"Los experimentos de EE.UU. con armas biológicas se remontan a la
distribución de mantas infectadas con gérmenes del cólera entre pueblos
indígenas de Norteamérica en la década de 1860. En 1900, médicos del
ejército de EE.UU. infectaron en Filipinas a cinco prisioneros con una
variedad de plagas y 29 prisioneros con Beriberi.
Al menos cuatro de
esas personas murieron. En 1915, un doctor cuyo trabajo estaba
financiado por el gobierno, expuso a 12 prisioneros en Mississippi a la
pelagra, una enfermedad que produce discapacidades al atacar el sistema
nervioso central.
Después de la I Guerra Mundial, EE.UU.
desarrolló un amplio abanico de armas químicas, produciendo millones de
barriles de gas mostaza y lewisite. Miles de soldados estadounidenses
fueron expuestos a estos agentes químicos para "probar la eficacia de
las máscaras antigás y de los trajes protectores".
La Agencia para
Veteranos de Guerra se negó a reconocer los reclamos por discapacidad
presentados por las víctimas de tales experimentos. El ejército también
usó gas mostaza para reprimir manifestaciones anti-EE.UU. en Puerto Rico
y las Filipinas en las décadas de 1920 y 1930.
En 1931, el
Dr. Cornelius Rhoads, quien entonces trabajaba para el Instituto
Rockefeller de Investigaciones Médicas, inició sus espantosos
experimentos con cáncer en Puerto Rico, inoculando células cancerígenas
en docenas de personas -que desconocían por completo la naturaleza de
los experimentos.
Al menos trece de las víctimas murieron.
Posteriormente, Rhoads dirigió la división de Armas Biológicas del
Ejército de EE.UU. y formó parte de la Comisión de Energía Atómica,
donde supervisó experimentos con radiaciones realizados con miles de
ciudadanos estadounidenses. En memos al Ministerio de Defensa, Rhoads
expresó su opinión de que los disidentes de Puerto Rico podrían ser
"erradicados" con el oportuno uso de bombas bacteriológicas.
En 1942, médicos del ejército y de la armada de EE.UU. infectaron con
malaria a 400 prisioneros en Chicago, un experimento diseñado para
obtener "un perfil de la enfermedad y desarrollar un tratamiento contra
ella". La mayoría de los presos eran afroamericanos y ninguno recibió
información sobre los riesgos que corrían. Estos experimentos con la
malaria en Chicago fueron invocados en la defensa de médicos nazis en el
juicio de Nuremberg.
Al finalizar la II Guerra Mundial, el
ejército de EE.UU. contrató al Dr. Shiro Ishii, jefe de la unidad de
guerra biológica del Ejército Imperial de Japón. El Dr. Ishii había
empleado una variedad de agentes químicos y biológicos contra tropas
chinas y de los aliados. También manejaba un importante centro de
investigación en Manchuria, donde se realizaban experimentos con armas
biológicas usando a prisioneros de guerra chinos, rusos y
estadounidenses.
Ishii infectó a los prisioneros con tétanos; les dio
tomates contaminados con tifoidea; infectó pulgas con plagas; inoculó la
bacteria que produce sífilis en un grupo de mujeres; realizó
disecciones en prisioneros vivos; e hizo explotar bombas bacteriológicas
sobre docenas de hombres estaqueados.
Como resultado de una negociación
con el General Douglas MacArthur, Ishii le entregó al ejército de
EE.UU. más de 10.000 páginas de sus "datos investigativos", eludió un
juicio por crímenes de guerra y fue invitado a dar una conferencia en
Fort Detrick, el centro de armas biológicas del ejército de EE.UU. en
Frederick, Maryland. (...)
Un año después, el Primer Ministro de China, Chou En-lai denunció
que los militares y la CIA de EE.UU. habían usado agentes biológicos
contra Corea del Norte y China. Chou presentó declaraciones de 25
prisioneros de guerra estadounidenses que respaldaron su reclamo de que
EE.UU. había lanzado plumas contaminadas con ántrax, mosquitos y pulgas
portadores de fiebre amarilla y volantes contaminados con cólera sobre
Manchuria y Corea del Norte.
