Mapa de los campos de concentración señalados en Catalunya durante el franquismo
(Mario Chaparro)
"Primer paso de una maniobra política para sacar a la luz uno de los
elementos más siniestros de la represión franquista: los campos de
concentración. El diputado y portavoz adjunto del PSC, Ferran Pedret,
se le ha puesto entre ceja y ceja hacer justicia y reparar una deuda
histórica a través de una Resolución Parlamentaria sobre el censo y la
conservación de los campos de concentración y los batallones
disciplinarios de trabajadores.
Este es el primer paso formal para abrir un largo camino político e
institucional de reparación histórica y sacar del ostracismo una de las
peores pesadillas de la represión franquista. “Ya ha llegado la hora de
catalogar los campos que existieron, las obras que se hicieron con
prisioneros, explicar que fue aquel horror, la gente debe saberlo”,
insiste el diputado que tiene la intención de llevar la misma
iniciativa, a través de diputado del PSC per Girona, Marc Lamuà, al
Congreso de los Diputados.
Auténtico sistema concentracionario en Catalunya
El texto, al que ha tenido acceso La Vanguardia,
describe como un “auténtico sistema concentracionario en Catalunya” del
franquismo a medida que las tropas nacionales se iban adentrando en
territorio catalán. Campos de concentración que sobrevivieron a la
Guerra Civil y continuaron en la larga noche del franquismo hasta
llegar a la finalización de la Segunda Guerra Mundial.Asimismo el texto
se refiere también a los batallones de trabajadores forzados que se
articularon en Catalunya una vez acabado el conflicto armado a través de
Batallones de Trabajadores de prisioneros de Guerra, de batallones
disciplinarios de soldados trabajadores o batallones disciplinarios de
soldados de trabajadores penados.
La propuesta enumera diversos campos registrados por historiadores, y
lamenta la dificultad de ampliar este registro de centros de detención y
concentración. Por el momento, la resolución relaciona los campos de la
ciudad deLleida (Seu Vella, Seminari Vell i Seminari Nou), Reus,
Tarragona (Convent de les Carmelites i Convent de les Oblates), Cervera,
Manresa, Mollerussa,Barcelona (dos a Horta, el Palau de les Missions de
Montjuïc, i el d’El Cànem), Figueres,Puigcerdà, Seu D’Urgell,
Granollers, Bossòst, Igualada, Mataró, i Vilamitjana (Pallars Jussà).
Ejemplo alemán
Pedret recuerda que las condiciones de vida en estos campos y
en los batallones de trabajos forzados eran “deplorables” con unas
condiciones infrahumanas. “Mucha gente murió en estos campos o en
trabajos forzados, y familiares de muchos de los desparecidos todavía no
saben donde están sus cadáveres, es hora de restablecer esta memoria,
hay que saber lo que ocurrió”, sentencia Pedret en conversación con La Vanguardia.
El plan del diputado socialista tiene antecedentes en las políticas
de memoria histórica de Alemania o Italia, donde hay placas en los
edificios en las últimas residencias de los presos que nunca más
volvieron a casa. “Las acciones que necesitaban más premura, como
reparación de las viudas o el reconocimiento de los excombatientes se
cumplieron, debemos continuar la reparación”, señala el diputado.
El Memorial, el instrumento
La intención del PSC es instar al Govern, a través del
Memorial Democràtic, a elaborar el censo completo de los campos de
concentración, los espacios o edificios preexistentes o construidos a
tal efecto como prisiones o centros de detención , y las ubicaciones de
los distintos batallones de trabajos forzados entre el inicio de la
Guerra Civil y el final de la dictadura franquista.
Asimismo la resolución pretende censar e identificar las obras
realizadas a través de trabajos forzados por batallones de prisioneros o
penados. Además, Pedret solicita al Parlament para que obligue al
Govern a programar, con presupuesto y calendario, la señalización, la
dignificación, adecuación y conservación de los campos así como museizar
espacios como centros de interpretación de esta parte de la historia,
todavía oculta y condenada al ostracismo de la memoria histórica." (La Vanguardia, 25/01/17)
1 comentario:
No eran campos de concentración nazis. Eran campos de concentración alemanes. Pensados, diseñados, construidos y operados por personas de nacionalidad alemana. Más adelante, cuando Alemania invadió la URSS a los comandos alemanes se sumaron algunos ucranianos, lituanos y letones. No menos cruentos que sus empleadores y maestros del exterminio. Desde 1945, año en el que finalizó la segunda guerra mundial, la propaganda alemana usa conscientemente la denominación nazi para apartar la responsabilidad por el holocausto y el homicidio de millones de inocentes. Apartarla de Alemania y de sus ciudadanos y trasladarla a otros (por ejemplo, a Polonia). Se trata de un sistemático blanqueo de la conciencia y modificación de la narración histórica. Cabe mencionar, que, a partir de esa fecha (1945), cientos de miles de funcionarios de la NSDAP, de la Gestapo, de las SS, de las Einsatzgruppen, los kapos de los campos de concentración y otros elementos cuya función principal era exterminar al mayor número de vidas humanas encontraron cobijo en numerosos países del mundo y, sobre todo, en las dos nuevas Alemanias (la RFA, capitalista, y la RDA, comunista), continuadoras de lo que era ese país en sentido legal, formal, histórico y nacional antes de 1945. Una de las organizaciones cuyo principal fin era el encubrimiento de las atrocidades cometidas por ciudadanos alemanes pertenecientes a las SS y la protección de éstos en todos los campos de la nueva realidad de la posguerra era ODESSA. Fundada clandestinamente acorde a las disposiciones de Heinrich Himmler y con el dinero robado a los prisioneros de los campos de exterminio, siguió funcionando hasta finales de los años 80 del siglo XX. Por lo tanto, la palabra nazi es una denominación falsa. Inventada. No nos dice nada. Disfraza la historia y diluye la responsabilidad de los responsables. Los alemanes.
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