del fuego
guerrillero, nosotros, al lado de la gente honesta de nuestra patria y
el planeta, sabemos que ellos irán mucho más alla, serñan la llave para
un país distinto, decente, democrático, en progreso y justo.
Caminaremos por calles y plazas de
Colombia llevando nuestro mensaje de concordia y reconciliación. Las
trágicas experiencias del pasadono podrán repetirse, porque nuestra
patria ha aprendido se su dolor, porque los colombianos y colombianas no
permitiran que se los estafe de nuevo.
Adios a las armas, adios a la guerra, bienvenida la paz."
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