"Los nombres y apellidos de los autores de los crímenes de Fuentes de
Andalucía –de los muchos que hubo y no sólo de El Aguaucho– no se
reflejan en ninguna publicación, aunque están en la mente de muchos.
Virtudes Ávila (78
años) no olvida que le robaron una infancia familiar, ya que cuando
tenía año y medio los golpistas fusilaron a su padre, que era teniente
de alcalde, y dos meses después hicieron lo mismo con su madre, sin
apiadarse de que estaba embarazada de ocho meses.
Para colmo, no
dejaron que sus tías se hicieran cargo de ella y la internaron en un
convento, donde las monjas le cambiaron el nombre. "Me bautizaron como
Angelitas, porque eran de Sor Ángela de la Cruz, y me enseñaron a coser,
a rezar y a pedir dinero", nos dice. No como a las alumnas de pago,
educadas para ser señoritas. Las huérfanas de los ‘rojos' sólo podían
ser sirvientas.
"Una monja que me quería mucho me dijo: mira Angelita,
esos muebles que nos han traído al convento eran de tus padres. Y es que
no sólo se llevaron sus vidas; la casa se la quedó entera el criminal
más grande que había en el pueblo", dice Virtudes sin mentar su nombre." (Público, 31/05/2013)
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