"(...) La República apoyó mucho a las mujeres y a la
Educación así que de una manera natural tenían que surgir las maestras
de la República. Mujeres que rompieron el modelo de mujer tradicional y
que tuvieron que ganarse el respeto de la sociedad como personas
valiosas intelectualmente y como mujeres que son capaces de llevar la
escuela adelante", explica a Público Pilar Pérez, directora del
documental Las maestras de la República, un proyecto producido por UGT,
que rinde homenaje a aquellas mujeres que dedicaron sus vidas a enseñar a
través de sus pizarras la libertad, la democracia, la justicia y la
igualdad.
La trayectoria de estas mujeres durante la República,
sin embargo, tampoco fue fácil. El documental muestra las tremendas
dificultades que encontraban las maestras republicanas cuando llegaba a
una escuela en un área rural y debían ganarse el respeto de alumnos y
padres en una sociedad donde el patriarcalismo era la nota predominante y
la mujer debía quedar en casa para cuidar de los suyos.
"Nunca ha sido fácil ser mujer pero en aquella época
menos", dice Pilar Pérez, que asegura que realizar el documental y
comprobar la lucha de las mujeres por la igualdad le ha permitido
reforzar el principio inexorable de que "nunca hay que dejar de luchar".
"Aunque a veces parezca que no avanzamos", asegura Pérez.
El 18 de julio de 1936 el sueño de la igualdad y de la
educación universal saltó por las nubes. Hasta 60.000 maestros fueron
examinados ideológicamente durante la Guerra Civil y los primeros años
de dictadura franquista.
La represión, en el caso de la mujer, fue
doble: por maestra y por mujer. "Se las acusa de ir contra la moral y de
ser republicanas. Tenían que ser mujeres tradicionales que iban a misa.
Y no ser así era un motivo para acabar fusilada, encarcelada o
exiliada", explica Pérez.
Este es el caso de Pilar Ponzán Vidal, maestra de una
escuela de Jaca (Huesca) cuyo expediente de depuración sentenció la
"separación definitiva e inhabilitación para cargos dirigentes y de
confianza". "Los expedientes estaban integrados por los cuestionarios
rellenos por el alcalde de la localidad, el cura párroco, el jefe de
puesto de la Guardia Civil y un ciudadano de 'entidad relevante'.
"Con todo este material, la Comisión emitía su
dictamen", explica a Público el historiador Herminio Lafoz. En el caso
de Pilar fue separada definitivamente. No obstante, no fue lo más
trágico. Pilar también fue sometida a un Consejo de guerra en el que se
pidió la pena de muerte por "votar izquierdas", "leer prensa de
izquierdas" e ir "poco a la Iglesia", entre otros cargos.
La
persecución de las profesoras tenían también un doble objetivo. Por un
lado, que ningún profesor enseñase nada contrario a los fundamentos del
nuevo régimen y, por otro, que la mujer se recogiera en el domicilio y
abandonara el espacio público que había conseguido ocupar en la breve
experiencia republicana. (...)" (Alejandro Torrús, Público, 27/05/2013)
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