De 1950 a 1953, el ejército de
EE.UU. lanzó nubes químicas sobre seis ciudades de EE.UU. y Canadá. Las
pruebas tenían la finalidad de hacer tests de patrones de dispersión de
armas químicas. Los registros del ejército señalan que los componentes
usados en Winnipeg, Canadá, donde se registraron numerosos casos de
enfermedades respiratorias, incluían cadmio, un químico altamente
tóxico. (...)
En 1965, el ejército de EE.UU. y la Dow Chemical Company inyectaron
dioxina en 70 prisioneros (la mayoría afroamericanos) de la prisión
estatal Holmesburg, en Pennsylvania. Los presos presentaron lesiones
graves, y no recibieron tratamiento durante siete meses. Un año después,
el ejército de EE.UU. lanzó la operación de guerra química más
ambiciosa en la historia.
De 1966 a 1972, EE.UU. lanzó más
de 12 millones de galones de Agente Naranja (un herbicida con dioxina)
sobre aproximadamente 1,82 millones de hectáreas en Vietnam del Sur,
Laos y Camboya. El gobierno de Vietnam estimó que el Agente Naranja
causó la muerte de más de 500.000 civiles. El legado continúa con altos
niveles de defectos congénitos en áreas que habían sido saturadas con
químicos. Decenas de miles de soldados estadounidenses también se
cuentan entre las víctimas del Agente Naranja.(...)
En 1971, los primeros casos documentados de gripe porcina en el
hemisferio occidental ocurrieron en Cuba. Un agente de la CIA
posteriormente (en marzo de 1991) admitió que había recibido
instrucciones para entregar el virus a exiliados cubanos en Panamá,
quienes luego lo transportaron hasta Cuba. Esta asombrosa admisión
recibió escasa atención de la prensa estadounidense. (...)
En 1981, Fidel Castro acusó a la CIA de ser la responsable de un
brote de dengue hemorrágico en Cuba. El dengue hemorrágico mató a 188
personas, incluyendo 88 niños. En 1988, un líder del exilio cubano
llamado Eduardo Arocena admitió haber transportado "algunos gérmenes" a
Cuba en 1980.
Cuatro años después, una epidemia de dengue
hemorrágico azotó Managua, Nicaragua. Casi 50.000 personas se enfermaron
y docenas murieron. Este fue el primer brote de dengue hemorrágico en
Nicaragua. Ocurrió en el momento más álgido de la guerra contra el
gobierno sandinista y después de una serie de vuelos bajos de
"reconocimiento" sobre la ciudad capital.
En 1996, el
gobierno de Cuba acusó nuevamente a EE.UU. de "agresión biológica". Esta
vez por la presencia de un insecto que destruye los cultivos de papa,
las palmeras y otras plantas. El insecto, Thrips palmi, apareció por
primera vez en Cuba el 12 de diciembre de 1996, poco después de que
vuelos rasantes de aviones fumigadores de EE.UU. sobrevolaran la isla.
EE.UU. logró frenar una investigación de Naciones Unidas sobre el
incidente.
Al finalizar la Guerra del Golfo, el ejército de
EE.UU. hizo estallar un depósito de armas químicas iraquíes en
Kamashiya. En 1966, el Ministerio de Defensa finalmente admitió que más
de 20.000 militares de EE.UU. habían sido expuestos a gases VX y sarín a
raíz de la operación realizada en Kamashiya. Eso podría ser una de las
causas de la llamada "enfermedad de la Guerra del Golfo". Otra de las
causas fue, sin duda, la inoculación experimental de vacunas en más de
100.000 militares." (Jeffrey St. Clair ,Counterpunch, Rebelión, 06/09/2013)
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