"Aquel lunes de octubre del 36 cuando arrojaban a la fosa del
cementerio de Las Palmas a setenta hombres más, el jefe falangista del
barrio de San José pidió que le apartaran un cadáver.
-Quiero ese, el moreno, para mí, sáquenmelo parriba. –Dijo el
conocido criminal fascista, Lorenzo El Jaber Cardona, de origen árabe,
más conocido como Chencho “El moro”- (...)
-Los hijos de los rojos solo sirven para darles por el culo, entre
más pequeños mejor. –Decía mientras se emborrachaba en la tienda de
Rosarito en el pueblito marinero de San Cristóbal, muy cerca de los
acantilados de la Mar Fea, donde cada madrugada arrojaba junto a sus
compinches a cientos de hombres y mujeres atados de pies y manos-
Todo el mundo comentaba que gozaba con el dolor ajeno y la
dominación, como cuando se llevó a las tres hijas del capitán conquense
republicano asesinado, Carlos De la Barreda López, sacándolas a la
fuerza junto al tabaquero Eufemiano Fuentes, Borja Benítez De Lugo, el
hijo de la Marquesa de la ciudad de la piedra de cantería y Pelayo Del
Castillo, sobrino del Conde del sur de la isla, para llevarse a las tres
menores a la finca de La Mayordomía en San Lorenzo, donde el cacique,
José Rivero, les cedió dos habitaciones para violarlas durante tres
días.
No se supo jamás de las adolescentes, se cree que las arrojaron,
después de asesinarlas, en un agujero volcánico de Los Giles,
Tamaraceite, en la conocida finca de “Las maquinas” de los caciques
conocidos como “los Betancores”. (...)
El Jaber ordenó que lo sacaran y lo colocaran a cuatro patas en un
viejo catre con las sabanas revueltas, el mismo espacio donde acaban de
abusar durante una semana de cinco mujeres esposas e hijas de varios
sindicalistas de la Federación Obrera, asesinados en la finca de La
Noria, también propiedad del Conde, arrojados luego a la furnia donde
tiraban los animales muertos o malheridos cuando ya nos les servían. (...)
-Siempre te gustó Mingo eh cabrón, le pegas a todo hijo de puta, carne y
pescado, hasta muerto te lo follas.
–Le decían los miembros de la
nobleza criolla isleña que siempre lo acompañaban en sus crímenes,
vejaciones y abusos sexuales- (...)" (Viajando entre la tormenta, 07/05/16)
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