"(...) En 30 años de oscuridad, el protagonista es Manuel Cortés,
el último alcalde republicano de Mijas (Málaga), que no pudo salir de
España al acabar la Guerra Civil. Tras huir de su pueblo, en noviembre
de 1939 Cortés regresó a su casa. Asustado ante los fusilamientos de las
autoridades franquistas y ayudado por su esposa, Juliana, Cortés hizo
un pequeño hueco en la pared de su casa para vivir allí.
Con el tiempo, y
una mudanza, sus condiciones mejorarían algo, aunque tuvo que cesar sus
esporádicas salidas que hacía disfrazado. Cortés vivió escondido hasta
marzo de 1969, cuando escuchó en la radio que el Gobierno concedía el
perdón para los delitos cometidos del 18 de julio de 1936 al 1 de abril
de 1939.
Toda una vida de penalidades que, como él, sufrieron decenas de personas y que fueron recogidas en el libro Los topos
(reeditado por Capitan Swing), de Manuel Leguineche y Jesús Torbado. Y
aquí entra Manuel H. Martín, realizador de varios documentales, que
escucha de un compañero esta historia, e influido por el tebeo Maus,
de Art Spiegelman, decide hacer un documental animado sobre esos topos.
“Yo considero mi trabajo casi más una novela gráfica”, cuenta el
director andaluz, que lleva con el proyecto cuatro años. Con las voces
de Juan Diego y Ana Fernández, el filme traslada al espectador la
angustia de esos enterrados en vida. (...)
Al cineasta le importaba mucho trasladar al espectador “esa historia de
humanidad, de sacrificio. En el caso de Cortés, fueron 30 años”.
Insiste: “No podemos olvidarles”. (...)
Lo mejor es que en Málaga la familia de Cortés pudo verla. Su nieta nos
agradeció que hiciéramos que la historia de su abuelo no se olvide”.
Martín también espera enviar un mensaje esperanzador “en estos momentos
frágiles”.
“Esperamos que el público se quede con lo positivo. Yo al
menos lo he vivido así: durante su realización te concentras en el
proceso técnico, y cuando la proyectas delante de una audiencia,
recuerdas que empezaste esto por su lado humano”. Así Cortés vuelve a la
luz." (Gregorio Belinchón, El País, 01/05/12)
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