"El 1 de abril de 1937 la aviación republicana y la nacional se enzarzaron en dos de los peores bombardeos de toda la Guerra Civil.
Fue un día después de otro duro ataque de la Legión Cóndor en Durango, Guipúzcoa y apenas un mes antes del propagandístico y salvaje bombardeo de Guernica.
Este sábado se cumplen 80 años de aquella matanza ocurrida en Andalucía
y menos conocida.
Un acontecimiento que quedó en el olvido en una
secuencia de terror contra la población civil desde ambos bandos que se
saldó con muchos más muertos que en la localidad vasca,
objeto de debate aún en la historiografía, aunque el balance de las más
recientes investigaciones sitúan los fallecidos en torno a 120. El
baile de cifras de muertos y la polémica sobre el origen de la orden ha
sido constante.
Los bombarderos republicanos en cambio de Córdoba
-ciudad controlada por el bando nacional bajo el mando del general
Queipo de LLano, fueron más concisos, más silenciados y con una cifra de
muertos que apenas ha variado a lo largo de los años y que contrasta
con la guerra de números que protagonizó el símbolo de la barbarie de la
Legión Cóndor.
En Córdoba murieron alrededor de 40 personas y en Jáen, unas 157, a las que habría que añadir 128 más:
siguiendo el inmediato fusilamiento de los presos “derechistas” en la
ciudad: unas sacas que ayudaron a silenciar desde el bando republicano
el macabro bombardeo, tal y como señala a El Confidencial, Luis Miguel Sánchez Tostado,
experto en la Guerra Civil en Jaén y autor en 2006 de 'La Guerra Civil
en Jaén (historia de un horror inolvidable)', referencia historiográfica
sobre el conflicto en la provincia.
Muchas obras citan además, errónemante, según el mismo autor, el
bombardeo como una operación de la Legión Cóndor, cuando fue en cambio ejecutada por pilotos y personal del bando nacional,
y no por parte de los pilotos alemanes, a pesar de que se emplearan
seis bombardeos Junkers de fabricación germana.
Tal y como señala otro
de los expertos en la provincia de Jaén durante la Guerra Civil, Juan Cuevas,
el bombardeo fatal sobre la ciudad andaluza se produjo a las 17:00 de
la tarde. Una sola pasada letal por parte de seis bombarderos Junckers
pilotados por españoles y no alemanes que dejó más muertos que el
célebre ataque sobre Guernica acaecido un mes después y convertido en
símbolo de la barbarie nazi y fascista por parte del bando republicano
durante la guerra.
En el bombardeo de Jaén, a diferecia de Guernica, no existen dudas sobre la autoría de la orden, que fue firmada por el general Queipo de Llano
el mismo día del ataque a Córdoba y registrada como la número 295,
desde el aeródromo de Sevilla. El propio Queipo se encargaría de
remarcar esta versión en una de sus radioemisiones un día después.
La secuencia de los hechos
Su
cometido consistió en una operación de castigo y terror sobre la
población civil, ya que no existía un frente en ese momento en Jaén, ni
objetivos militares, tal y como escribe el historiador Juan Cuevas. La
secuencia se produjo de la siguiente forma:
A las 12:30 de la mañana, los Tupolev y Katiuskas del ejército republicano rugieron en el cielo de Córdoba
y soltaron varias bombas que impactaron en la ciudad causando daños
especialmente en el Hospital General Militar. Apenas unas horas depués,
Queipo de Llano ordenó a la aviación nacional que se dirigiera sobre
Jaén, que carecía de objetivos militares, como pura
represalia por el bombardeo anterior.
Los bombardeos acaecidos en los
estratégicos y brutales ataques sobre Durango y Guernica el 31 de marzo y
el 26 de abril respectivamente, fueron un precedente de la barbarie en
que se convertiría la lucha área contra la población civil durante la
guerra.
No importó que el múmero de victimas fuera mayor: 158, especialmente ancianos, mujeres y niños,
ya que no se trataba de un objetivo militar, por otra parte, según
señala Luis Miguel Sánchez Tostado a este medio, el episodio se silenció
en la República fundamentalmente porque la reacción al bombardeo de
Córdoba y de Jaén vino seguida por una serie de sacas a la lo largo de
la semana siguiente de presos sospechosos de quintacolumnismo en los que
fueron asesinados otras 128 personas.
Ni siquiera
existía la excusa del frente. Asesinados como reacción a la reacción, a
sangre fría, siguiendo la espiral de odio y venganza que rigió los
primeros meses de la Guerra Civil.
En
total, durante el día 1 de abril y la semana siguiente murieron
alrededor de 285 personas, casi el doble que en Guernica. (...)" (El Confidencial, 01/04/17)
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