"(...) Su voz busca verdad, justicia y reparación, pero lleva
diez años en el primer escalón. Todavía la única evidencia siguen siendo
las cifras globales –se calcula que entre 100.000 y 200.000 bebés
fueron robados durante el franquismo y bien entrada la Transición– y los
documentos que ha ido recopilando tras las trabas impuestas por las
mismas instituciones que, según la ONU y la Comisión Europea, deben colaborar.
Aunque Flor sabe que su pelea es la de David contra Goliat porque la mayor parte de los procedimientos judiciales por
estos casos en España se han archivado, continúa intentándolo. "Mi
hermano fue un bebé robado y voy a seguir buscándole hasta que se haga
justicia", dice. No se le olvida una fecha: el 5 de noviembre de 1967 su
madre daba a luz a un niño en el Hospital Municipal de La Línea de la
Concepción (Cádiz).
"Le dijeron que había nacido
muerto, pero no le dejaron ver el supuesto cadáver a pesar de que
insistió", relata Flor, que entonces tenía cinco años. "Mi abuela
paterna afirmaba que no se iría de allí hasta que no se lo enseñaran y
finalmente le mostraron el cadáver de un bebé con el que se hace una
fotografía. Era mucho más grande que un recién nacido", cuenta.
A pesar de que su madre, que siempre cambiaba de tema
cuando le preguntaban, había extendido un manto de silencio sobre su
parto y su hijo, cuando ella murió en 2006 las sospechas comenzaron a
cristalizar. "Quisimos enterrar a mi madre con los huesos de mi hermano y
en el cementerio nos dijeron que allí no constaba ningún enterramiento a
su nombre", recuerda.
"Nosotros le dijimos al
responsable que era imposible, pero nos aseguró que todo lo que entraba
se registraba: 'entonces tu hermano nunca ha estado aquí', nos espetó".
Fue entonces cuando ella y sus hermanos comenzaron a investigar y a
recordar aquellas respuestas de su madre cuando le pedían ir al
cementerio.
"Nos decía que allí no había nada, como si ella supiera o
intuyera algo", explica.
La búsqueda de la verdad
pasó también por el Archivo municipal de La Línea de la Concepción,
donde le facilitaron la hoja de ingreso y parto de su madre, a la que ha
tenido acceso eldiario.es. A esa hoja se agarra Flor, que ahora vive en
Irún (Gipuzkoa) para afirmar que la única certeza "es que mi hermano
nació, pero no hay constancia de que muriera".
Lo
dice porque lo que no ha logrado encontrar es el legajo de abortos, un
documento que acredita el fallecimiento de un bebé que vive menos de 24
horas fuera del vientre materno. Flor ha acudido sin éxito al Registro
Civil de La Línea de la Concepción, donde le han asegurado que no ha
podido ser localizado el legajo de 1967, año en que nació su hermano.
Su historia ha viajado hasta Argentina y ha llegado a oídos de la jueza María Servini, que ha iniciado la única causa que investiga los crímenes franquistas,
entre ellos los casos de bebés robados. A Flor se le cerraron las
puertas judiciales en España y por ello se adhirió a esta querella y en
2013 declaró ante Servini por videollamada desde la embajada argentina
en España.
"Fue lo más importante, que te escuchen,
dejar de ser invisibles, porque aquí es como si no hubiera pasado nada",
denuncia. La suya es una de las historias protagonistas de la campaña
#Justiciapornavidad, que ha iniciado Amnistía Internacional para pedir
al Gobierno que deje de poner trabas a la investigación de los crímenes
cometidos durante la dictadura. (...)
Una causa en la que está imputado el ginecólogo que
atendió a la madre de Flor, según la hoja de parto del hospital:
Abelardo García Balaguer.
"Nosotros somos víctimas de
crímenes de Estado y por eso es éste el que debería buscar a nuestros
familiares, no podemos ser las propias víctimas", critica la mujer, que
insiste en que España "está negando justicia y derechos humanos". A Flor
la esperanza se le escapa de la boca. Con voz firme y palabras que son
dardos dice que va a seguir luchando.
"Y yo espero
ver justicia", concluye. Sostiene que lo hará por su padre, que vive en
La Línea de la Concepción. "Ya que con mi madre no pude hacer justicia,
por lo menos hacerla con él y que le pidan perdón por lo que le han
hecho". (eldiario.es, 03/12/16)
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