"El catedrático de la Universidad de Almería e investigador sobre la 
Guerra Civil y el franquismo, Fernando Martínez, ha comparecido ante la 
comisión del Parlamento Andaluz que elabora la llamada Ley de Memoria 
Democrática, y en ella ha apuntado que “el botín” en Andalucía para los 
vencedores fue de 120 millones de pesetas “de la época”, lo que hoy 
podría equivaler a unos 35 millones de euros.
(...)   recordó que entre 1936 y 1945, en Andalucía fueron fusiladas 57.413 
personas “por la represión franquista, principalmente por los bandos de 
guerra de los militares contra la República”, frente a 8.715 personas 
“asesinadas en zona Republicana” en esas mismas fechas, por lo que 
concluye que esa “violencia física no fue simétrica en cuanto a su 
impacto y alcance”. (...)
Martínez detalló la “depuración profesional” del franquismo tras 
ganar la Guerra Civil. Así, el 18% de los maestros andaluces fueron 
inhabilitados para ejercer su empleo, lo que también pasó con el 11% de 
los médicos, y “un número muy amplio de empleados públicos apartados de 
sus funciones”.
Pero a la eliminación física mediante fusilamientos, y a la 
eliminación social por la expulsión laboral, le siguió la incautación de
 bienes, que según Martínez aún no está suficientemente estudiado. Cerca
 de 60.000 andaluces fueron víctimas de la llamada Ley de 
Responsabilidades Políticas, perdiendo sus propiedades total o 
parcialmente, o fueron sancionados por un montante de 120 millones de 
pesetas de la época.
De este modo no es extraño otro dato relevante, el de los 50.000 
andaluces que tuvieron que abandonar su patria, lo que unido a los 
fusilados, y los muertos de la propia Guerra, dejaron muy mermada la 
población andaluza, principalmente de gente joven con capacidad de 
trabajo.
El ponente añadió a todo eso las “vejaciones a las mujeres 
andaluzas”, la lucha contra “el maquis”, y los “centenares” de presos 
ordenados por el Tribunal de Orden Público, por lo que resumió que “hay 
datos suficientemente elocuentes del alcance que tuvo la violencia 
política en Andalucía durante la Guerra y el franquismo, sin parangón 
con ninguna otra región de España”.
Martínez, que alabó el papel de la Junta de Andalucía en la 
recuperación de la memoria de aquellos hechos, y destacó que la Ley de 
Memoria Democrática viene a completar la de Memoria Histórica aprobada 
bajo gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y reclamó que se abandone
 los planteamientos tradicionales de “todos fuimos culpables” o aquellos
 de claro sesgo revisionista de la necesidad de equidistancia y la 
responsabilidad compartida, poco riguroso con la génesis y las causas de
 la Guerra Civil, y centre ese relato su discurso en la destrucción de 
la democracia y la destrucción de los demócratas”.
El especialista insiste en que no se trató de una “amalgama fruto de 
una contienda”, y que la filiación política de las víctimas ha impedido 
que algunos consideren lo ocurrido como un ataque a los Derechos Humanos
 como tal. (...)"              (noticiasdealmeria.com, 02/05/16)
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